10| Entiendeme ll

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Porsche enojado con Kim a tal punto de incluso intentar aventarse sobre Kim, si no fuera porque kinn y Khun lo detuvo a tiempo este ya se encontraría trepado intentando arrasar con todo él, golpeándolo y destruyendolo físicamente.

Esto a Kim no le preocupaba pues sabía perfectamente que podría quitarse a Porsche de encima fácilmente. Lo que realmente le preocupaba a Kim era que todo ese alboroto causado en la habitación estaba destruyendo emocionalmente a Porchay. Ellos más que nadie deseaban simplemente permanecer en los brazos del otro, es por eso que Porchay no se soltó del agarre de Kim a pesar de que su hermano mayor lo estuviera jalando del brazo para que se soltara.

Por otro lado, Khun mantenía su palabra firme, diciéndole a Porsche que Kim era un hombre bueno, él más que nadie lo sabía, él lo había criado y lo conocía muy bien. Khun confiaba en que Kim si que era digno de Porchay.

Kinn estaba sumergido en una bola de estres. Todos esos días habían estado llenos de estrés y ahora todo eso era como la gota que derramó el vaso, Solo quería que ya todo se calmara para poder descansar.

Por la mente de Porchay lo que pensaba era que no era justo todo aquel escándalo que estaban armando a casi media noche. No lo dejaban dar una explicación, le pidió una y otra vez a su hermano mayor que lo dejara explicarle, que lo entendiera así como él había entendido su relación con Kinn. Estaba comenzando a hartarse de la situación, quería gritarles a todos que se callaran porque no soportaba todo el ruido que ya comenzaba a hacerle efecto en la cabeza con una puntaza constante que no lo dejaba en paz. Fue de un momento a otro en el que su cabeza se volvió solo un zumbido, no escuchaba nada más, lo único que su cabeza repetía era “callate” una y otra y otra vez. Aun sentía las manos de Kim en sus hombros, sosteniendolo con fuerza que tal vez fue lo único que lo mantenía de pie pues incluso las piernas le temblaban.

Por la mente de Kim solo pasaba una y otra vez que estaba tan estresado, quería sacar a todos de la habitación y que simplemente ya se callaran de una vez por todas. No soportaba aquel ruido intenso de gritos y uno que otro grito de Kinn pidiendo que ya se callara, pero menos soportaba ver a su amante a punto de colapsar ahí mismo en sus brazos. A Kim no le importaba tanto que las personas dijeran cosas de él, le valió totalmente todos los insultos que le decían. Kim comenzó a notar más el estado en el que comenzaba a entrar Porchay, notó como sus piernas temblaban junto con sus manos. Su cuerpo se puso frío. Porsche incluso logró notar el estado de su hermano que solo lo hacía enfurecer más.

Porchay ya hartado de todo lo que estaba pasando, dio un largo paso hacia adelante, soltándose bruscamente de las manos de Kim quien se sorprendió por su acto. 

—¡Ya callense! ¡Actúen de una vez por todas como adultos! —gritó con todas sus fuerzas haciendo que la atención de todas se fuera dirigida hacia el menor que cansado estaba de todos.

—¡Exacto, todos callense! —exclamó Porsche dándole la razón a su hermano menor.

—¡Tú también callate, Hia! —Porsche se sorprendió cuando escuchó aquellas palabras dirigidas a él. Toda la habitación se quedó en silencio, incluso los sonidos ambientales se habían callado. Kim estaba con su expresión seria, mirando como Porchay sobrellevaba esa situación mejor que cualquiera. —Ya me canse de que todos actúen como niños.

Después de unos minutos donde todos se callaron, por fin Porsche hablo, Kim se hizo a un lado dejando que se acercara a su hermano.

—¿Cómo estás? —Ahora era Porsche quien se sentía mal.

—Estoy bien. —habló con firmeza. —A mí no me pasa nada. Solo me duele la cabeza de todo el escándalo que hicieron ustedes, no puedo creer que prefirieras hacer todo esto a simplemente hablar conmigo en privado.

—Es que no… no puedo creer todo esto. Porchay, no sabes como es Kim…

—Ey, que yo sigo aquí...

—¡Kim! —lo regañó Porchay.

Porchay entonces se dio cuenta que nadie más que ellos sabían de los verdaderos sentimientos de Kim y que a pesar de su rostro indiferente a todas horas, él era totalmente distinto con él. Eso tal vez solo lo sabían él y Khun.

—No… Tú no sabes nada. Kim se ha portado muy bien conmigo.

—Siento que te he fallado. ¿Te sentiste muy solo? Fue mi culpa. —dijo Porsche, buscando entre los ojos de su hermano alguna señal de terror.

—Hia, tú no haz fallado, se que tuviste tus razones, no te preocupes. Eres muy buen hermano, nada es tu culpa. —contestó el otro un poco más relajado, dispuesto a contestar cualquier coaa que a su hermano le dijera.

—Pero es que tú… —cerró los ojos e inclinó la cabeza hacia arriba. —No puedo evitar sentirlo.

—Hia, ya no soy un niño, sé perfectamente lo que hago. Igual que tú encontre a alguién que me quiere, y así como yo te logre perdonar a ti tú comprende que esto no es nada de tu culpa. Es cosa que yo decidí.

—Tú… Lo siento.

—Esta bien, pero no vuelvas a hacer un escandalo así.

—Lo vez, Porsche, ¡te dije que mi Kim no era un hombre malo! —Khun los interrumpió.

Aquel día fue cuando por fin la mente de Porchay descanso, por fin podía dormir, sin noches en las que despertara temblando de la inseguridad.

Why Don't You Stay? - KimChayWhere stories live. Discover now