Capitulo Ocho.

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-Scott-

Pasandome una mano por el cabello, miré a mi mejor amigo acurrucado en el sofá con Derek -el antes amargado Derek Hale- e intente no arrancarme el cabello ante la frustración. El alpha podria haberme explicado todo eso de las parejas pero aún no podia entender como ellos habían aceptado esa condición sin rechistar. Si a ti te emparejaran con la persona más hostil y que te ha tratado peor en la tierra durante meses, insultandote en cada oportunidad que aparecia, ¿no te quejarias al menos un poquito?

¡A eso es a lo que voy!

Stiles estaba siendo tan dulce y amoroso que estuve a dos segundos de golpearlo fuerte en la cabeza para que entrara en razón. Algo estaba sucediendo, algo a parte de toda la mierda de las parejas. Y yo iba a descubrir que era.

Sacando mi celular de mi bolsillo les envie el mismo mensaje a toda la manada, pidiendoles reunirnos en la casa de los Stilinski. Los gemelos fueron los últimos en confirmarme su asistencia. Deaton se había mostrado renuente a ir a la casa de Stiles pero cuando le comente que algo extraño sucedia terminó por aceptar.

Parandome cerca de la sala, me apoye en una pared cercana y mantuve una estrecha vigilancia sobre la parejita Sterek. ¡Ja, hasta les había inventado un nombre y todo! Aunque ni loco se los decia, Derek podia ser dulce con Stiles pero ya me había demostrado que me arrancaria la cabeza si me atrevia a molestarlo.

Los chicos no tardaron en llegar, uno detrás de otro y me encargue de guiarlos a la cocina, lejos de la sala hasta que pudiese reunirlos a todo. Una vez que Erika y Boyd entraron, ya que eran los últimos que faltaban, cerre la puerta y me apresure hacia la cocina. Derek y Stiles no se habían dado ni cuenta de todo el movimiento, estando sumergidos en su burbuja de amor.

—¿Para qué nos llamaste? —preguntó Isaac, dando un salto y acomodandose sobre el mesón.

—Algo raro esta sucediendo con Derek y Stiles —informe, recibiendo miradas de incredulidad en mi dirección—. Okey, ellos son raros todo el tiempo pero esto es peor. Miren en la sala si no me creen. ¡Estan acurrucados!

Antes de que me diera cuenta, todos estaban amontonados en la puerta de la sala mirando a Derek y Stiles con los ojos enormes. ¡Hasta Deaton quedo mirandolos con una expresión asombrada! Peter fue el primero en voltear a verme.

—¿Quien es ese y donde esta mi sobrino? —pregunto.

Me encogi de hombros haciendoles un gesto para que se apartaran de la puerta antes de que la parejita Sterek los viera. Me sentia como un perro ovejero, solo que en vez de acarrear ovejas mi ganado era de lobos y humanos y lo que sea que fuese Lydia. Una vez que todos estuvieron nuevamente acomodados en la cocina, me giré hacia Deaton.

—Derek me dijo al sobre ser la pareja de Stiles —comenté, esperando una mejor explicación por su parte.

—Eso explica todo. —aceptó, asintiendo con la cabeza suavemente.

Espere una explicación con paciencia pero al parecer, se me había agotado toda antes así que fui el primer en asombrarme cuando chille:— ¡Pues yo no entiendo nada, explicame! Mi mejor amigo esta acaramelado con el tipo más amargo de Beacon Hill, el cual ahora se comporta como un maldito osito cariñosito, así que porfavor te estoy pidiendo que me des una maldita explicación coherente o voy a arrancarme el cabello dentro de poco.

Un dolor sordo me aparecio en mi mejilla derrepente—. ¡Controlate! —pidio Erika, mirandome como si hubiese hecho el acto del año al pegarme una cachetada. Todos en la habitación la quedaron mirando a lo que ella solo se encogio de hombros—. ¿Que? Todos querian hacerlo, no mientan.

Nadie lo negó, lo que logró que enviara una mirada fulminante hacia todos allí dentro mientras me refregaba la mejilla. Mi piel palpitaba donde la mano de la rubia había impactado, seguramente sino hubiese sido un lobo me habria quebrado la mandibula.

El obsequio de Stiles |Sterek|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora