Capitulo Veinte.

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-Derek-

—Hey —Melissa entró a la habitación con un cuadrado plastico blanco en la mano, donde supuse estaba guardado el Cd—. Siento haber tardado, pensé que necesitarian un poco de tiempo para asimilar todo.

—Esta bien, gracias —acune a Stiles más cerca de mi pecho y le sonreí—. Se durmio hace unos minutos.

—Es normal que este somnoliento. Son los cambios fisicos que esta sufriendo, su cuerpo solo puede traducirlos como cansancio —acepto antes de fruncir el ceño—. O al menos lo es en las embarazadas.

—No sé nada de embarazos —acepté.

—Por la medida de los fetos parece estar entrando en su tercer mes de embarazo —dijo—. ¿Hace cuanto que estan juntos?

—Dos semanas y media —conteste.

—¿Entonces...?

—Segun lo que Gea dijo, se desarrollaran más rapido —explique—. Naceran en unos dos meses.

—¿Dos meses? —chilló—. Eso es muy rapido.

Asentí—. Lo es. —realmente lo era.

Tenia muchas cosas que hacer y pensar. Tenia que conseguir una casa más grande y encontrar la forma de convencer a al sheriff para que dejara que Stiles y mis hijos vivieran conmigo, no había manera de que mantuviera alejado de ellos. No por el demonio que estaba rondando, sino por que no queria estar separado de mi familia ahora.

Colando una mano bajo la camiseta de Stiles, toque su abdomen con cuidado. Apenas estaba distendido, parecia ser una pequeña hinchazón. No podia creer que allí estuviesen creciendo mis hijos. Joder, nunca había pensado en la probabilidad de ser padre y ahora lo seria de gemelos, era increible.

—Oh mierda. —Stiles abrió los ojos de pronto, logrando sorprenderme.

—¿Que sucede? —pregunté preocupado, si quitar la mano de su abdomen.

—Son gemelos. —afirmo.

—Si.

—¿Crees que si son lobos podran fusionarse como Aiden y Ethan? —cuestiono con excitación brillando en sus ojos.

Lo miré con desconfianza pero decidi responder para saber a donde iba con esa pregunta—. No lo sé, tal vez puedan hacerlo.

—¡Cool! —chilló—. Mis hijos podran romperle el culo a esos dos.

Fruncí el ceño—. No usaras a mis hijos como gallos de riña, Stiles. —gruñi.

—No serán gallos de riña —rodó los ojos—. Serán patea-culos-de-esnobs.

Melissa rió cerca de nosotros mientras respiraba hondo recordandome que el chico en mis brazos llevaba a mis hijos en su vientre y que no debia golpearlo por decir estupideces. Dicen que las manias son dificiles de eliminar y golpear a Stiles se había convertido en una de las mias. Ganas no me faltaban de darle un pequeño golpe en ese momento.

Mi telefono comenzo a sonar en ese momento logrando que olvidara las ganas de golpear a Stiles. El chico se salió de mi regazo y comenzo a parlotear con Melissa por lo que poniendome de pie, sali de la sala para poder contestar la llamada.

—Tenemos un problema, Derek —soltó Scott apenas coloque el aparato en mi oido.

—¿Que sucede?

—Allison acaba de llamarme —dijo—. Los cazadores encontraron rastros extraños en el bosque, Allison cree que son de demonio.

—El hijo de perra volvió. —musité, enviando un vistazo hacia la puerta de la habitación donde Stiles se encontraba.

El obsequio de Stiles |Sterek|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora