00| KimChay

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ᰔᩚ

Arrepentimiento era todo lo que sentía aquel muchacho grande, quien se sentía tan mal plenamente dentro de su lúgubre y tan asqueado tras la pérdida.

Perdoname. Perdoname. Susurraba cada palabra en su cabeza con el temor a la pérdida del menor. Pero ¿qué hacer? Aquel hombre de expresión seria solo estaba hecho de expresiones gélidas que no daban mucho de qué hablar, porque se sentía tan mal dentro de sí mismo, entendiendo que todo aquello lo había hecho mal y que ahora lo había perdido por el capricho de un mal pensamiento.

No creas en lo posible si es posible. Cree en lo imposible que resulta siendo lo posible. Pero él nunca creyó ninguna de las dos, al contrario, creía en que si no pensaba nada el destino haría lo que fuese correcto y ahora gracias a sus tan estúpidos pensamientos ahora se encontraba reteniendo las lágrimas que estaban a punto de salir de sus ojos oscuros.

El no podía llorar, él no podía sentirse mal, él no podía sentirse una víctima, ¿por qué? porque el simplemente era el malo de la historia donde abandonaba al chico que más amaba en la vida, que él fue quien tantos embustes le había metido en la cabeza. Fue tanta la tristeza interior que sintió como aquel mundo suyo se derrumbaba porque él era el malo del cuento y los malos no se pueden dar tan gran libertad para sufrir en sus interiores.

En el muy fondo, aquel hombre pensó para sí mismo “¿Qué pasaría si ignoro mis propias advertencias? Quiero ser feliz, porque mis miedos se han desaparecido cuando lo vi, lo moretones y las fracturas en mis huesos, fueron desapareciendo lentamente cuando estuviste a mi lado”

Ha de admitir que en un momento dado se sintió hipócrita pidiéndole que se quedara cuando él fue quien se fue… pero, al fin de cuentas, sus pensamientos estúpidos fueron los que ganaron la batalla contra su voluntad a no irse. Pensando para sí mismo que si se quedaba sería tan peligroso para él, tantos enemigos.

El fue una clara definición a todo lo que logramos hacer por amor, Kim Theerapanyakul abandono a Porchay Kitisawads en un día gélido ante sus ojos. El no quería hacerlo, él lo amo; él quería llorar.

Las personas somos tan inteligentes como estúpidas, otras somos más inteligentes que estúpidas y por último está él, tan frío como diciembre y tan cálido como marzo. Para Porchay fue un gran embuste todas sus palabras, incluso tanto que aquel hombre mayor no fue capaz de seguirle un “Te amo”, tanto dolor y sentimiento en una mirada, tanta frialdad y desgracia en Kim. Tanta inseguridad que no supo qué hacer. Los ojos de los dos pedían a gritos ayuda.

Por un lado está Porchay, aquel chico que mantuvo su dignidad intacta, aquel chico que por un segundo vio la mirada dolida de su en ese entonces amante. Estaba inerte en su habitación fría por las mañanas, por las noches se dedicaba a escrutar sobre aquella canción que era tan peligrosamente adictiva.

Por el otro lado está Kim, chico que hizo lo correcto de manera incorrecta. En sus pensamientos pasaba la clara imagen del rostro dolido del  menor, el rostro mojado de lágrimas causadas por él mismo. No le agrado eso, quería protegerlo pero ¿cómo hacerlo si él era el peligro? Kim Theerapanyakul se estaba convirtiendo lentamente en una imagen turbia y más jóven de su padre y eso solo lo hacía temblar más en su corazón.

Dos chicos que de una u otra forma fueron tan asquerosamente ingenuos y a la vez tan tremendamente inteligentes. Kim ingenuo por creer que por el simple de hecho de él alejarse de Porchay ya todo se arreglaria, inteligente porque al final cobró conciencia de que todo sería malditamente igual así estuviera él o no; Porchay ingenuo por simplemente dejarse moldear de una a otra forma entre las manos de Kim, no captando aquellas señales de que Kim seria quien le enseñaría lo que en realidad eran las personas como él e inteligente porque al final supo mantener su dignidad tan intacta, no dejándose llevar por sus sentimientos descontrolados que no le llevarian a un buen lugar después de todo.

En fin. Las historias como estas no son para narrarse como tan sencillamente. Son para contarse con agonía, tristeza y emoción. 

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Está es una nueva historia, las actualizaciones serán  de tres a dos por semana.

Why Don't You Stay? - KimChayWhere stories live. Discover now