#24 Hermosa profesora / Turles por fin madura.

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El piso estaba lleno de machas de pintura y esto tenia enojaba a Rosalinda que estaba regañando a Axel y a Tur que eran los que estaban derramando la pintura. Ese día al salón de nuestros protas le toco realizar la tarea de pintar una de las paredes exteriores de la escuela. Y aunque el pelo rosa y el pelo liso estaban haciendo bien la tarea tan pronto comenzaron a perder el tiempo en tonterías y bromas.
—¡Miren todo el desastre que hicieron con sus tonterías!
—Lo sentimos Rosalinda estábamos distraídos. —se defendía Axel mientras que su amigo estaba callado intentando no buscar más problemas—
—Sí, distraídos en desperdiciar la pintura. —les seguía reprendiendo la castaña cruzándose de brazos molesta— Se nota que les gusta que se les regañe, agradezcan que el profesor Marco no está aquí o quedaran tachados en el libro rojo.
—¿Qué podemos hacer al respecto?
—Limpiarlo. Busquen unos cubos con agua y échenla en la tierra para disipar la pintura, por suerte la pintura no cayó en el suelo de sementó. Ah, y vayan a otro lado de la cancha y verifiquen si los de primer terminaron de pintar su parte.
—Como usted ordene jefa. —bromeo Axel para luego irse acompañado de su callado amigo. Caminaron un rato y Axel se giró hacia su silencioso amigo— Tur ¿Por qué estabas tan callado cuando Rosalinda nos regañó? ¿Tan culpable te sentías?
—¿Culpable? No, solo estaba incomodo… un poquito. —hablo por fin— Es que es raro cuando tu cuñada te odia a muerte y ya no puedes verla disimuladamente sin sentirte como un maldito traidor.
—Ah, ¿era eso? Okey… —Axel entro en cuenta de lo que acaba de escuchar— ¡¿Cuñada?! ¡¿Qué me acabas de decir?!
—Te’ toy queriendo decir que cada vez que miro a Rosalinda siento que traiciono a mi hermano. —hablo Turles llorando a cascadas, Axel le miraba confundido—
—¿Lo dices porque tu hermano está enamorado de Rosalinda? Supongo que no hay nada malo que te la “bucees” si no son nada. —Axel sonrió al recordar la discusión que tuvieron hace tiempo sobre el tema del buceo—
—Ya no son nada.
—¡¿Wah?! ¡¿Estás diciendo que son novios?! —se exalto Axel sorprendido—
—Sip. Estoy feliz por ellos… —ahora Turles iba caminando todo en jorobado y con los brazos colgando todo triste— pero ya no podré seguir viendo la suculencia del cuerpo de Rosalinda… pero sigo sin creerme que mi hermano haya ganado tremenda mujer…
—No sé qué pensar… —revelo Axel cruzado de brazos pensando las cosas—
—Aunque tampoco puedo creer que tú también tengas novia. —comento el pelo liso con total sinceridad— Me siento mal porque yo aún no tengo novia… pero estoy bien por ti y por mi hermano.
—Gracias amigo. Entiendo que estés triste, pero creo que solo tienes que ser… no, no se me ocurre ningún consejo que darte. ¡Hahaha! —rio Axel por su ineptitud en la consejería—
—Recuerdo que tú eras el que necesitaba consejos de Crisko y de mi cuando sufriste tu crisis existencial por culpa de Dimo. ¡Por cierto! ¿Qué ha pasado con Dimo? ¿No has tenido más problema con él después de eso de las pruebas que me contaste? —a Tur le costaba creer muchas cosas de las que habían pasado, sobre todo sobre ese secuestro falso que planeo Dimo para poner a prueba a Axel—
—Para serte sincero no. De vez en cuando nos vemos en los pasillos de la escuela o cuando voy a buscar a Ruby a su casa, pero no me ha dicho nada. Él me había dicho que no se iba a interponer.
—¿Crees que deberías confiar en él?
—El hizo todo aquello para confiar en mí, así que yo debería confiar en su palabra. —confeso Axel— Pero según el sigo sin agradarle.
—Bueno nada es perfecto. Al menos ya no es tu enemigo. —Turles se detuvo en seco intentando recordar algo. Axel se detuvo también y se le quedo viendo— Axel, ¿Qué se supone que teníamos que buscar?
—No lo recuerdo. Rosalinda dijo algo sobre pintura derramada y sobre el libro rojo, pero no recuerdo que nos pidió que hiciéramos.
—Mientras nos acordamos regresare al salón, tengo hambre y quiero comer mi almuerzo. —Turles, ahora con la espalda recta y más animado giro a la izquierda en el pasillo queriendo ir a su salón—
—Yo también quiero comer mi almuerzo.
