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さようなら友人
Aki sintió como sus párpados se abrían de poco en poco, todos los recuerdos de la noche anterior la golpearon con una ola de náuseas. Se sentó de golpe, tratando de tomar aire de una forma desesperada.
— La niña despertó.— Escuchó una voz gruesa, observando con sus vista borrosa aquella mancha morada: Dabi.
Cuando finalmente retomó todos sus sentidos, observó a su alrededor, estaba en el piso del bar, miró a Shigaraki, Toga, Dabi, Spinner, Mr. Compress, Magne... y Bakugo. Estaba encadenado y amordazado. Cuando sus ojos se posaron sobre los del rubio este pareció gruñirle.
— Despertaste justo a tiempo.— dijo Tomura, después señaló a Dabi— Dabi, suelta sus amarras.— le ordenó, a lo que Dabi se vio confuso, obviamente diciendo que iba a pelear. Después volvió a mirar a Aki— No. Mejor deja que lo haga ella.
Aki tembló en su lugar. Después se levantó entre dolor debido a los golpes de la noche anterior, Shigaraki le colocó en sus manos las llaves de las esposas. Aki se acercó al rubio, sus ojos rojos anclados en su rostro. Primero le retiró el metal que evitaba que hablara, después soltó sus piernas. Finalmente, tomó entre sus manos las esposas de Bakugo y comenzó a abrirlas, haciendo un click al momento de liberarlo.
Bakugo se sobó las muñecas, claramente adolorido.
— ¿Estas bie...?— la pregunta de Aki fue cortada por la voz de Shigaraki.
—Tenemos situaciones diferentes, pero a todos nos restringieron y sufrimos, por la gente, las reglas y los héroes... seguro que tú también— dijo acercándose cada vez más cerca a Bakugo y Aki, quedando solo a centímetros.
En un movimiento rápido, Bakugo empuja a Aki y esta cae de espaldas en el suelo, corre en dirección a Shigaraki y con su quirk hace una explosión en su cara. En tan solo ese momento, la mano que Shigaraki llevaba sobre su rostro cae en un golpe seco.
— Te escuché hablar sin parar... los idiotas no se hacen entender y hablan mucho tiempo.— Bakugo habló, volteando a ver hacia Aki—. Básicamente dicen que quieren molestar y que se les unan, ¿verdad? Olvídenlo.
