Fin

74 3 2
                                    

Tiempo después

Chris.
Ha pasando 4 años y es bastante tiempo desde aquel día, no he podido ver a Lucy desde que supe que se mudó del país, he ido a trabajar todos los días sin falta y es lo único que ha podido distraer mi mente un poco, ¿algo ha cambiado desde que ella se fue?, creo que solo volví a ser un maldito drogadicto y alcohólico, Ian se casó con alguien y no es Lily, pero es feliz su esposa se llama Kristell pronto tendrán un hijo, estoy realmente feliz por él ya que en el pasado arruine su vida un poco bastante, hoy solo desperté para ir trabajar tomar alcohol y tratar de dormir, al llegar a la oficina mi padre estaba sentado en el escritorio con una cara larga, esta enojado.
-Buenos días.
-Buenos días Christopher.
-¿Algo paso?
-Si, hijo quiero que te vayas del bufete.
-¿Que?
-Has trabajado mucho desde que eras joven, mereces un descanso.
-No no lo merezco ni lo necesito, solo quiero seguir trabajando.
-Christopher, has perdido la mayoría de los casos, Ian tomará tu lugar te seguiré pagando un suelto porque lo mereces hijo, has trabajado muy duro.
-Bien ya entendí, me iré, elegiste bien al poner a Ian en la presidencia.
-Lo sé hijo.
-Bueno puedo estar solo un rato solo en lo que guardo mis cosas.
-Claro que si.
Leonardo se fue y yo empecé a guardar todo, no puedo creer que esté pasando esto justo ahora, tome todas mis cosas y estuve casi todo el día en la oficina pensando en muchas cosas y pensé en aquel día que vi a Lucy por primera vez y lo grosero que fui con ella, no pude evitar sonreír al recordar aquel día, mi día pasó muy rápido cuando miré por la ventana ya era de noche, tome la caja con mis cosas y baje, me subí a mi auto y maneje hacia una cafetería, necesito un café, entre y ya estaba vacío estaban apunto de cerrar, solo había una chica con algunas bolsas de mandado y estaba pidiendo su café, su voz no fue imposible identificarla era Lucy.
-Lucy-dije en un susurro pero ella volteó a mirarme, su cara no fue de felicidad ni de enojo en realidad ella no expresaba nada.
-Christopher-tiro las bolsas que tenía en las manos.
Creo que fue mucho impacto para ella- ¿Lucy estas bien?
-Si, perdón- levantó las bolsas, iba a pagar el café-
-¿Puedo invitarte el café?
-Si está bien- dijo nerviosa.
Pedí un café y pague el de ella, ella iba a salir casi corriendo pero la tomé de la mano y le dije.
-¿Puedo llevarte?
-No, no es necesario, gracias por el café.
-Lucy por favor, es algo tarde déjame llevarte.
-Bien.
Cargue sus bolsas y las subí al auto, los dos subimos, me dijo la dirección de su casa y empecé a manejar -¿puedo decirte algo?
-No.
-Reí- que directa, solo quería saber a qué país te fuiste y cuando regrésate
-Nunca salí del país ni de la ciudad, solo me mudé de departamento.
-¡Oh!, quiero hablar de lo que paso.
-Chris me case con alguien y tengo una hija ahora.
-Sonreí aunque estaba apunto de llorar- felicidades Lucy, perdóname por lastimarte tanto, te enamoraste de alguien al que no conocías ni en lo más mínimo.
-Está bien, ya no importa, ¿tu cómo estás ahora?
-Supongo que bien.
-genial.
Ya no dije nada, el silencio empezó a ser un poco incómodo y puse algo de música, ella empezó a cantar en voz baja y yo le seguí, ella me sonrió y cantamos los dos, esto me hace recordar tiempo atrás, así fue todo el camino, nadie dijo una sola palabra pero no hubo silencio, al llegar ella me miró, su mirada era de lastima se que siente lastima por mi.
-Reí-  ¿Por qué esa mirada?
-Ríe- por nada, gracias por traerme-abrió la puerta del auto y se bajo, busco algo en su bolsa, sacó su cartera y de ella sacó un billete de 100 dólares- toma, gracias por traerme en este hermoso auto y por ser tan atractivo y por darme un concierto -reí- hasta luego Chris- cerró la puerta.
-Hasta nunca Lucy-dije cuando ella cerró la puerta. Mire el billete y claramente no pude evitar sonreír, manejé de regreso a mi departamento, al entrar subí a mi habitación y me tumbe en la cama creo que me siento tranquilo, pude ver su rostro por última vez y eso me mantiene bien, me levante y fui a mi oficina saqué una hoja y una pluma del cajón del escritorio y escribí algo para ella, hace un tiempo ella me dijo adiós y creo que es mi momento de darle mi último a dios. escribí la carta y la dejé en mi cama baje a la cocina abrí aquel frasco de pastillas que estaba completamente nuevo y abrí la botella de whisky tomé todas, tome todas sin pensar, esto es tan egoísta y débil de mi parte pero yo no puedo vivir sin ella, hoy tal vez entiendo todo ella es tan valiente que se enamoro de mi y yo solo tenia la necesidad de estar con alguien por miedo a la soledad eso es de alguien cobarde, solo tenía miedo a quedarme solo y a sufrir solo que no pude pensar en las demás personas. Camine de nuevo a mi habitación ahora no tengo un trabajo y Lucy es feliz ¿hay alguna razón para poder seguir viviendo?, cerré los ojos y por fin sentí tranquilidad no sentía dolor estaba solo completamente pero me sentía feliz es porque tal vez mi final fue la mejor y única decisión no egoísta que pude tomar.

Falling in love Donde viven las historias. Descúbrelo ahora