Los dos panitas fueron a su salón olvidando sus deberes y se pusieron a comer sus almuerzos. Estaban en silencio observando por la ventana del salón a la profesora Bimba dándole una clase de educación física a uno de los grados mayores. Axel masticaba su muslo de pollo frito con indiferencia notando a su amigo que observaba atentamente por la misma ventana mientras comía una dona rellena de chocolate (¿a eso le llama almuerzo?).
—Axel… ¿Te puedo contar algo para que me escuches? —pregunto Turles muy serio con la mirada fija en la ventana—
—Ehh, por supuesto. ¿Qué es?
—Es sobre la profesora Bimba… ella me gusta desde hace tiempo. —confeso su mayor secreto… aunque no era tan secreto—
—¡Eso no lo sabía! —pero Axel nunca se dio cuenta de eso por obvias razones— ¿Y qué vas hacer?
—No pienso hacer nada…
—¿Cómo que nada? ¿Qué quieres decir con eso?
—Exactamente eso… —Turles hablaba seriamente, pero costaba tomarlo en serio con los labios manchados en chocolate— Yo no puedo hacer nada para ser algo para ella.
—¡Pero si la quieres deberías decírselo! —le dijo el peli rosa siendo incrédulo—
—Se nota que no sabes dar consejos Axel. —bufo Turles aun serio pero claramente entristecido— Eres muy tonto si crees que las cosas son tan simples así como tu relación con Ruby.
—No lo entiendo. Tal vez Bimba lo entienda si…
—Ella no me tomara en serio. Soy un niño en comparación con ella… si le dijera que me gusta se reiría y me dará un sermón muy largo sobre que no debería sentir eso, que soy joven y que debería interesarme en chicas de mi edad y otras cosas.
—¿Cómo sabes que te dirá eso? —Axel estaba teniendo una relevación con la situación de su amigo y de cómo este estaba siendo pesimista, o más bien realista—
—Escuche que eso es lo que suelen decir las profesoras en situaciones así, un conocido me lo comento. Y por lo que dijo pasar por algo así es muy vergonzoso y es mejor evitarlo y eso es lo que pienso hacer, por eso no le diré nada.
—Lo siento por ti amigo… la verdad no sé cómo ayudarte. —Axel estaba empático con su amigo y por la situación que estaba pasando. Sin saber el verdadero significado de esas palabras Axel también había pasado por el feo sentimiento de la impotencia ante un amor deseado… aunque su caso era diferente, ya que en un principio no sabía que estaba enamorado y porque su amor era correspondido desde un principio—
—En algo así no se puede hacer nada Axel… no todo puede ser color de rosa y el amor no se consigue tan rápido y fácil como lo obtuvieron tú y mi hermano. —aunque pareciera que Turles iba a llorar por la tristeza que estaba sintiendo, pero no lo hizo, eso fue algo que Axel admiro ya que el lloro mucho cuando no pudo estar con Ruby (aunque Axel no sabía que su amigo llevaba días llorando en solitario cuando se dio cuenta de todo esto)—
—¿Estarás bien? Supongo que debes de sentirte muy mal. —supuso Axel terminando de comer su comida y apoyándose sobre una mesa—
—Cuando me di cuenta de esto hace unos días me sentí mal… pero lo superare en algún momento, solo puedo esperar a que sea pronto. —hablo Turles maduramente y hasta relajado, podría sentirse mal, pero ya no había caso en llorar por eso (aunque seguramente lloraría cuando regresara a su casa)— Gracias por escucharme.
—De nada. Habla conmigo si te sientes mal…
—Ahhh… Axel.
—¿Si?
—¿Ya te acordaste que nos pidió Rosalinda que hiciéramos?
—No, ¿tú tampoco te acuerdas?
—No.
Los dos amigazos se quedaron riendo recuperando el humor tan animado y ridículo que los acompañaba. Mientras que Rosalinda se desesperaba esperándolos ya que se estaban tardando demasiado y cuando los dos regresaron a donde estaba el grupo pintando ella los reprendió furiosa.
—Pero no te enojes.
—Sí, te van a salir arrugas.
—¡No te metas Crisko! —le protesto la castaña al chico rico que hablo al comentario de Axel. Turles estaba allí mirando el suelo recibiendo su regaño— ¡Les pedí que buscaran cubos de agua para limpiar la pintura que desperdiciaron ustedes! ¡¿Pero ustedes se fueron a almorzar?!
—Ahhh, ¡eso era lo que teníamos que hacer! —golpeo su palma Axel ya recordándolo claramente— ¿Cómo se nos pudo haber olvidado? —le pregunto el prota a su amigo que estaba callado—
—¡Eso es lo mismo que quiero saber! Por culpa de ustedes el profesor Marco vino y como vio el derroche de pintura nos tachó a todos en el libro rojo. —a Rosalinda no le gustaba que le regañaran por los errores de los demás y por eso estaba irritada, pero todos los de la clase lo estaban— ¡Vayan a buscar el agua antes de que me moleste más!
