Capitulo Once.

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-Stiles-

Uno. Dos. Tres.

Empuje con mis brazos, con toda mi fuerza, el cuerpo más grande de Derek quitandolo de encima antes de girar rápidamente por la cama y caer de boca el suelo. Joder, eso había dolido. Mi frente palpito con furia, ya que la había usado como reemplazo para no golpearme la nariz. Eso si hubiese sido asqueroso, seguramente mi nariz sangraria como una catarata si hubiese recibido todo el impacto del golpe.

Sentandome en el suelo, froté el punto de dolor y observé a Derek roncando sobre mi cama. Había despertado gracias a sus ronquidos, de oso gruñón, en mi oido los cuales aún seguian haciendo eco en la habitación. ¡El tipo ni siquiera se percató de que me había caido/tirado de la cama! Vaya cuidado el que me daba.

Rodando los ojos, me puse de pie y camine hasta mi armario, sacando un conjunto de ropa antes de meterme al baño. Dirigiendome directo a la ducha, deje la ropa sobre la tapa cerrada del inodoro de pasada y abri el grifo. Ni siquiera espere que el agua terminara de calentar antes de meterme debajo, dejando que el agua quitara el sudor adherido a mi cuerpo antes de alcanzar el jabón.

Me bañe en tiempo record, intentando no detenerme a pensar mucho en lo que había pasado la noche anterior. No era que no me hubiese gustado, porque... bueno, estuvo genial. Pero todo esto aún era extraño para mi. Sentia como una piola invisible que me jalaba todo el tiempo hacia Derek pero mi cabeza era una bruma inmensa que no podia despejar, lo que me impedia pensar bien en lo que estaba sucediendo, en lo que estaba haciendo.

Una vez que mi mente comenzó a funcionar por si misma, decidí que había tenido suficiente. Tomando una toalla, sali de la ducha y comencé a secarme cuando mi mirada cayo sobre el espejo sobre el labavo.

—¡Joder! —gruñi, arrojando la toalla a un lado y acercandome al espejo—. ¿En serio? ¿Grises? ¿Que jodido problema tienes con mis putos ojos? ¡Me gustaba el marrón, joder!

—¿Stiles? —Derek aparecio en el umbral de la puerta con expresión preocupada—. ¿Que sucede?

Me giré hacia él, apuntando mis ojos—. ¡Gris! —chille—. Ahora mis ojos son grises, ¿Que jodidos soy ahora? Ya me había acostumbrado a la idea de convertirme en Barney, ¿ahora que soy? Oh Dios, estoy teniendo una crisis de identidad, jamás había tenido una de esas pero creo que es lo que me esta sucediendo. ¿Que se supone que voy a hacer ahora? ¿Que será de mi vida?

Derek apoyo el hombro en el marco de la puerta y cruzo los brazos sobre su pecho mientras me observaba desvariar—. Stiles.

—¡No! No quiero que mis ojos sean grises, no combina con mi cabello ni con mis lunares. —jadee al acordarme de algo que había pasado por alto—. ¿Que le voy a decir a mi padre? No puedo decirle que el estupido de su hijo acepto un regalo de una desconocida y que ahora mis ojos cambian de color. Va a creer que soy más idiota que antes. Y no puedo decirle que me compre lentes de contacto porque vamos, ¿quien me va a creer que tengo dinero para eso? ¡Estoy por morirme de hambre!

—¡STILES! —gruño usando su voz de alpha conmigo. Me detuve de golpe y lo miré. Él solo suspiró y camino hacia mi, envolviendome en sus brazos—. Lo solucionaremos, pequeño, no tienes que preocuparte por esto. Además, el gris te queda bien.

—No me gusta no saber lo que me esta sucediendo. —musite contra la piel de su pecho.

—A mi tampoco —aceptó—. Pero te prometo que lo descubriremos, ¿si?

Asentí, apoyando mi barbilla en el centro de su pecho para poder mirarlo a los ojos—. ¿En serio me queda bien el gris?

—Si, te queda genial. —beso la punta de mi nariz suavemente, sonreí—. ¿Tienes hambre?

El obsequio de Stiles |Sterek|Where stories live. Discover now