16. Nathalie.

15.3K 1.2K 39
                                    

Mordió su dedo pulgar mirando a Jedward descansar en la cama, el pobre tuvo que ser llevado a una habitación con la ayuda de sus padres, debido a que no reaccionaba. Fue gracioso ver cómo caía, pero no pudo reírse porque todos comenzaron a gritar de que debían pararlo del piso.

Para la mala suerte de Jedward, fue llevado luego de una hora a la habitación en la que estaba su hija, por órdenes de su madre Nicole, para que recordara los viejos tiempos. Hace un buen rato, entraron los doctores para sacarle la sangre, aprovechando que solo estaba algo ido, porque no podía perder más tiempo con la donación.

— Mamá, creo que papá se va a morir ahora —dijo Jasha, mirando a Jedward—. Se cayó cuando le dijimos que soy su hija... ¿Debimos esperar más?

— Está bien, cariño —Dasha arropó bien a su hija—. Él va a estar bien, no te preocupes por nada. Te puedo asegurar que tendrá muchas preguntas acerca del porqué no estás registrada en ningún lado.

— Papá es lento y bruto —la pequeña cerró los ojos—. Yo quiero vivir, necesito molestarlo un poco.

— Todo a su tiempo, tu padre acaba de tener un pequeño desliz...

— El abuelo Damon tenía razón cuando dijo que papá es lento cuando se trata de ti —la pequeña bostezó—. Quiero seguir pasando tiempo con él, pero debo dormir.

— Claro, pequeña. Tal vez cuando despiertes, estarás bien y feliz.

Jasha asintió y se durmió en sus brazos, mientras tanto. Miró a Jedward dormir en la otra cama, misma que le daba una especie de dejà vù, el padre sufriendo de un segundo bajón de azúcar y su hija a punto de ir a cirugía.

Un grupo de enfermeras y doctores entraron a la habitación, haciendo acto de presencia para llevarse a su hija. No le dio mucha importancia al hombre que estaba medio muerto en la habitación, sino a su pequeño retoño que había despertado.

— Mamá estará esperando por ti, cariño —puso un mechón de su cabello detrás de la oreja—. Mejórate pronto, ¿sí? ¿Crees poder hacerlo?

— Sí, mami —Jasha hizo un pico para que ella le diera un beso.

Dasha le dio a su hija lo que tanto quería y dejó que los doctores se la llevaran.

Se quedó de pie mirando la puerta del quirófano, hasta que la imponente y enorme figura de su tío Kiral se colocó a su lado.

— Cuando era niña me dabas mucho miedo, tío —susurró Dasha, mirándolo—. Ahora ya no.

— ¿Eso es un agradecimiento? —preguntó Kiral, en un tono burlón—. Descuida, le debo varios favores a tu padre y esto es un pago —le sonrió—. ¿Es el engendro del que todos hablan?

— Sí, es la hija de Jedward —mordió su labio—. Es como verme a mí, pero con la personalidad de su padre a esa edad —se encogió de hombros—. Jasha es una niña inteligente, sabe que las cosas que pasan a su alrededor son buenas como malas.

— Vaya, al fin encontró a alguien que lo pusiera en una cama de hospital —Kiral se cruzó de brazos—. ¿Cómo estás tú? Han pasado muchos años desde la última vez que nos vimos y me temo que sigas sintiendo rencor hacia mi persona.

— Tú nunca me hiciste nada —le hizo una seña para que caminara hacia dónde estaba su familia—. Tu hermano sí, no entiendo por qué sigue en el hospital, sino que quiero ni verlo. Lo que me hizo no tiene perdón de nadie.

— Volkan es así, siempre hace las cosas sin pensar en el daño que causa y mira lo que vivió con su esposa antes de lograr tener un matrimonio estable —él suspiró—. Nicole no sabe nada de lo que hizo su esposo, así que trata de mantener este tema lo más olvidado posible.

Ámame otra vezWhere stories live. Discover now