#01 La pequeña chica / Axel conoce a Ruby.

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Algo nuevo. ¿Necesitaba algo nuevo? No, la rutina es divertida y tranquila. Ese era el pensar de Axel. Un muchacho común y corriente, un poco tonto ante el resto, pero era una persona que no se preocupaba por nada. Bueno no es que no se preocupara por nada, la cuestión era que no se percataba cuando algo era preocupante o normalmente no le gustaba darle muchas vueltas a las cosas. La actividad favorita de Axel era dormir y tomar siestas en cualquier lugar, también le gustaba jugar videojuegos y perder el tiempo.
Una tarde de escuela, durante el receso, Axel estaba como siempre adormilado. Se recostó sobre uno de los banquillos que estaban junto a la cancha de básquet. Saco su consola portátil de su mochila y se puso a jugar un RPG, a su lado estaba sentado su amigo Turles, el cual miraba con mucho deleite al equipo femenino de chicas (ni modo que chicos) practicando. Turles no despejaba sus ojos de las muchachas que sudaban y Axel no despejaba los suyos de los monstruos que intentaba derrotar en su juego. Turles se emocionó demasiado, agarro a Axel y comenzó a sacudirlo.
—¡Mira! ¡Rosalinda va a hacer una clavada! —exclamaba el muchacho de cabello negro y muy liso. En serio su cabello era muy liso, y tenía un flequillo que pasaba por su frente y le llegaba hasta la punta de la nariz—
—Aja. —contesto su amigo en modo automático, súper desinteresado—
—¡Mira como se le mueve el cabello al viento! ¡Y de como rebotan sus pechos al correr! —divagaba Turles desvergonzadamente. Le valía un pedo si alguien le escuchaba y lo tomara por sádico—
—Genial… —respondió nuevamente en modo automático—
—¿Me estas escuchando siquiera?
—No.
—¡Oh, vamos Axel! ¡Despégate del juego y observa el paraíso que esta frente a nuestras narices! —protestaba Turles intentando robarle la consola a Axel, el chico de cabello salmón y medio despeinado forcejeaba para que no lo hiciera—
—¡¿Si lo hago me dejas tranquilo?! —Axel se levantó del banquillo velozmente apartando su consola de las sucias manos de Turles—
—¡Yeah!
Tras esa afirmación en ingles Axel se sentó nuevamente en el banquillo y fijo sus ojos en la cancha donde las chicas jugaban esperando ver ese “paraíso” del que le hablaba su amigo.
—No veo ningún paraíso: solo a las chicas practicando. —respondió nuestro prota en un tono de fastidio. Su amigo se llevó las manos a la cabeza—
—¡¿Cómo es que no puedes verlo?! ¡¿Si esta justo allí?! —Turles comenzó a zapatear y retorcerse al igual que su cerebro que no logra comprender la incomprensión del cerebro de su amigo— ¡Si con tan solo verlas me dan ganas de lanzarme y darle mucho “amor” a todas ellas!
—Ufff, nunca logro comprenderte. —se quejó Axel viendo su consola, dándose cuenta que la había apagado sin querer antes cuando Turles lo estaba molestando— Joder y no guarde partida.
—¡Soy yo el que no logra comprenderte! ¿Por qué eres tan… tan…? ¡¿Asexual?!
—Hmmm… ¿Por qué siento que me estas ofendiendo?
—¡Agh! ¡Eres un caso perdido! —Turles ya no quería discutir el tema y se concentró nuevamente en admirar su “paraíso”— Vuélveme a hablar cuando te interesen las mujeres.
—¿Cuándo me interesen las mujeres? —repitió Axel en su subconsciente— ¡¿Es que quieres que babee como tú al ver a las chicas jugar?!
Axel se dio cuenta de que había gritado esa frase. Las chicas que practicaban se detuvieron al escuchar eso, mirando a los muchachos con sorpresa y desagrado (sobre todo a Turles). Los dos amigos fingieron una sonrisa y se fueron de allí avergonzados e incomodos. Iban caminando por el patio principal de la escuela, Turles le reprochaba a Axel el haberlo hecho quedar mal con las chicas, pero su amigo no estaba prestándole atención, porque entro en modo automático apenas volvió a encender su consola. Turles se molestó aún más con la ignorancia de su amigo y decidió dejarlo solo parado en medio de la nada.
El chico se quedó allí quien sabe cuánto tiempo matando monstruos. Cuando fue derrotado por un grupo de 30 slimes metálicos gigantes se fastidio y guardo su consola. Aun le faltaban unos minutos para la siguiente clase. Así que decidió sentarse en el suelo y recostar la espalda en la pared y tomar una siesta corta (él es un profesional en tomar siestas cortas). Cerró los ojos por un momento. Escucho los pasos de alguien acercándose hasta pararse frente a él. “¿Quién será?”
