C25

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Phiara estaba en su habitación, abriendo los cajones desesperadamente, sacando lo que sea que lograra agarrar. También estaba bajando toda la ropa de su closet, y metiéndola en un pequeño bolso maletero. Necesitaba salir de ahí, y lo necesitaba hacer, ya. Muy pronto Taehyung colapsaría y todos en la mansión serían inmovilizados. Ella ya no podía estar ahí para cuando eso pasara. Y aunque ella no fue quien ejecutó el plan, sino que envió a unos de los guardias a hacerlo. Y tenía la coartada de que siempre estuvo en el palacio y no se movió de ahí, no sabía si el guardia ya había sido capturado, tampoco si estaba vivo, y menos si había soltado la lengua.

Pero conociendo los métodos de tortura de Jungkook, definitivamente, si el guardia no había hablado, hablaría muy pronto, y darían con ella. Sabía que a Jungkook no se le podía mentir, era totalmente imposible. Y pobre de aquel que intentara hacerlo, porque él tampoco las perdonaba. Tomó las últimas cosas y se dispuso a salir de la habitación. Se detuvo en la puerta y sacó la cabeza para asegurarse de que no hubiera nadie en los pasillos.

Cuando estuvo totalmente segura de que no había nadie, salió. Caminó, o mejor dicho, trotó por los pasillos hasta llegar a la puerta de servicio que lo llevaría al jardín trasero y desde ahí, idearía otro plan para poder evadir a los hombres de Jungkook o buscar la manera de traspasar el bosque, sin morir en el intento. Abrió la puerta y solo logró sacar un pie cuando...

— Phiara.— llamó Max.

— Maximus.— lanzó el bolso que Max aún no había visto, y regresó adentro, viendo cómo la puerta se cerraba de golpe por la brisa que había afuera.

— ¿A donde vas?— preguntó mientras se acercaba.

— Yo... voy a... regar las flores.

— ¿Regar las flores? Ya es muy tarde para eso ¿no crees?

— Es que olvide hacerlo más temprano, ya sabes que hoy es un día muy despierto en la mansión, ya sabes, muchas cosas que hacer, a veces las cosas se olvidan.— intentaba excusarse.

— Ya veo. Sabes que, hoy amanecí de buen humor.— le sonrió.— Se me antoja algo así como...— fingió tener duda— Regar flores, si, eso se me antoja.— logró empujar un poco la puerta para abrirla pero Phiara se atravesó en medio.

— No, no, no, cómo crees. Yo me encargo. Es mi trabajo.

— Vaya.— sonrió orgulloso— Que buena empleada eres Phiara.— acarició su cabello— Seguro es por eso que Ahmed te mando a llamar.

Palideció.— ¿Ahmed... me llama?

— Así es. Pero no tienes razones para ponerte así de nerviosa ¿no es así, Phiara?
¿O si?— frunció el ceño, y luego le sonrío levemente

— No, para nada.

— Tranquila. No es como si fuese la primera vez que lo ves.— la guió con su mano para que Phiara avanzara.— Vamos.— Phiara asintió con temor, y caminó con mucha duda y lentitud. Cómo si no quisiera llegar. Max siguió su paso sin apresurarla. Cuando estuvieron en la puerta, Phiara no abrió, ni siquiera lo intentó.— ¿Que esperas? Tal vez te darán un bono por tu buen desempeño. Tu tranquila.— abrió la puerta por ella y la empujó hacia adentro, pero no con la suficiente fuerza como para que cayera. Y cuando estuvo dentro, cerró la puerta tras ella, dejándola a solas con Jungkook. Phiara se sobresaltó por el golpe de la puerta al cerrarse.

— Ah-med... ¿Solicitó mi presencia?— preguntó intentando verse calmada.

— Así es.— confirmó— ¿Por qué te quedas ahí parada? Ven y siéntate.— Phiara avanzó, pero aunque intentaba evitarlo, el sudor que ahora corría por su frente, era evidencia del pánico que sentía.— Mucho calor ¿no es cierto?— le preguntó al verla sudar. La omega asintió. Se sentó.

Cautivo | Kookv (omegaverse)Where stories live. Discover now