𝗚𝗲𝗮𝗿𝘀 & 𝗕𝗼𝗹𝘁𝘀┃One Piece [HIATUS]

Entrometida

—No puedo creerlo...

—Sí, y sabes que es lo peor, ¡eran compañeros de cuarto!

—¿¡Compañeros de cuarto!?

Gladius se llevó la mano a la boca, a pesar de tener puesta una máscara, aparentó sorpresa al escucharte. Sonreíste ante su reacción, volviendo a atornillar algunas partes de un pequeño aparato.

Pensaste que toda tu estancia aquí iba a ser como un infierno, pero en la semana que llevabas aquí, la mayor parte del tiempo la pasabas era en el laboratorio y descubriste que Gladius era un chismoso. Así que empezasteis a congeniar cuando comenzaste a contarle algunos cotilleos que habías escuchado durante tus viajes, en prisión o incluso de libros que alguna vez leíste.

Fue un cambio de información útil ya que él también te contó muchas cosas, en su mayoría de las personas que habitan aquí, usarías todo a tu favor si lo necesitases, una nunca sabe cuando necesita chantajear a los demás para salvarse a sí misma, puede ser más o menos moral, pero lo menos que necesitabas ahora mismo era verte envuelta en más problemas.

Los días pasaban rápidos a pesar de ser un poco monótonos ya que no tenías mucho que hacer y no te dejaban ir más allá del castillo, algún día suelto Baby5 te pediría que la acompañaras a hacer las compras junto a Sugar, una supuesta 'niña' que también era parte de la familia. Lo demás podías resumirlo en levantarte, vestirte e ir a trabajar hasta la noche, teniendo breves descansos para comer durante el día.

Llegaste a conocer a la gran mayoría de la familia Donquixote, y, al menos, por apariencias no parecían tan despiadados como algunos rumores que habías escuchado y leído desde que llegaste aquí, pero por supuesto, solo estabas contemplando la superficie de la personalidad y nada más.

La jornada terminó pero volvió a empezar más rápido de lo que esperabas, nunca supiste que tenías la capacidad de 'hibernar' cuando tienes un buen colchón en el que descansar, una pena que no pudieras dormir más horas.

—Buenos días, traigo grandes noticias para ti.

Tu ceño se frunció inmediatamente al escuchar la voz de Doflamingo, que entró en tu cuarto sin permiso, sonriendo de oreja a oreja, por suerte ya habías terminado de vestirte con uno de los conjuntos que te prestaron.

—Define 'grandes noticias'.

—¡Hoy no tendrás que trabajar...! —su tono alegre y cantarín se quedó en el aire haciendo que levantarás una ceja para que continuará, sabiendo que había algo más detrás de esas buenas noticias— en el laboratorio.

—¿Y...?

—Tenemos una gala de invitados y necesito personal, por desgracia algunas de mis chicas están fuera y necesito sirvientas, tienes la mañana libre pero te quiero puntual para las cuatro del mediodía, oh, y no olvides tu ropa.

No pudiste soltar una sola queja o suspiro por tu boca cuando tu vista se opacó gracias a un vestido de maid que él tiró hacia ti, sirviendo lo suficiente de distracción como para que ya no pudieras quejarte porque se había esfumado.

Levantaste el vestido, era simple, negro y blanco, pero pensar en ponerte esto... simplemente era un no para ti, si bien no odiabas las faldas y te parecían uno de los accesorios más lindos para vestir, te acostumbraste demasiado a la comodidad de usar pantalones para una mejor movilidad a la hora de trabajar.

—A la mierda con este tío, sólo tengo que llevar esta ropa, pero no ha especificado si podía retocarla...

Buscaste algunas de las habitaciones, encontrando un pequeño set de costura, miraste las tijeras y el hilo, no tenía que ser muy diferente de una sierra y unos cuantos tornillos ¿no? Por suerte no destrozaste tanto el vestido y lo convertiste en unos pantalones negros normales, una camisa de manga corta blanca, eso era, un traje en vez de un vestido era mucho mejor.

—¡Oh dios mío!

Te sobresaltaste por la voz, haciendo que las tijeras se resbalara de tus manos cayendo justo al lado de tu pie derecho, volteaste para encontrarte con Delligner.

—¿Qué pasa, tengo fuego en el hombro?

—T-tu vestido, ¿¡qué has hecho con el!?

—Unos pequeños arreglos.

—Pequeños... arreglos...

Su cuerpo parecía que estaba perdiendo fuerzas cuanto más miraba tu creación, no estaba tan mal hecho pero al parecer para Delligner lo que hiciste fue similar a un crimen de guerra hacia la moda y costura.

Era demasiado tarde como para arreglar o conseguir otro vestido, así que tuviste que ponerte tu traje, Delligner te prestó una corbata y una americana para combinar, te maquilló y peinó ligeramente, echándote del cuarto de costura rápidamente, quería comprobar que no hubieras destrozado nada de material valioso.

—Caray, una explota un cuarto y ya todos tienen miedo de que rompa sus cosas, qué desconfiados.

Te cruzaste de brazos, poniendo rumbo a la oficina de Doflamingo porque Delligner te pidió que le entregases su traje recién arreglado y le comentases tu 'problemilla' con tu vestido.

Suspiraste alzando la mano para tocar a la puerta porque al menos tenías la decencia de hacerlo no como él, pero tu mano se quedó a milímetros de la madera al escuchar su voz.

—¿Cuál es tu trato en ese caso?

Te acercaste más, sintiendo ese cosquilleo interno por estar espiando una conversación que no deberías, acercándo tu oído lo suficiente a la puerta como para que la amortiguada voz fuera más nítida.

—Bien... mmh... aceptaré la condición, espero que podamos encontrarnos pronto, te echo menos-

Te separaste de la puerta rápidamente, dejando de escuchar cuando los pasos se acercaron a tu posición, retrocediste rápidamente, cambiando tu expresión a una desinteresada, haciendo como que ibas a tocar a la puerta, solo que está se abrió ante ti.

—Oh, te estaba esperando ¿acabas de llegar? ¿o estabas escuchando conversaciones ajenas?

Tragaste en seco al ver su ceño ligeramente fruncido, una pequeña vena en su frente, pero achantarte en este momento te delataría.

—¿Quién te crees que soy, tú? Cuanto menos sepa sobre tus negocios mejor para mí.

—Por supuesto, entonces ¿puedes explicarme que le ha pasado al vestido que te presté?

La tensión en tu cuerpo se esfumó al igual que la duda de Doflamingo sobre si habías escuchado o no aquello, ahora centrados en una nueva discusión sobre códigos de vestimenta, al menos pudiste escaparte esta vez, pero la curiosidad tal vez te de más problemas.