27. Videos de la verdad.

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Jedward leyó la declaración que dio Nathalie a la prensa, que había perdido el bebé y que estaba pasando por una terrible situación en su matrimonio, que por esa razón su esposo y ella se encontraban tomando caminos distintos por un tiempo.

Sus hijos se encontraban en sus habitaciones, echando el ojo de lo que tenían ahí para tirar a la basura si querían hacerlo.

— Me gusta mi habitación —dijo Jasha, entrando a su oficina—. Tiene todo lo que me gusta, ¿cuándo me regalarás un yate? —cruzó el escritorio, y levantó las manos para que la sentara en sus piernas—. Hay muchos rompecabezas.

— Es para que te entretengas en algo y me dejes en paz —le pellizcó las mejillas—. Su madre me comentó que no debo darles muchos dulces, porque se ponen hiperactivos.

— Mamá dice muchas cosas y no andamos cumpliendo sus reglas —dijo Jadiel, también entrando a la oficina—. Esta casa es muy grande y tiene muchos diseños que van con mamá...

— La mandé a construir y hacer para ella —confesó, como si nada—. Necesito que me cuenten algunas cosas ahora que estamos aquí.

— No voy a traicionar a mi madre porque tú lo dices —Jadiel se sentó en la silla de enfrente—. Ella es buena persona, y nos cuida —se cruzó de brazos—. Tú no puedes odiarla.

— ¿Y cómo la va a odiar? ¿No ves que se pone estúpido cuando mamá está cerca? —preguntó con ironía—. No puede siquiera imaginarse un mundo sin ella. El abuelo siempre tiene razón, papá se pone estúpido.

— Todos dicen eso, que papá no puede mantenerse consciente cuando mamá se le pone enfrente —Jadiel rio—. Hasta una casa tiene cerca de la de los abuelos. Mamá siempre ha dicho que quiere vivir lejos.

— ¿Puedo saber por qué...?

— Pues quiere independizarse —respondió su hija como si nada—. En Moscú, el abuelo la ayudó en todo lo que pudo, mamá siempre estuvo algo triste por eso, pero creo que fue por más...

— A mamá no le gusta hablar de eso —Jadiel interrumpió a su hermana—. Esas personas fueron malas con ella. Siempre le echan la culpa de todo, por papá...

— Es la segunda vez que dices que tu madre pasó por algo malo en Rusia, necesito que me cuenten qué pasó, para poder ayudarlos —habló con calma—. Por favor, hablen conmigo acerca del porqué su madre regresó a este país. ¿Sus abuelos lo saben?

— Creo que solo la abuela Carmen —dijo Jadiel—. Mamá es la que te tiene que decir, no nosotros, papá. Lo siento.

Jedward negó con la cabeza hacia ellos, Liam estaba en la ciudad, así que aprovecharía para sacarle información acerca de eso o buscaría sus medios para conseguirla. Ya era la tercera vez que se mencionaba un incidente en Rusia, y temía que Tahir estuviera involucrado eso. Le envió un mensaje a Liam de que debían verse lo antes posible, y este le respondió que iría luego de que su familia estuviera dormida para ganar más tiempo.

Agradeció a los dioses, aunque no era creyente, que su madre le permitió aprender a cocinar con ella, porque no tenía a una empleada en la casa y no deseaba que nadie los molestara y conociendo a su familia, nadie podía entrar a esa parte del Estado sin ser identificados por los guardias de su tío Kiral.

— ¿Tú vas a cuidar a mamá? —le preguntó Jasha, con voz suave, sorprendiéndolo—. Sé que puedes hacerlo, porque ella te sigue queriendo, pero tiene miedo.

— ¿Miedo de qué? —la arropó bien con la sabana—. ¿De qué tu madre huía?

— De las personas malas —su hija le mostró una mirada triste—. Mamá siempre llegaba a la casa llorando antes de venir aquí, no sé por qué las personas le decían que ella era culpable.

Ámame otra vezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora