12| La apariencia de las cosas

237 34 0
                                    

ᰔᩚ

Un día muy estresante para Kim. Ya no soportaba el lugar tan apretado lleno de personas. Mientras estaba subido en el escenario lo único que pensaba era estar acostado de vuelta a donde se sentía bien, donde no le dolía la cabeza y no se sentía apretado; mientras las gotas de sudor se derramaban por su frente y de su garganta emergia esa voz que hacía enloquecer a todo el público, eso no le hizo sentir tan bien como usualmente lo hacía.

Recordó aquella vez que conoció a Porchay por primera vez y comenzó a desear que entre todo ese público estuviera él haciéndole compañía con su voz. Quería tenerlo ahí con él en ese mismo momento; quiso besarlo en ese momento; necesidad de tener a Porchay entre sus brazos y que lo calmara solo como él sabía hacerlo. No lo quería, lo necesitaba.

Lamentablemente no se podía dar el lujo de irse pues tenía que interactuar con las personas que estaban ahí después de que bajara del escenario. Cuando pasó eso, lo único que pudo pensar en el resto de la noche fue lo mismo que antes y en su dolor de cabeza, ni siquiera prestaba atención a las personas que estaba su alrededor las cuales intentaban comenzar una platica con él, este intentaba seguirles el tema pero al final siempre terminaba poniendo una excusa para ir a otro lado. Incluso con aquella chica que tanto lo seguía a todas partes.

Esa chica al parecer era una especie de fan ya que no se le despegaba de encima por más que intentara escapar pues ya sentía que la cabeza le explotaba. Se fue a sentar en la barra mientras pedía un vaso de agua pues no le gustaba tomar, solo fingía que lo hacía cuando en realidad no. La misma chica de antes se encargó de seguirlo hasta la barra para seguir platicando con él. Forzaba ya aquella sonrisa tan particular en Wik.

Kim ya no sabía ni a donde más esconderse.  Kim no tenía que ser suficientemente inteligente como para darse cuenta de las intenciones de aquella chica, sin embargo no se podía dar el lujo de decirle una que otra palabra hiriente pues al ser una figura pública eso tendría demasiado impacto en su carrera como Wik.

Se retiró de la barra y la chica lo siguió. Su plática se giraba más en torno a él, preguntas cliché que siempre le hacían como si Wik era su verdadero nombre o cual de todas era su canción favorita.

Para ese momento ya estaba a punto de explotar, comenzó a escuchar únicamente los zumbidos de sus oídos causados por el gran dolor de su cabeza y la música vibrante en las ventanas y copas de vidrio.

Ahora solo miraba los labios de la chica moverse pero no escuchaba lo que decía, todo era silencio. Kim volteo a los lados intentando buscar a Big quien se encargaba de él aquella noche. Le hizo una seña con la mano la cual indicaba que era hora de irse. Este igualmente le hizo una seña a Knot para que fueran preparando la camioneta.

—Bueno, pues me despido amablemente porque este artista ya se tiene que ir. —no esperó a una respuesta de la chica y solo se dio media vuelta para rápidamente seguir a Big que lo esperaba ya a unos cuantos metros.

No pudo más hasta llegar a la camioneta donde se desplomó en el asiento de tanto cansancio, estrés y dolor de cabeza. Pasaron minutos que para él fueron horas. Se encontraba hartardo de todos. Solo quería llegar y dormir durante un largo rato.

Por otro lado, estaba Porchay, en las mismas que antes, con el rostro y parte de la almohada empapados de lágrimas y el móvil frente a él mientras miraba un video de Wik cantando, mirando entre el público como si buscara a alguien o algo. Porchay tras ver eso no pudo pensar en nada más que en que tal vez era esa chica a quien buscaba Kim.

Se tapó de pies a cabeza con las sábanas y se quedó en total silenció hasta que pronto escuchó la puerta de la habitación abrirse con fuerza y ser cerrado con la misma fuerza. Rápidamente Porchay se limpió todo rastro de lágrimas en sus ojos y rostro aunque fue totalmente en vano pues tenía los ojos rojos e hinchados, era imposible que alguien no se diera cuenta que había estado llorando durante un largo rato.

Se destapó de las sábanas y miró a Kim aventar la chamarra a una silla mientras sostenía su cabeza con la otra mano, con el ceño fruncido y las orejas ligeramente rojas, se olvido de todo en ese momento, se preocupo por el estado en el que su amante acaba de llegar. Se levantó de inmediato y gateó sobre la cama hasta ponerse de rodillas en la misma, quedando frente a Kim quien se sorprendió al verlo despierto a tan altas horas de la noche.

—¿Qué te pasó? —dijo Porchay mientras sostenía la mano de Kim con fuerza. Pero este se sorprendió aún más cuando vio los ojos rojos de su amado, de inmediato supo que anteriormente estaba llorando, que lo había hecho y mucho.

—¿Tú qué tienes? ¿Por qué llorabas? —se soltó del agarre del menor para sostener entre sus brazos a su rostro y limpiar sus ojos de los cuales una nueva lágrimas había quemado los ojos de Porchay —Dime…

—No importa eso, tú… estás mal, ¿te sientes mal verdad? —se levantó de la cama, —no importa, es obvio que te sientes mal, iré a buscar a Knot para decirle que traiga medicamento.

¿Qué debían hacer? Uno estaba preocupado por el otro y el otro por él. Con la diferencia de que Porchay estaba roto emocionalmente y Kim físicamente. ¿A quién debían atender primero?

—No. ¿Qué te pasó? —Kim desvió la mirada hacia otro lado, justamente donde se encontraba el móvil de Porchay encendido con una foto clara de él con aquella chica que fue partícipe de su dolor de cabeza tan fuerte. Entonces por fin entendió la razón de las lágrimas de su amante.

—Ya que dije que no pasa nada… —demasiado tarde pues ahora Kim ya sabía sobre la razón de sus lágrimas recién desechadas. Kim envolvió en sus brazos a Porchay, rodeandolo por la cintura y juntándolo lo más que se podía a su cuerpo pues no soportaba verlo llorar y más si él era el causante.

—Esa es solo la apariencia de las cosas.

Why Don't You Stay? - KimChayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora