T2. Capítulo 8. Nozomi

1.5K 230 34
                                    

Mirio fue enviado al palacio de verano temporalmente, Izuku cedió a su propio guardia para que cuidara de él y vigilara que no se hiciera daño. Era un cuerpo sin alma.

El alfa despertaba a diario deseando no hacerlo, no comía y dormía todo el tiempo. Miraba al cielo como esperando algo, perdido en sus pensamientos, Rody no le escuchó decir ni una palabra desde que estaba con él.

Una semana pasó así, hasta que un carruaje apareció. Izuku descendió de él e ingresó al palacio acompañado de Denki.

Mirio apenas los miró cuando los omegas aparecieron en el recibidor.

Denki permaneció a lado de Rody, cerca de la puerta, no podía ni ver al rubio alfa.

Izuku avanzó hasta sentarse a lado de él. Mirio siguió con la mirada fuera de la ventana.

—¿Cómo estás?

No hubo respuesta durante unos segundos.

—¿Por qué?

El omega lo entendió. —No debías morir.

—¿Querías hacerme sufrir? Estoy arrepentido de lo que le hice a Kirishima, pero mi arrepentimiento llegó al mismo tiempo que coloque el veneno. Hacerme pasar por esto ¿te gustaría sentirlo?

Rody intervino inmediatamente. —Más te vale detenerte ahí.

Izuku levantó la mano hacia él para detenerlo. Observó de vuelta a Mirio con compasión.

—No debes morir Mirio. Te están esperando.

El alfa frunció el ceño y entonces sí lo miró.

Izuku le sonrió con gentileza, colocó su mano sobre la de Mirio.

—Ellos te necesitan, si mueres, Tamaki no lo soportará.

—¿Estás burlándote de mí?

Izuku apretó el agarré y el alfa volteo a ver la mano del omega sobre la suya, era cálida. Vio a los ojos del Haseki con esperanza en los suyos, su corazón comenzó a palpitar con fuerza cuando le dijo:

—Tamaki está vivo.

Cuando Rody dobló la esquina en su caballo y se detuvo frente a la reja, bajó de un salto y metió la mano para abrir

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Cuando Rody dobló la esquina en su caballo y se detuvo frente a la reja, bajó de un salto y metió la mano para abrir. El metal azotó contra sí mismo y el caballo relincho con la prisa que llevaba el alfa.

Caminó a zancadas largas y apresuradas hasta la entrada y tocó desesperadamente.

Tamaki se despertó, algo desorientado y adolorido. Se levantó algo asustado por los toques y asomó la cabeza por la ventana de su habitación.

—¿Rody? ¿Qué haces? Tirarás la puerta.

Rody se alejó para ver desde donde le hablaba el omega, la desesperación estaba rápidamente embargando su cuerpo.

El Sultán (KatsuDeku)Where stories live. Discover now