#11 Intensiones / El interrogatorio de Dimo.

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“Me distraje con ese tonto de Turlby o como se llame y termine siendo descubierto por Ruby y Axel. Ahora estamos los cuatro sentados en una banca comiendo de los dulces que Axel le compro a Ruby… no puedo creer que le haya comprado todo eso solo porque ella lo pidió ¿Y de dónde saca tanto dinero el desgraciado ese?” Por alguna razón este capítulo comenzó narrado por Dimo, ¿porque? ¡Ni yo sé! Pero allí estaban los cuatro sentados en una banca, bueno no todos estaban sentados, Turles estaba sentado en el suelo porque no había suficiente espacio y porque era el rezagado del grupo, siempre lo ha sido.
—¿Dónde estuviste todo este tiempo Dimo? —preguntaba la pequeña rubia comiendo el helado de limón que Axel le había comprado—
—Estaba conmigo, estábamos hablando. —contesto Tur comiendo unos caramelos de leche—
—¿Sobre qué?
—Chicas…
En ese momento Tur recibió una patada de Dimo que lo hizo caerse de frente contra el suelo atragantándose con los caramelos. Axel auxiliaba a su atragantado amigo mientras que Ruby regañaba a su hermano por su agresiva forma de ser, pero él ni pendiente, solo disfrutaba en silencio su perro caliente. Cuando Tur se recuperó no dejaba de preguntarse porque él era el personaje que siempre es humillado. Se levantó con ayuda del peli rosa y tomo camino hacia una dirección incierta.
—¿Adónde vas Tur? —le pregunto Axel un poco nervioso. De vez en cuando miraba de reojo a Dimo preguntándose porque le había golpeado a su amigo pelo liso, pero lo que más le preocupaba era la sensación de que posiblemente el mismo seria el siguiente al que golpearían—
—M-me acorde q-q-que tengo que h-hacer algo, jajaja. —risa nerviosa. Ahora Turles entendía porque muchos le tenían miedo a Dimo—
—¿Okey? Oye vi a tu hermano paseando con Rosalinda hace rato. —comento nuestro protagonista queriendo retener a su amigo un poco más, porque tenía la sensación de que si se iba algo le iba a pasar—
—Sí si si si, están en una cita y no quieren que los moleste. Así que mejor me voy a casa. —Tur estaba por irse, pero se acercó rápidamente al oído de Axel y le susurro— Ten cuidado con Dimo. ¡Quiere destruirte!
—¡¿D-d-destruirme?! —repitió Axel bajando la voz—
Turles le dedico una mirada de preocupación a su amigo antes de irse hacia quien sabe dónde. Axel se quedó allí parado sudando frio. Detrás de él estaba Dimo siendo regañado por su hermanita y Axel se sentía en peligro y no sabía qué hacer. Escucho que Dimo se levantaba de la banca y daba unos pasos hacia él. “¡Ya valí!” se gritó nuestro protagonista a sí mismo, pero cuando Dimo le llamo la atención grito de verdad:
—¡AHHHAHHH! ¡NO ME MATES! —suplico Axel tomando distancia entre él y el cuatro ojos. Una distancia de más de tres metros—
—¿Hem? —Dimo estaba confundido con el comportamiento de Axel—
—Jejeje, ¡¿Y eso que fue Axel?! ¡Jajajaja! —se reía Ruby muy divertida por el comportamiento del muchacho. Cuando dejo de ir se dio cuenta de que se le había caído el helado— Oh no… mi helado~
—¡Yo te comprare otro Ruby! —se precipito Axel hacia Ruby, pasando rápidamente al lado de su posible futuro asesino—
—Olvídalo Axel. Aún tengo eh… ah… ¡estas cosas rellenas de chocolate! —sonrió Ruby nerviosa con la bolsa llena de esas cosas dentro del bolsillo de su sweater— Siempre se me olvidan sus nombres, jeje.
—Oh, está bien… si tú lo dices. Jaja. —rio Axel con una sonrisa. Esas risas fueron seguidas por las risas de Ruby que empezaron con risas nerviosas a risas más naturales y sonoras—
—¡¿Qué?! ¡¿Qué les pasa a esos dos?! —se preguntó el mayor rubio en su subconsciente viendo como su hermana y el tonto de Axel se reían como tontos con una aura de felicidad y flores a su alrededor (como un filtro de Snapchat)— Ejemm… Hola, Axel~ —llamo Dimo cruzándose de brazos y con su mejor cara de matón puesta—
—Eehhh… ¿Hola? —Axel respondió dudoso—
—Necesito hablar contigo Axel. —frio e imponente—
—¿Conmigo? ¿Sobre qué? —pregunto el peli salmón casi rosa recuperando sus nervios de antes—
—¿Con él? ¿Sobre qué? —se preguntó Ruby viendo la situación presintiendo que su hermano tramaba algo—
—Solo date de cuenta que es importante. —respondió Dimo aun serio— Sígueme.
