Capitulo Doce.

3.8K 389 3
                                    

-Stiles-

—¿Que ustedes qué?

El grito de papá me hizo saltar sobre mi trasero y mirarlo con los ojos enormes. La vena en su frente estaba resaltada, como si en cualquier momento fuese a estallar como un maldito volcan y matarnos a todos. Aunque, de todas maneras le temia más al arma acomodada en en su cinturón que a su vena, aunque ambas parecian igual de letales en ese momento.

Moviendome con nerviosimo, arroje una mirada hacia Derek, quien estaba tan impasible como siempre, antes de volver a mirar a mi papá—. Somos pareja, papá. Los lobos tienen una pareja verdadera, algo así como su otra mitad. Yo soy eso para Derek.

Y la vena volvió a palpitar cuando el hombre paso una mano por su cabello. Esto no se veia bien, papá parecia a punto de explotar. Eso jamás era bueno. Había visto a mi padre enojado un par de veces pero ahora parecia estar llegando a un nuevo nivel.

Lo peor de todo es que las ratas peludas y apestosas de Scott e Isaac habían huido tan rápido de la escena que tenia la impresión de que habían dejado un surco como en los dibujos animados. En vez de hombres-lobo esos dos deberian ser llamados chicos-ratas. Cobardes ambos.

Papá se aclaro la garganta y miró a mi lobo—. Vete, Derek —dijo con una voz de acero—. Quiero hablar con mi hijo a solas.

Derek me miró, podia ver la renuencia en su mirada. No me gustaba estar lejos de mi lobo y a él tampoco alejarse de mi pero ninguno de los dos se atrevió a contradecir a mi padre. El moreno se puso de pie y dejo un pequeño beso en mi frente antes de dirigirse a la puerta. Miró sobre su hombro cuando iba saliendo.

"Entraré por la ventana de tu habitación, pequeño" su voz flotó dentro de mi mente.

Al principio me sorprendi un poco pero luego recorde que yo tambien había podido hacerlo. Le di un imperceptible asentimiento y lo vi salir de mi casa. Sentí una sensación horrible al verlo marcharse, tanto que tuve que recordarme mentalmente que estaba en mi habitación.

Giré mi mirada hacia papá nuevamente, viendo el ceño fruncido en el rostro de este y deseando correr detrás de Derek. Tenia la impresión de que el hombro no queria "hablar" sino más bien "gritarme".

—Estoy muy decepcionado de ti, Stiles. —soltó de repente.

Subiendo mis piernas sobre la silla, las envolvi con mis brazos y lo miré sobre ellas—. ¿Lo siento?

—No creo que eso sirva de mucho ahora, ¿o si? —gruño—. ¿En que diablos estabas pensando al ir al bosque solo? No, dejame responder eso por ti, de seguro no tenias absolutamente nada en la cabeza, no es como si lo tuvieras en algún momento del día.

—Eso es un poco cruel. —musité, aunque creo que no me escuchó.

—No solo te metiste en un lío, poniendote en peligro cuando aceptaste ese famoso obsequio —hizo un gesto brusco con la mano—. Sino que ahora me sales con que eres la pareja de Derek. No te basta con ir a meterte en medio del problema de la manada, a la cual ni siquiera perteneces, sino que tienes que hacerlo aún más grande agregando esta estupidez, ¿verdad? —su voz no era alta, no estaba gritando pero su tono heria igual—. No sé a que juego esten jugando para volverme loco pero no voy a caer. ¡Tu ni siquiera eres gay!

—No lo soy —me aclaré la garganta—. Es solo Derek, yo lo quiero y él es lindo conmigo ahora, papá, yo...

—Corta eso —gruño—. Estas castigado, Stiles.

—¿Que?

—Lo que escuchaste —se puso de pie—. Vete a tu habitación, estas castigado por un mes. Dame tu celular, no tendrás llamadas ni salidas por ese tiempo.

Saque mi telefono de mi bolsillo y lo coloque en su mano abierta—. Esto es injusto, te estoy diciendo la verdad.

—Pues, no te creo —guardo el aparato—. Vete a tu habitación.

—¿Que hay del instituto? —musité, llegando a la puerta.

—Irás a la hora indicada y vendrás directo aquí luego, no me importa si tengo que ir a buscarte todos los días para que cumplas —aseguró—. Quiero aclararte que este castigo incluye: no Derek, no Scott, no Isaac, ni nadie más que pertenezca a la manada.

—Pero papá —me di vuelta mis ojos ardiendo por las lagrimas—. Ellos me necesitan ahora, hay un omega rondando el lugar y necesitan que investigue...

—¡No me importa! —rugio, su rostro volviendose rojo—. No te atrevas a desobedecerme, sabes que tengo modo de saber si hablaste siquiera con alguno de ellos.

—Estas siendo muy injusto conmigo, papá —musité, una lagrima caliente resbalo por mi mejilla—. No pudes separarme de Derek, lo necesito.

—No, no lo haces —aseguró—. Esto es solo otra de tus locuras. Vete a tu habitación.

—Vas a arrepentirte de esto. —susurré.

—No te atrevas a amenazarme —grito y por un momento pensé que iba a golpearme, en vez de eso señalo nuevamente las escaleras—. Vete a tu habitación y encierrate hasta la hora de ir al instituto. Bloqueare tu ventana mientras no estas.

—¡No! —chillé, sabiendo que Derek no tendria modo de entrar si bloqueaba esa ventana—. No puedes bloque...

Me detuve ante su mirada furiosa. Hizo otro gesto hacia la escalera, por lo que me di vuelta y subi las escaleras corriendo hacia mi habitación. Una vez en ella, bloquee la puerta y me arroje hacia el regazo de Derek, quien estaba sentando en mi cama, envolviendo mis brazos alrededor de su cuello. Los brazos de Derek me envolvieron al instante mientras lloraba en su hombro.

—Shhh, pequeño —musitó, besando mi mejilla suavemente—. Solucionaremos esto, te lo prometo.

—Él nos quiere separar, Derek. —susurré con voz rota—. No quiero que me aleje de ti.

—No lo hará —aseguró—. Encontraremos la forma de vernos.

—Dijo que va a vigilarme —le recordé.

—No me interesa, pequeño, no voy a dejar que nadie te aleje de mi —aseguró—. Tu cumpleaños es en dos meses, ¿verdad?

Asentí contra su cuello—. ¿Por qué?

—Cumpliras dieciocho y serás mayor de edad —me recordó—. Y entonces podrás venirte a vivir conmigo, así no tendriamos que estar separados jamás.

—¿Me llevarias a vivir contigo? —susurré—. ¿Aún cuando soy un bipolar de mierda?

Me parecio escuchar su risa pero no estaba seguro—. Creo que ambos somos unos bipolares de mierda —aceptó—. Por eso somos pareja. Estoy seguro de que estaremos bien juntos, ¿que dices? ¿vendrás a vivir conmigo?

No tuve que pensarlo mucho antes de asentir—. Si me iré a vivir contigo, Derek.

—Entonces, no debes llorar más, pequeño —levanto mi barbilla, secando mis lagrimas con su pulgar y dejando un suave beso en mis labios—. Todo estará bien ahora.

—¿Como lo sabes?

—Porque me asegurare de que todo sea perfecto para ti. —dijo antes de besarme nuevamente.

El obsequio de Stiles |Sterek|Where stories live. Discover now