Capitulo Cuarenta y Ocho.

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-Stiles-

Un mes despues.

—¡Dejen de hacer eso! —arrojé una pelotita de papel al otro lado de la mesa, golpeando a Scott con ella y logrando que separara su boca de la de Isaac para girarse a mirarme mal—. No me mires así, es tu culpa que estemos aquí en primer lugar así que no puedes decirme nada.

—¿Por qué es mi culpa? —jadeo—. Te dije desde el principio que escribir eso en el pizarron no era una buena idea.

—Pues debiste haberme detenido, idiota —okey, no estaba siendo coherente pero estaba bastante irritado luego de tanto tiempo. Se suponia que no debian atraparnos, menos aún puesto en detención pero alli estaba yo, perdiendo dos horas de mi vida sentado en una silla de la biblioteca mientras veia a mi mejor amigo y su novio besuquearse cuando podia estar haciendo cosas mejores.

Pasando las hojas del libro frente a mi, observé las fotografias sin real interes antes de realmente hartarme y cerrarlo con un golpe. Me recosté en el respaldo de la silla y miré a mi alrededor. En total eramos cinco personas que nos dedicabamos a calentar el asiento, nosotros tres y dos chicas que no conocia. Había arrastrado a los tortolos conmigo, culpandolos de haber ensuciado el salón cuando había sido yo mismo el que lo había hecho pero el profesor nos odiaba por igual por lo que le dio lo mismo enviarnos a todos a detención.

—¿Has sabido algo de Tea? —preguntó Scott, logrando que me girara a mirarlo.

—Nos visito hace unos días, al parecer se van a marchar de Bacon Hills. Algo sobre empezar de cero en otro lugar, no sé.

—¿Que va a pasar contigo?

Me encogí de hombros—. Nos invito a ir con ellos pero nos negamos. Nuestra casa es aquí, no hay manera de que nos vayamos —suspiré, jugando con mi lapiz—. De igual manera, prometió visitarnos seguido para saber sobre mis nuevas... habilidades, y sobre lo de Junior.

—Deja de decirle así —giró los ojos.

—¿Que pasa con Talia? —preguntó el rubio despistado, logrando que copiara el gesto de Scott.

—Tu te pierdes hasta en tu casa, ¿eh? —bromee—. Al parecer hay algo extraño con ella. Tea cree que a pesar de ser niña, tiene parte de la genetica de las droxgeas.

—Tienen la hipotesis de que sea una especia de Quimera por la mezcla de ADN —explicó Scott.

—Zayn dice que seguramente mientras crezca, el ADN de lobo eliminara la parte humana y droxgea en ella pero no sabremos hasta que suceda —hice una mueca—. De igual manera, ella estara bien.

—¿Como lo sabes? —Isaac sonrió cuando Scott se acercó y dejo un beso en su mejilla.

—Solo lo sé. —aseguré—. Ella estara bien.

Mi celular vibro en mi bolsillo, mirando a mi alrededor para asegurarme de que el profesor no había vuelto, lo saque y encendi rapidamente la pantalla sonriendo ante el mensaje de Derek informandome que ya estaban en el estacionamiento. El lobo tonto había estado llevandome y yendo a buscarme al instituto desde todo lo sucedido hacia un mes. Sabia que aún estaba preocupado de que alguien apareciera y quisiera lastimarme nuevamente.

—¿Derek? —preguntó Scott cuando terminé de enviarle un mensaje en respuesta.

Asentí lentamente—. Él y los bebes estan en el estacionamiento.

—¿Como te esta yendo con él?

—Aún quiero matarlo a veces —sonreí—. Pero estamos bien. Lo deje sin sexo dos semanas y ha estado cambiando pañales desde ese momento pero creo que ya pude perdonarle el que me haya mentido y ocultado cosas.

—Realmente pensé que le harias algo peor. —comentó Isaac—. Tu nos haces sufrir cuando te hacemos algo.

Sentí mi rostro colorearse por lo que iba a decir—. No puedo estar enojado con él mucho tiempo, lo amo demasiado y me duele tenerlo lejos.

—Ow —los dos se inclinaron hacia adelante al mismo tiempo y apretaron mis mejillas, logrando que mi sonrojo se profundizara mientras intentaba alejarme—. Eres tierno cuando no estas intentando hacer que nos maten.

—Callense, idiotas. —palmee sus manos—. Son unos imbeciles, no voy a decirles nada más.

—Oh, no te enojes.

—McCall, Lahey, ¿tienen muchas ganas de molestar? —el profesor se acercó a la mesa justo cuando se estiraban para volver a apretar mis mejillas, logrando que ambos se hicieran para atrás, cayendo sobre la silla con un ruido sordo—. Tienen media hora más de detención, los demás pueden irse.

Poniendome de pie, suprimi una risa ante la mala cara de ambos antes de voltearme y dirigirme a la puerta. Una vez estuve fuera de la biblioteca, me eché a correr por los pasillos directo hacia la salida. La brisa fresca me golpeo el rostro cuando sali del edificio, mi mirada automaticamente se dirigio al estacionamiento, sonriendo cuando vi a Derek de pie cerca de la camioneta roja que habíamos comprado.

Bajando las escaleras rapidamente, salte los dos últimos escalones de una vez y atravese el estacionamiento en menos de un segundo, saltando directamente a los brazos abiertos de mi lobo. Derek rio, un sonido al que comenzaba a acostumbrarme antes de estrecharme más cerca y bajar la cabeza por un beso que le cedi encantado.

—¿Por qué te enviaron a detención hoy? —preguntó rompiendo el beso.

—Lo dices como si viviera metiendome en problemas —me queje.

—Esta es la tercera vez en lo que va de la semana. —me recordó.

—Fue culpa de Scott e Isaac esta vez.

—¿En serio? —musito incredulo—. ¿Y que se supone que hicieron?

—Estaban ocupados comiendose las bocas mutuamente y no me avisaron que venia el profesor —explique—. Es su culpa.

—Si tu lo dices.

Enseñandole la lengua, me estiré para poder llegar a la venta abierta de la camioneta y mirar hacia adentro, sonriendo al ver los rostros despabilados de los bebes. Tomando un pequeño juguete que tenia cascabeles, lo agite con fuerza, logrando que los tres giraran la cabeza en esa dirección. Estan inmensos y los gemelos ya hasta balbuceaban cosas y a Derek se le caia la baba, solo a él.

—Creo que te extrañaron —Derek dejo un beso en mi cuello al escuchar las risitas—. Yo te extrañe.

—¿Lo hiciste? —me enderece sonriendo, aferrandome a él con mis brazos—. Que cursi te has puesto.

Sonrió, acercandose para dejar un beso en mis labios—. A ti te gusta que sea así.

—No voy a negarlo. —reí, besandolo.

—Vamos a casa. —musitó cuando nos separamos.

Asentí. Casa, me gustaba esa palabra. Gea podria haber resultado ser malo pero despues de todo si me había dado lo que le había pedido. Había encontrado mi hogar junto a Derek y me había obsequiado tres preciosos hijos. No podia quejarme.

El obsequio de Stiles |Sterek|Where stories live. Discover now