Día 22: Súcubo gigante

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Todos los demonios adaptan una forma para poder absorber energía de los humanos, y usualmente, se adaptan a la forma de las fantasías o deseos de los humanos a quienes van a atacar. Pero todo eso cambio desde la apertura del infierno. Al ser liberados de su prisión, todos los demonios adquirieron las formas que ellos quisiesen, haciéndolos poderosos e invencibles. Y para mi desgracia, termine atrapado en manos de una súcuba gigante.

Apenas llevaba un mes con ella desde que me capturo al intento de escape de las arpías.

Recuerdo que un sujeto llamado Kobu nos liberó a todos y nos ordenó perdernos en el bosque, pero para mi suerte, caí en un enorme agujero con agua en el fondo, un "cenote" antiguo que estaba escondido. No tenía orillas o manera de escapar, por lo que creí que moriría ahí, pero al cabo de unas horas, una enorme súcubo me encontró.

Al principio me creí salvado, pues literalmente me alimento y cuido de mis heridas. No parecía mala a pesar de su raza y su enorme afecto. Me hablaba gentilmente, y con mucho cuidado me manipulaba, preguntándome cada 5 segundos que si me sentía a gusto. Pero todo cambio cuando al estar completamente sano y curado, me construyo un "hogar".

Era una jaula para retenerme.

Al inicio pensé que se trataba de un juego, pues parecía una jaula para roedores, de esas que tienes cuatro paredes, pero no tienen techo, solo que enorme para que yo entrara a la perfección y no pudiera salir tan fácilmente. Le seguí la corriente aclarándole que solo lo haría para compensar lo que hizo conmigo.

Grave error confiar en ella.

Me trataba de forma ridícula como si fuera una mascota, confeccionaba atuendos que, aunque elegantes, me obligaba a ponérmelos enfrente de ella, ¡inclusive comenzó a bañarme! Me era muy incómodo. Y todo empeoro cuando empezó a acariciar mi entrepierna y pecho con morbosidad.

Sabía sus intenciones, pues no separaba su vista deseosa en mi ser. Fue cuando quise ponerle un alto exigiéndole que me liberara, que no era de su propiedad, pero ella solo me respondió

- No creo que a nadie le importe eso, ¿A dónde iras joven humano? Ahora eres mío, y yo puedo hacer lo que quiera contigo ¿O acaso no salve tu diminuta existencia?.

Ese día fue el peor de todos. Me sometió en su mesa y con su gigantesca lengua, lamia desenfrenada mi miembro, haciéndome venir una y otra vez sin descanso. Por más que forcejeaba o gritará que se detenga, ella me sostenía firme entre sus manos, impidiendo por completo que me escapara de ella. Succionó frenéticamente hasta que perdí la conciencia.

Fue cuando desperté en esa horrible prisión que había hecho ella. Había quitado cualquier caja u obstáculo que me diera la forma de salir. Y no conforme con encerrarme, me tomaba entre sus sucias manos y me lamía con desesperación hasta que quedaba inconsciente.

Inclusive hubo momentos en los que me metía entre sus grandes pechos y me obligaba a mantenerme ahí todo el día, a pesar del sofocante calor que ella provocaba con su cuerpo, hablando literalmente. Le gustaba verme sufrir, eso era claro.

Pero no permitiré eso más.

La noche estaba presente, y aquella enorme criatura descansaba tranquila en su gigantesca cama.

Era mi oportunidad de escapar.

Todas las noches desde que la enorme criatura me detuvo contra mi voluntad, comencé a juntar objetos a mi alrededor, y los escondía entre el peculiar suelo de paja que había en mi celda-ratonera. Había logrado construir una escalera no tan firme, pero podría servirme.

Logré llegar al borde de la prisión y al ver la altura, dude un poco en si era una buena idea. Regrese mi mirada a la demonio dormida, quien solo abrazaba cálidamente su almohada. Sacudí mi cabeza y me convencí de que si lograba salir de ahí, tendría una mejor vida.

El Dominio Del Imperio [Monster Girl Stories] [+18]Where stories live. Discover now