04| Quiero quedarme

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Porchay se sintió tan mal por verlo llorar y verse a sí mismo en una situación de debilidad tan grande. No supo qué responder ante aquellas palabras desgarradoras de Kim, palabras que se repitieron como eco en su cabeza, una y otra y otra vez, en su oído desgarrando la piel que yacía en ese lado. 

—No hagas las cosas más complicadas de lo que ya son… por favor no te ates a algo que no es. —dijo Porchay mientras se limpiaba las lágrimas con la manga de su camisa.

Porchay se dio vuelta para escapar, quería escapar lo más rápido posible de ese lugar donde tanto dolor sentía. Pero entonces, sintió aquella mano grande detenerlo por las muñecas. Un fuerte deja vu se apoderó de él, recordando como hace tiempo fue el mismo Porchay quien había detenido a Kim para suplicar que este no se fuera, sin embargo, ahora sus papeles habían sido intercambiados.

—Dame la oportunidad de enseñarte que puedo ser mejor de lo que has visto. Que me siento tan arrepentido de haber hecho aquello, no es algo de lo que me sienta orgulloso.

—P´Kim… por favor, no me lastimes más.

Aquellas palabras del menor fueron fuego para su corazón que incluso sintió que dejaba de latir por unos segundos, el mundo se paro y ahora solo quedaban ellos dos, en medio de la oscuridad de aquel pasillo vacío donde no había nadie quien los viera en ese momento de debilidad.

—Yo… nunca quise lastimarte, me arrepiento de haberlo hecho. Cada día… es una tortura para mi mente culpable, deseo haber hecho las cosas mejor de lo que las hice… al final, todo quedó igual a como no quería que quedaran. —susurraba aquellas palabras con una insoportable desesperación que provocaba que Porchay se sintiera desesperado igual. —Prefiero tenerte conmigo que te puedo proteger de una mejor manera que a no tenerte conmigo.

Porchay en ese momento sintió como todo el mundo se le iba encima, quería decirle “quiero quedarme” pero seguía sintiendo el miedo a ser abandonado una vez más. Porchay aun no sabía la verdadera cara de todas las cosas, él aun pensaba que lo que había hecho Kim era porque simplemente lo había usado para beneficio propio más no sabía que Kim en realidad estaba profundamente enamorado de él.

—¿Qué me asegura que no volverá a pasar? Que tú no te iras una vez más… me abandonaste, traicionaste tus sentimientos y eso me dolió más a mí que a ti.

Kim trago saliva estando de acuerdo con él, porque cada palabra que había salido de su boca era tan real, nadie podía asegurar a Porchay que Kim no le haría nada de nuevo, ni siquiera él mismo podía prometer a Porchay que no volvería a pasar y que él no volvería a sufrir como lo había hecho. Aunque en realidad los dos habían sufrido igual, solo que uno se sentía tan culpable que no podía dormir por las noches y otro se sentía tan despreciado que dormía y dormía hasta que los días pasaran, porque durmiendo nada te puede hacer daño más que tus mismos sueños.

Eso era lo que pasaba, querían estar juntos más no podían jurar lealtad; uno no podía jurar algo al otro y el otro no podía creerle las palabras, muy en el fondo si las creía pero se sentiría mal si lo admitía.

Entonces, aun con el temblor en las más, con un nudo en la garganta, las manos temblorosas y repitiendo una y mil veces en la cabeza que se iba a arrepentir de aquello: se acercó a Kim mientras sostenía sus dos manos que se encontraban calientes, rodeó su cuello con sus brazos y escondió el rostro entre aquel espacio de su cuello.

De inmediato una fragancia masculina inundó sus fosas nasales puesto que ahora podía oler con claridad a Kim mientras lo abrazaba. Kim respondió a su abrazo con un poco de entusiasmo y a la vez preocupación. El no sabía aún la respuesta de Porchay así que solo disfrutó de ese momento mientras apretujaba el cuerpo pequeño que estaba pegado a él.

Porchay era un chico de cuerpo pequeño, delgado y cintura marcada que sólo dejaba ver lo guapo que era; Kim tenía unos brazos grandes y piernas largas, se notaba todo el esfuerzo que lo ponía a su rutina.

Entonces cuando menos se lo esperaba, Porchay se soltó de sus manos súbitamente, lo hizo porque de repente sintió una ola de terror, estaba tan cómodo de nuevo, tan completo se sentía que no soportaba aquel pensamiento suyo de que en algún momento tal vez Kim lo dejaría de nuevo.

Kim estaba dispuesto a cambiar aquella actitud suya, todo con tal de no volver a sentir ese pánico de estar incompleto, de que las fracturas y moretones volvían a reaparecer después de haber sido borradas por la sonrisa de Porchay que tanta tranquilidad de causaba siempre. Así que entendió aquel miedo que sentía él en aquel instante, calor que no sabía a la perfección cómo era que Porchay se había sentido, pero se imaginó que el dolor interno que sintió era tan parecido o incluso peor al que él había sufrido.

—Da una oportunidad y prometo que intentaré no volver a fallarte. —dijo con miedo Kim, temblando la voz y las manos después de haber sentido de nuevo el calor del chico frente a él.

—Quiero quedarme. —Finalizó con un largo suspiro.

Why Don't You Stay? - KimChayWhere stories live. Discover now