C17

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En Di'varti enterprises existían reglas fundamentales como en cualquier empresa existente. Algunas típicas como: cumplir con las normas laborales, no realizar actividades que pongan en riesgo la salud de otros empleados, no irrespetar ni interrumpir el trabajo de los demás, etc. Políticas y reglas impuestas por las normas del código fiscal italiano.

Pero una regla inquebrantable que cada alma en ese edificio debía asegurarse de saber, era "Jamás mentirle al Sr. Di'varti". Esta regla no venía incluida en las normas estatales, pero era la que mas debían seguir a pulso para poder sobrevivir.

Él siempre descubrirá la verdad.

Jungkook era una persona que odiaba las mentiras. En Di'varti enterprise ya se habían registrado casos de intento de lavado de información o traición. Casos que no habían terminado en buenos términos.

En la empresa había una frase que todos conocían "𝘼𝙡 𝙙𝙞𝙖𝙗𝙡𝙤 𝙣𝙤 𝙨𝙚́ 𝙡𝙚 𝙥𝙪𝙚𝙙𝙚 𝙢𝙚𝙣𝙩𝙞𝙧 𝙥𝙤𝙧𝙦𝙪𝙚 𝙚́𝙡 𝙛𝙪𝙚 𝙦𝙪𝙞𝙚𝙣 𝙘𝙧𝙚𝙤́ 𝙡𝙖 𝙢𝙚𝙣𝙩𝙞𝙧𝙖". La utilizaban para recordarse cada día, que la traición podía traerles la peor de las desgracias.

— Como les decía.— Hablabla el encargado de finanzas de la empresa. Parado frente a todos los ejecutivos de la empresa y frente al mismísimo director, Jungkook Di'varti. No importa que tanta experiencia tuvieras en el área, o que tantos años tuvieras en el mercado, siempre daba miedo exponer frente a ese hombre.

Jungkook no contaba dedos para decirte que tu trabajo era una mierda y tampoco para decirte que era demasiado bueno. Un hombre sin pelos en la lengua. Por eso cada presentación era revisada incansablemente por varias personas antes de llegar a él.

Tenías que demostrarle que valías la pena,
o te ibas. Así de fácil.

— Las estadísticas muestran que el ultimo proyecto a tenido un gran recibimiento en el mercado. Por supuesto la idea elegida por nuestro presidente a tenido una fuerte tracción.

Todos estaban prestando atención a lo que el hombre decía, menos Jungkook, que sentía un presentimiento incómodo. Cómo si algo estuviera fuera de lugar.

— Ya que estamos en un buen momento, es mejor lanzar el tiburón al agua, de una vez por todas.— Habló uno de los ejecutivos.— ¿No así, director?— Jungkook miraba a un punto fijo. — ¿Director Di'varti?— Levantó la mirada.— Le decía que es tiempo de...

— No. Aún no lo haremos. Hacerlo en este momento representaría pérdidas a futuro, no nos podemos confiar de...— La puerta se abrió sin previo aviso. Todos los ejecutivos, incluido Jungkook, voltearon hacia ella. Era Max.

Su cara estaba pálida y denotaba evidente pánico.— Ahmed. Hubo un atentado en Givix.

— ¿Que?— Jungkook abandonó su asiento, y salió casi corriendo, dejando a todos en la sala de juntas totalmente desconcertados sobre si seguir o no con la reunión. Sin el jefe, cualquier palabra era inválida.— ¿Sabes algo de ellos?— Le preguntó mientras se colocaba el abrigo.

Inmediatamente Taehyung salió de la mansion los hombres le informaron. El estaba tranquilo, era Jimin, un amigo de años en el cual confiaba plenamente, y podía confiarle el bienestar de Taehyung ya que el rubio también estaba altamente protegido. Pero de igual manera le indicó a sus hombres que también lo protegieran.

— No se sabe nada. Ninguna llamada entra o sale del centro comercial. Aún no se sabe la razón.

¿Tenia un mal presentimiento o miedo de que algo le hubiera pasado?

Subieron al coche y se podría decir que si Jungkook no fuera un buen conductor, un accidente automovilístico hubiese estado asegurado.

Llegaron al lugar en menos del tiempo establecido. De cualquier manera, el centro comercial estaba bastante cerca de la empresa.

Cautivo | Kookv (omegaverse)Where stories live. Discover now