—Disculpe. —dijo una voz femenina y suave—
Entonces Axel abrió los ojos y elevo un poco la mirada. Sus ojos se cruzaron con una chica… aproximadamente de 12 años, de cabello rubio y con un sweater blanco con capucha, la capucha del sweater tenía unas orejas de gato decorativas. Axel se sintió un poco confundido, esa chica no era de esa escuela, no traía uniforme. Nuestro protagonista se levantó y entonces se dio cuenta de lo bajita que era esa chica (después de todo tenía 12). Axel la miro fijamente no muy seguro de lo que decir, se le había hecho un nudo en la garganta de la nada. Al final fue la chica quien hablo.
—¿Por casualidad no sabes dónde puedo encontrar a Dimo? —pregunto la chica, parecía fastidiada, como si llevara rato buscando a ese tal Dimo— Fui a su salón pero no estaba y sus compañeros no saben dónde está.
—P-perdón pero… ¿Quién es Dimo? —Axel pregunto indiferente, con su mirada clavada determinadamente en el rostro y las expresiones corporales de la chica—
—Hehehe, mi error, debí decirte quien era antes de preguntar. —la chica rio tiernamente por su propia estupidez. Su sonrisa y su mirada alegre eran resplandecientes—
En ese momento, Axel sintió la verdadera… ¡¿confusión?! Ese rostro blanco, con esas mejillas coloradas, esos ojos verdosos, ese cabello dorado largo que se escabullía de esa capucha, y… ¡Dios la capucha! ¡Con esas orejas de gato! ¡Súper tierna! ¡AHHH! El cerebro de Axel sufrió un colapso. Sus ojos se abrieron hasta sus límites oculares, su cabello se erizo como si se fuera a transformar y su boca hacía gestos raros. “¡Linda, linda, linda! ¡LINDA! ¡Esta chica es extremadamente linda! ¡Ahhh!” gritaba el subconsciente de Axel mientras apretaba su mano contra su frente, su cabello se erizaba y ondulaba como si se estuviera por transformar en una súper fase.
—Jaja, ¿oye estas bien? Jajajaja. —la chica reía entre dientes mientras se tapaba la boca con su mano—
—¡Joder, joder, joder, incluso riendo es tierna! —pensaba Axel con una sonrisa épica. No se había dado cuenta que fueron sus gestos raros la que la hicieron reír—
—¿Es que eres tonto? ¿Por qué te sacudes de esa forma? —preguntaba la chica aguantando la risa. La sonrisa del chico desapareció cuando se dio cuenta de sus estupideces. Axel se enderezo avergonzado por su comportamiento—
—E-e-estoy… b-bien. —Axel no se dio cuenta, pero estaba sonrojado y muerto de nervios— ¿Buscabas a un Dimo, no? —pregunto el chico cambiando de tema para no pasar más pena. Pero estaba confundido por su forma de actuar—
—¡Ah, sí, Dimo! —con tanta risa con las estupideces de Axel a la chiquilla esta se le olvido que estaba buscando a Dimo. Entonces prosiguió a describirlo— Es un chico alto, delgado, rubio, con lentes y una cara aburrida.
—¿Por qué estoy tan nervioso? Joder, siento como si mi cara ardiera en fuego. —Axel no estaba escuchando a la chica, estaba más bien concentrado en sus propios pensamientos y en el rostro de la chica— Esta chica…
—Oh, y es del salón de tercero “B”.
—Es bastante linda, y tierna, hermosa en realidad. ¡¿Espera que?! ¿En qué estoy pensando? —seguía pensando Axel atónito, era la primera vez que pensaba que una chica era linda. ¡También era la primera vez que miraba a una por tanto tiempo!—
—¿Me estas oyendo?
—¿Eh, que, ah? —Axel logro salir a la realidad y seguía nervioso— ¿Ah sí, buscabas a un tal Dimo?
—Sí, es lo que llevo diciendo desde hace un buen rato. ¿No lo conoces verdad? —para la chica fue divertido reírse de las estupideces del chico, pero ya había perdido la gracia y tenía prisa—
—No…
—Okey, adiós. —la chica se dio media vuelta para irse caminando pero entonces—
—¡Oye, espera! ¡¿Cómo te llamas?! ¡Yo soy Axel! —se presentó el peli salmón hiperactivamente. Ni él ni ella comprendían porque se había presentado tan apresuradamente—
—Yo soy Ruby. —se presentó la chica para continuar caminando por el pasillo— ¡Hasta luego Axel! —se despidió la chica cruzando en la esquina al final del pasillo—
—Hasta luego… hasta luego… —repitió el muchacho. Si tuviera un espejo al frente hubiera notado que tenía una sonrisa de idiota que no se la quita nadie—
El día escolar transcurrió normalmente como siempre. Solo que Axel estaba más sonriente de lo normal, era raro verlo tan feliz, demasiado feliz. Esto fue un poco raro, pero sus amigos más cercanos pensaban que estaba así porque debió de terminar alguno de esos RPG en 2D que tanto le gusta jugar. Ilusos, no conocían la verdadera razón. Su amigo más cercano, Turles lo logro comprender al instante. Esa sonrisa de tonto. De imbécil. De estúpido. De gafo. De todo lo referente a la carencia de materia gris. Turles la conocía muy bien (ya que esa es la sonrisa de estúpido que el mismo pone cuando una chica le llama la atención).
