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Jimin miraba a la señora byun con un puchero en su boca, pero no uno adorable, sino uno que denotaba aburrimiento y cansancio.

La señora no paraba de hablar de la conexión que había entre la técnica y el sentimiento en el baile, mas Jimin no tenía cabeza para ello en ese momento.

Los dos últimos días habían sido todo un desastre para él; su lobo chillaba triste a cada hora, rogándole para que fuera a buscar a su "alfa" y pidiera por mimos, pero Jimin no quería hacerlo. Bueno, sí quería hacerlo, pero tenía miedo. Extrañaba mucho a ese alfa tonto con un poco de personalidad de omega. En verdad que le hacía falta escuchar sus tonterías y ver su bonita sonrisa, pero había estado trabajando en una coreografía un poco complicada, por lo que no tenía tiempo ni para hablar con su mejor amigo (al que había ignorado), y todo por culpa de su ex compañero; Min Hoseok, ya que se suponía que la coreografía la iban a crear ellos dos.

—Joven Jimin, ¿se va a quedar todo el día aquí?

El mencionado alzó la mirada, encontrándose con la mirada burlesca de su profesora de clase teórica. Giró su cabeza para echarle una vista al salón, el cual se encontraba vacío. ¿A qué hora habían salido todos?

—No. Ya me voy. —Dijo, recogiendo su cuaderno y saliendo a paso apresurado del lugar antes de que la señora comenzara a regañarlo.

Caminó a paso apresurado hasta llegar a su habitación, ignorando a todos los eufóricos omegas que rondaban por los pasillos.

Quiero a mi alfa. Omega quiere a su alfa. Dame a mi alfa.

Rodó los ojos y bufó desesperado. Su lobo no paraba de repetir las mismas oraciones cada vez que podía, y Jimin ya se estaba cansando de ello.

Por las noches, pensaba en el chico con ojos de gatito y una hermosa gummy smile, recordando lo sucedido después de regresar de la pizzería. Él en el fondo sabía que estaba siendo muy irracional e incomprensivo con Yoongi, pero nunca antes le había gustado tanto una persona, porque sí, él ya aceptaba que ese chico le gustaba mucho, o de lo contrario, le hubiera dado lo mismo el que le mintiera. Pero se sentía traicionado a pesar de todo.

Simplemente, no sabía cómo actuar ni qué hacer.

—¡Park Jimin!

El peli-negro abrió sus ojos y lamió sus labios al escuchar a esa voz, para después comenzar a correr todo lo que sus piernas le permitían.

—¡Detente ahora mismo!

Jimin lo ignoró olímpicamente y siguió con su huida, sintiendo alivio al ver a pocos metros la puerta de su habitación. No quería hablar en esos momentos, pero aún cuando no estaba de buen humor.

Llegó hasta la habitación y se adentró en ella rápidamente, e intentó cerrarla antes que su mejor amigo llegara hasta él y lo obligara a hablar, mas su amigo fue mucho más rápido y se metió en ella sin pedir permiso.

—¡Fuera de aquí! —exclamó, señalando la entrada mientras caminaba hacia su cama.

—No, tenemos que hablar —declaró con voz fuerte, cerrando la puerta con seguro.

—No quiero hablar —bufó, quitándose los zapatos y dirigiéndose hacia el baño.

Taehyung gruñó ante la actitud de su mejor amigo. Estos dos días le había dado su espacio para que pensara bien las cosas, y también porque sabía que estaba enojado con él por haber participado en la mentira de los hermanos Min, pero ya no más.

—Entonces me vas a escuchar.

Sin dejar que Jimin se negara o escapara hacia el baño, el omega de cabello castaño lo tomó de la cintura y lo alzó en sus brazos para llevarlo hacia la cama que antes le pertenecía a su novio -no- novio, y lo tiró sobre ella para luego subirse encima de él, haciendo que el omega peli-negro quedara con las mejillas pegadas a las suaves sábanas.

Un Omega De Mentira - YoonminWhere stories live. Discover now