—Voy. —Axel comenzó a caminar detrás de Dimo—
—Yo también voy. —expreso Ruby preocupada—
—Tú te quedas aquí. —ordeno Dimo serio—
—Pero*
—¡Pero nada! —sentencio el hermano mayor—
—¿Qué le pasa a Dimo, anda muy raro? —pensó Ruby sintiéndose regañada. Se sentó de nuevo en la banca y comenzó a comerse sus bollos rellenos de chocolate— Estoy molesta con él.
Los dos muchachos se alejaron de Ruby y fueron hasta la cancha de futbol que por alguna razón seguía vacía. Entraron a la cancha para estar lejos de la pequeña rubia. Para Axel esto era una mala señal, pero se calmó al decirse que nada le pasaría. Dimo lo miraba fijamente con ojos juzgadores y expectantes, mientras que Axel solo estaba incomodo por el silencio asesino del cuatro ojos rubio.
—Y… ¿de qué querías hablar? —Axel rompió el silencio el cual era tan denso que hasta se podía ver representado como una barra de mantequilla cortada por la mitad—
—Solo quería preguntarte algo. —soltó Dimo mirándolo fijamente—
—¿Y que querías preguntarme? —hubo una pausa dramática de casi un minuto que incomodo a nuestro protagonista todavía más—
—¿Qué intensiones tienes con mi hermana?
Hubo otra pausa dramática. Una música de piano comenzó a sonar de fondo con un ritmo muy dramático tipo novela (¿pero qué?) Axel solo hizo una mueca de confusión la cual irrito a Dimo, y su respuesta lo irritaría aún más.
—¿A qué te refieres con que intensiones tengo con Ruby?
—Urgh. Grrr… —gruño el cuatro ojos. Inhalo y suspiro, esto le costaría su paciencia— Lo que quiero saber… ¿es que quieres lograr con mi hermana?
—¿Lograr? —repitió el prota serio mirando al suelo, analizando la pregunta— ¿Qué quiero lograr con Ruby?
—¡Basta de hacerte el tonto! —Dimo estaba más irritado que nunca, apretó los puños porque sentían que se le iban a ir por si solos directo a la cara de Axel— ¡Lo que quiero saber es que quieres de Ruby! ¡¿Qué quieres obtener de ella?! —Dimo se acercó intimidantemente hacia Axel. El gamer, más que asustado estaba concentrado pensando en la pregunta que en las palabras de Dimo— ¿Y bien? ¡Responde!
Axel dio tres pasos hacia atrás y le dio la espada a Dimo. El peli rosa no estaba seguro de que responder al respecto. ¿Buscar algo de Ruby? ¿Qué podría buscar o querer el de ella? Cuando hablo con ella por primera vez sintió la necesidad de hablar más con ella y conocerla. Y cuando la conoció más quiso estar más tiempo con ella. ¿Pero qué pretendía lograr el después de todo esto? ¿Por qué sentía la necesidad de estar con Ruby solo porque si? ¿Realmente había una razón? Fue entonces que Axel recordó la sonrisa de Ruby, su linda cara, cabello y lo feliz que se sentía al pasar tiempo con ella… y lo feliz que su presencia podría ponerla a ella… su sonrisa, tan linda y dulce que electrocutaba a Axel. ¡Esa era su razón!
—Ruby… —murmuro el peli rosa mientras su cuerpo comenzaba a soltar chispas eléctricas y los mechones de su cabello ondulaban en el aire—
—No te escucho… —aclaro Dimo arqueando una ceja interesado por la respuesta que llevaba rato esperando. Por alguna razón no se percataba de la inminente transformación del chico que tenía al frente—
—Ruby es feliz estando conmigo… no dudo que lo sea cuando está en casa contigo. Pero cuando está conmigo… —Axel se da la vuelta, mirando fijamente a Dimo a la par que su cabello se erizo y brillo de un rosa aún más intenso— ¡Ella no deja de sonreír! ¡Y a mí me gusta verla feliz, y no busco nada de ella más que su felicidad!
Dimo quedo en shock… eso era algo que el mismo hubiera dicho. El rubio matón cuatro ojos quería a su hermanita como nada en el mundo aunque muchas veces no la aguantaba, que ella estuviera segura y contento era bueno para él. ¿Acaso estar con Axel la hacía más feliz? ¿Acaso el chico gamer lograba comprenderla más que el mismo, que era su hermano? Nuestro rufián intelectual empezó a dudar de sí mismo. Sintió una extraña amargura en su pecho. Como si estuviera celoso de que su hermanita prefiriera pasar más tiempo con alguien más en lugar que el mismo.
—¿Alguna otra pregunta…? —Axel estaba… en su extraña transformación cuando Dimo se le paro en frente y lo agarro por el cuello de la camiseta— ¿D-D-D-Dimo? —la transformación de Axel desapareció completamente, ahora estaba muy asustado—
—Axel: si te pregunto algo… me serias honesto… —Dimo tenía los ojos fríos como los de un asesino—
—Claro que seré honesto… lo he estado siendo desde siempre… —sonrió Axel nervioso. Normalmente suele ser despreocupado, pero estaba enterrado en preocupación—
—¿Te gusta Ruby?
—Gustar… ¿En qué sentido?