—Esto tiene que ser una broma. —lo pensaba Turles mientras caminaba por la cera al lado de su amigo después de clases— Axel es demasiado tonto, muy inocente. No creo que se haya interesado en una chica así de la nada. Mmm… aunque esas cosas siempre ocurren de la nada, jeje.
—Turles, hoy conocí a una chica muy linda. —confeso Axel con una sonrisa. Turles se quedó de piedra—
—¡¿COMO?!
—Fue después de que me dejaste solo en el patio de la escuela. La conocí.
—¡¿CUANDO?!
—Me pareció muy linda y tierna. —esas palabras no parecían haber sido dichas por Axel. Y aun así, su rostro reflejaba una grandeza brillante provocaba por la felicidad que le provocaba recordar lo sucedió—
—¡¿QUE?!
—Oye ¿Qué te pasa?
—¡LO QUE ME PASA! ¡¿QUE TE PASA A TI?! —Turles se detuvo bruscamente y trago una bocanada de aire (gritar lo dejo sin aliento) entonces se recuperó— Te conozco desde… ¿desde cuánto de conozco? —ni Turles recordaba en que momento comenzaron a ser amigos. Le restó importancia— ¡Te conozco y ya! Y esta es la primera vez que veo que una mujer ocupa tu tema de conversación.
—Aja ¿y? —indiferencia total activada—
—¡Que eso es algo nuevo! Y de paso hablas de ella resaltando lo hermosa que te parece.
—Yo nunca dije que fuera hermosa… aunque si, lo es. —Axel tenía una sonrisa de tonto, resaltando su felicidad—
—Nunca pensé que viviría como para ver esto. ¡Tú asexualidad está siendo curada! ¡Yuju! —Turles se abalanzo sobre su amigo agarrándolo del cuello y sacudiéndolo fuertemente— ¡Háblame más de ella!
—Ah, ah, ¿okey? —Axel se despegó de Tul y se cruzó de brazos. Entonces su mente fue adsorbida por unas nubes mágicas de dudosa procedencia, y comenzó a divagar en la preciosa imagen que quedó plasmada en su cerebro— Ella se llama Ruby. Así me dijo que se llamaba. Era muy bajita. Tenía el cabello rubio y los ojos verdes.
—¿Cabello rubio y ojos verdes? Bah, no me sorprende que te haya llamado la atención.
—Traía puesto un sweater de gato… —el cuerpo de Axel comenzó a temblar y su cabello empezó a ondular y a erizarse— ¡Y se veía demasiado linda con eso puesto!
—¿Axel… estas bien? —el peli negro estaba atónito frente a la extraña transformación que su amigo estaba sufriendo—
—¡Tanto que incluso deje de prestar atención a lo que me decía! —el cabello color salmón de nuestro protagonista se erizo completamente y su cuerpo echaba chispas— ¡Pero puedo asegurar que era la criatura más hermosa que he visto jamás!
—Eso es bueno Axel, pero creo que tenemos que irnos. —decía Tur súper nervioso, había visto algo que se acercaba desde lejos hacia donde estaban ellos y se podía oler el peligro en el aire—
—¡Me hubiera gustado hablar más con ella! —Axel ignoraba a su amigo y al peligro inminente ya que estaba asordo en sus divagues—
—¡Lo siento Axel pero ya no puedo quedarme aquí! —chillo el chico que se iba corriendo despavorido abandonando a su distraído amigo transformado—
—¡Quiero verla otra vez y… ¡AGGHHHH!!
Algo golpeo a Axel justo en la cara mandándolo a rodar por el suelo. Por toda la calle hasta el otro lado, dejándolo en el suelo noqueado y con la lengua afuera. ¡¿Qué carajos paso?! En algún lugar del vecindario estaba un muchacho de buen vestir muy preocupado, desesperado y con unas cadenas entre sus manos.
—¡Cangui, Cangui, Cangui! ¡Cangui regresa chico!
—¿Se escapó Cangui otra vez? —pregunto la madre del chico—
—Si mamá, rompió la cadena como siempre lo hace.
—Sera mejor que lo consigas. Ya sabes que ese canguro importado de Australia es muy agresivo con los extraños.
—No te preocupes mamá, yo; Crisko hijo de Ramory, juro que encontrare al costoso canguro que me regalaste de cumpleaños. —juro Crisko llevándose un puño al pecho—
—Solo búscalo antes de que golpee a alguien. Ah, y no vuelvas a mencionarme al desgraciado de tu padre, lo único bueno de él fue la herencia que nos dejó al morir. —se quejaba la señora entrando a su lujosa casa—
Mientras tanto una chica iba caminando tranquilamente por la calle acompañado por su hermano mayor. Eran Ruby y Dimo. En dirección a su casa se encontraron con un canguro que estaba pisoteando a un chico de cabello rosado, el cual ya estaba inconsciente. Ruby reconoció al pobre desgraciado que estaba siendo golpeado. Era Axel, el chico raro que conoció ese mismo día cuando fue a la escuela a llevarle el almuerzo a su hermano.

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