—¿Puedes molestarte todavía más? —dijo el ricachón sarcásticamente— Huh, pensé que al tener novio dejarías de ser tan enojona.
—¡Crisko CALLATE!
Demasiado tarde, apenas la palabra “novio” llego a los oídos de las chicas del grupo que conocían a Rosalinda en menos de un segundo la rodearon haciéndole mil y un preguntas sobre su novio. Rosalinda maldijo mentalmente a Crisko por haberla metido en esta situación ya que no quería revelar nada sobre su novio… lo que no quería revelar era el hecho de que dicho novia tenía 13 años. Pero ya no podía escapar, esas fastidiosas no la iban a dejar tranquila hasta que respondiera al menos a algunas de sus preguntas.
—¿De verdad tienes novio? —le pregunto una de esas chicas cuyo nombre no es importante—
—Si tengo… —Rosalinda hacia un esfuerzo inhumano para mantenerse tranquila, sonriendo a la fuerza—
—¿Cómo es?
—Es un genio… su cerebro parece una computadora… —eso era verdad. Rosalinda admiraba la capacidad de Paris para aprender y memorizar todo tipo de información tal cual una computadora—
—¿Cuánto llevan saliendo? —pregunto otra chica cuyo nombre tampoco es importante—
—Un mes. —mintió Rosalinda, porque en realidad llevaban saliendo menos de una semana, posiblemente solo cinco días—
—¿Es mayor que tú? ¿Está en la universidad? —pregunto la primera chica que estaba segura de que así era—
—No… no va a la universidad y yo soy mayor que él. —respondió la castaña con miedo a revelar demasiada información—
—Bruuuh, que aburrido… —bufo la chica decepcionada, ella era de esas que fantaseaban con salir con un hombre mayor con cara de baboso pero con plata ¿Quién entiende a estas tipas?—
—Ya no quiero responder más preguntas si es posible. —rechazo amablemente la chica deportista a las futuras preguntas que de seguro le iba a seguir lloviendo—
—Oh vamos queremos saber…
—¡No! ¡Ya no quiero más preguntas será mejor que dejen de perder el tiempo y sigan pintando! —Rosalinda tenía que ser más franca para acabar con esto antes de que llegue más lejos— ¡¿O es que quieren que venga Marco y nos regañe por no hacer nuestro trabajo?!
Tras esas palabras clave todo se pusieron a trabajar. Rosalinda quedo conforme y más tranquila ahora que ya no tenía que aguantar a las locas esas y muy pronto ella siguió pintando con las demás deseando que todas se olvidaran de esto más tarde y que no les preguntara nada más. Los dos amigos esta vez si iban a cumplir con el mandado e iba a buscar los cubos. En el camino iban hablando tonterías hasta que vieron a cierto rubio con cara de sicario en medio del pasillo recostado en la pared, sus ojos estaban clavados en el techo y estaba pensativo y serio.
“Otra vez tuve ese sueño” pensaba Dimo con los ojos en la nada: “Lola estaba allí. Maldita sea con Lola que no deja de invadir mi mente. En el sueño estábamos ella y yo en mi casa… Ruby no estaba por ningún lado y Lola estaba demasiado pegada a mí. Se veía feliz, y yo también lo estaba. No entiendo este sueño. Luego de un rato nos abrazamos y nos quedamos así un tiempo eterno… ¿Qué significaran estos sueños?” se preguntó Dimo apretando los puños con fuerza mientras su cuerpo soltaba relámpagos poderosos y comenzaba a brillar de un amarillo muy intenso. “¿Y porque desde ese día no dejo de pensar en Lola? ¿Por qué ahora me parece tan linda y… y? ¡¿Qué me sucedeeee?!”.
—¿Ese es Dimo? ¿Qué le pasa? —Turles estaba extrañado viendo como el rubio de lentes gruñía mientras soltaba rayos y brillaba—
—Se ve raro… ¿estará enfermo? ¿Debería preguntarle si está bien? —Axel se sorprendió cuando el cabello bien peinado de Dimo se paró completamente erizado y despeinado—
—Mejor no… lo que sea que esté haciendo se ve que está muy concentrado y si lo molestamos nos podría golpear. —opino el peli negro liso extrañado y confundido—
—Supongo que es mejor dejarlo solo. —Axel se dio media vuelta y se fue caminando por donde vino siendo imitado por su amigo—
—¿Axel: te acuerdas de que teníamos que hacer? —pregunto Turles bobamente. Ver al rudo de Dimo en ese estado tan raro lo dejo desintonizado—
—No sé, no me acuerdo. —a Axel también lo dejo desintonizado—

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