—Te lo pondré fácil: ¿Te gustaría que ella te abrazara? ¿Te gustaría que ella te besara? ¡Responde: si o no!
Axel se sintió apuñalado por los ojos asesinos de Dimo. Hubo un silencio incomodo entre ambos, demasiado. Axel pensaba lo que le dijo el matón rubio de cuatro ojos que estaba a escasos centímetros de él esperando una respuesta. Los labios de Ruby tocando los suyos, ella abrazándolo con cariño. La sangre se aceleró y el rostro de Axel se coloro en un tono casi similar a su cabello rosado. Sintió que se arrepentiría por ser honesto, pero no podía mentir.
—Si… me gustaría… —Axel cerro los ojos esperando el golpe, pero este nunca llego. Dimo en su lugar se alejó, pero sin quitarle sus ojos asesinos de encima, solo que esta vez la intensidad de su mirada era menor—
—Otra pregunta: ¿harías esas cosas con ella, incluso sabiendo que es menor que tú?
—No lo sé… —Axel bajo la mirada deprimido— ¿Eso estaría mal?
—Si lo estaría; ella aun es una niña, y tú tienes casi dieseis años.
—¿Entonces está mal? ¿Eso es lo que te molesta? —Dimo no respondió, solo se le quedo viendo— ¿Quieres que me aleje de Ruby?
—Si…
Todo se quedó en silencio. Los dos se quedaron viéndose con indiferencia por un rato. Ruby, que estaba preocupada porque los dos tardaban demasiado, fue a buscarlos y los encontró allí en medio de la cancha de futbol en un silencio tan denso que parecía imposible teniendo en cuenta que estaban prácticamente al lado del festival cultural.
—¿Por qué tardaban tanto? ¿Qué hacen?
—No estamos haciendo nada.
—Escúchame Dimo no quiero que andes intimidando a Axel. —le regaño la pequeña que caminaba en dirección hacia ellos—
—Te preocupas demasiado Ruby. Dimo solo me estaba devolviendo el dinero que gaste comprándote los dulces y lo demás, jejeje. —se rio Axel despreocupadamente como si nada hubiera pasado, o eso era lo que parecía a simple vista—
—¿En serio? No era necesario que lo hiciera.
—Ya no importa Ruby. Estamos bien, ¿verdad Dimo? —Axel sonrió, Dimo solo asintió y Ruby quedo tranquila—
—Si todo está bien entonces podremos ir a jugar a la fiesta. —sugirió la pequeña con esa sonrisa que endulzaría cualquier taza de café—
—Lo siento Ruby. Pero mi madre me llamo y dijo que hubo una emergencia en casa. —se excusó Axel, pero Ruby lo conocía bien—
—¿Pero tu madre no está trabajando a estas horas?
—Regreso por esa misma emergencia, lo siento Ruby pero tengo que irme.
Axel se despidió fugazmente y se fue corriendo del lugar mientras Ruby y Dimo lo observaban. Ruby estaba deprimida, ya que su “cita” con Axel fue interrumpida. Su hermano mayor noto el repentino cambio en la expresión de su pequeña hermana, entonces recordó lo que Axel le había dicho y se sintió mal. “¿Sera que he sido muy denso con ella?” se cuestionó nuestro rubio cuatro ojos favorito de esta historia.
—No te sientas mal Ruby. —Ruby levanto la mirada para ver a su hermano siendo muy empático con ella— Vamos a divertirnos juntos.
—¿Estas bien Dimo? —pregunto la pequeña extrañada—
—Por supuesto. Vinimos aquí a divertirnos, ¿o quieres irte a casa solo porque tu cita se fue? —bromeo el chico sonriendo con sarcasmo—
—¡No es mi cita! —se quejó la mini-rubia cruzándose de brazos con un leve rubor en las mejillas hasta que su hermano la abrazo tomándola por sorpresa—
—Vamos…
—¡Si, vamos! —afirmo Ruby, no sabía que le había picado a su hermano, pero debía aprovecharlo— ¡Quiero que me compres un helado de limón!
—Pero ya te comiste uno.
—No no, el anterior se me cayó.
—Bien vamos a comprarte ese helado. —se rindió el chico de lentes, ya no había caso en resistirse— De cierto modo, tengo que agradecerle a Axel. —pensó el mayor para sí mismo—
Mientras los hermanos disfrutaban de la fiesta cultural compartiendo tiempo de calidad que casi nunca tenían. Nuestro chico gamer peli salmón casi rosa caminaba con las manos en los bolsillos sin rumbo fijo. No quería regresar a casa, quería pasar más tiempo con Ruby, pero después de su charla con Dimo ahora se sentía terrible. Culpable. Como si fuera un criminal. En momentos así se pondría a jugar con su consola o se tomaría una siesta en cualquier lugar, pero verdaderamente no tenía ganas. Axel se quedó varias horas caminando sin rumbo por el vecindario, deprimido, sin saber qué hacer. Hasta que una figura con forma de canguro se le apareció en frente como un mensajero de la muerte.
—¡Lo que me faltaba! —suspiro Axel sintiéndose doblemente abatido. Ese sí que no había sido su día de buena suerte—

Una Pequeña NoviaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora