Dasha abrió los ojos y miró hacia el techo nuevamente. En cuanto giró un poco el rostro, se encontró con Jadiel mirándola fijamente y casi se caga del susto al tenerlo tan cerca de ella. Joder, era su hijo, pero le dio miedo verlo mirándolo así.
— Hola, mami —la saludó Jadiel—. ¿Cómo estás?
— Amor —movió sus manos, y se sentó en la cama con algo de dificultad—. ¿Por qué no habías venido a verme?
— Porque estaba enojado y casi mato a papá —Jadiel se subió en la cama, y la miró apenado—. Lamento haberles dicho a todos, esas cosas... es que me enojé.
— No tienes por qué estar enojado con cosas de adultos —le reprochó—. Eres un niño apenas y lo que pasa no es tu culpa.
— Es culpa de Jasha, ella nunca debió meterse en sus vidas —su hijo hizo un puchero—. Hace muchos años que debimos irnos con el tío Liam a otro país.
— Lo sé, pero ya estamos aquí, no te preocupes por cosas que no son tu culpa, amor —le pellizcó la nariz—. Digamos que ahora estamos bien.
— Papá dijo que íbamos a irnos a Londres para estar contigo —se acostó a su lado—. Le hablé mal a Jasha, que todo era su culpa.
— Ya me han puesto al día de los chismes del hospital, hasta pusieron este piso exclusivo para nuestra familia —se acomodó un poco para mirarlo—. Es de noche, ¿en dónde están todos?
— Papá salió desde temprano y no ha regresado —Jadiel le acarició la mejilla a su madre—. Los abuelos Volkan y Nicole tuvieron que irse, ayudarán a papá con las cosas de sus empresas y la verdad es que tengo miedo.
— No hay porque tener miedo, amor —Dasha negó con la cabeza—. Estaremos bien, y mamá se hará cada vez más fuerte ahora. Ya no los voy a poner en peligro.
— Tahir murió y escuché al abuelo decir que fue por qué su novio también lo hizo —eso fue como un golpe para Dasha—. Lo siento.
— Tahir era mi mejor amigo, el hombre que me acompañó en tantas cosas y no pude ayudarlo con la promesa que hicimos —quería ponerse a llorar—. Él hizo tanto por nosotros y espero que esté en un bonito lugar.
— El abuelo Damon dijo que obligará al abuelo Will a que le dé un buen sitio de entierro.
Dasha asintió hacia su hijo, y no siguió hablando con él, ya que lo vio algo cansado. Todo estaba oscuro, y tenía miedo de encender el televisor y ver las noticias. El silencio del exterior era algo tranquilo, por lo que se preguntó en dónde podían estar los reporteros.
Le puso las sábanas y se levantó de la cama, llevando el póster del suero hacia la ventana, dándose cuenta de qué no había nadie. Solo el personal y algunas personas que estaban ahí haciendo cualquier cosa con sus vidas.
— No puedo salvarte siempre —Jedward la abrazó por la espalda y besó su coronilla—. Se supone que debes estar como mínimo tres días en cama y desde que despertaste solo me haces tener que vigilarte.
— Solo quería ver y no me siento tan agotada como antes —respondió, correspondiendo el abrazo—. Ya no hay reporteros afuera. ¿Cuándo se fueron?
— Ya se han encargado de eso, no te preocupes —Jed la apretó un poco más a su cuerpo, y posó una mano sobre su vientre—. Quiero que sepas que ya no podrás cometer estupideces como siempre lo haces.
— Eres la persona que comete estupideces, no yo —le pellizcó la muñeca—. Ya no hay marcha atrás en nuestra relación. Todos lo saben y no nos queda de otra más que huir.
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Ámame otra vez
RomanceElla se marchó estando embarazada de él, nunca la buscó porque no sabía de ese detalle y asimiló el hecho de que su amor no fue suficiente. Sin embargo, cuando se vuelven a ver, descubre que por arte de magia, tiene una copia de cinco años que desde...