#04 De la mano / El heroísmo de Axel.

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—¡No es justo! ¡Yo quiero ganar! —chillaba Ruby haciendo un escándalo, sacudiendo los brazos como loca mientras hacía un puchero. Mientras tanto el muchacho que estaba sentado al lado de ella estaba embobado viendo su tierno berrinche— ¡Tú siempre eliges a los mejores luchadores!
—No es que yo haya elegido al mejor, es que tú siempre elijes a los débiles. —explico Axel con una sonrisa—
—¡Esta bien: segundo round! ¡Pero esta vez yo elegiré a John Cena!
—Como usted quiera su majestad. Jeje.
—¡No te rías! —protestaba Ruby frunciendo el ceño, no le gustaba que Axel se burlara de ella en algo que ella se estaba tomando muy en serio—
—¡Vamos ya!
Ya era la octava visita de Ruby a la casa de Axel y estaban jugando a un videojuego en la sala de estar (un juego de lucha libre por si no se dieron cuenta) y Axel ya tenía casi una docena de victorias acumuladas, pero no era para menos, era un pro gamer enfrentándose a una niña que no juega videojuegos, era algo muy injusto la verdad. Pero Ruby era muy terca y no se iba a dar por vencida ni tampoco iba a pedir ayuda para aprender los combos y llaves. El chico y la pequeña estaban en una lucha de orgullo y valor mientras la madre de Axel estaba por comenzar a preparar el almuerzo. Para ella no tenía problemas de que su hijo tuviera visitas. Más bien se alegraba que fuera esa simpática chica y no Turles que a veces era algo insoportable.
Ruby estaba feliz por poder ir a casa de Axel y él estaba igual de feliz de que ella lo visitara. Ella solía quedarse dos o tres horas y desperdiciaban todo ese tiempo en hablar y echarse a reír por las estupideces de ambos. La madre de Axel siempre estaba en casa ya que trabajaba por la noche. En cuanto Ruby le informo de esto a su hermano Dimo él se calmó un poco y ya no se preocupaba tanto de que ella pasara tiempo con ese chico de cabello rosa, pero aun así le irritaba la idea, así que no le permitía ir todos los días. Solo de vez en cuando.
—¡Otra vez no! —grito Ruby con una mueca de derrota sobre actuada. Bromear la animaba a no deprimirse más por haber perdido de nuevo. Axel se rio entre dientes—
—¿Segura que no quieres que te enseñe los combos? —le pregunto el peli rosa dispuesto a ayudarla para darle un poco más de equilibrio a la partida—
—No, puedo aprenderlos yo sola. —rechazo la ayuda cruzándose de brazos—
—Como tú digas su majestad. Gracias a ti me he dado cuenta de lo divertido que es aplastar a alguien en un juego.
—¡Pronto seré yo quien te aplaste! ¡Sigamos! —Ruby estaba determinada en ganar sea como sea—
—¡Axel! —grito la mayor saliendo de la cocina. El nombrado se dirigió hacia su jefota—
—Sí, madre.
—Quiero que vayas al supermercado a comprar carne y jamón para el almuerzo. Ten toma el dinero. —la mujer le dio unos “cuantos” billetes de cinco cada uno a su hijo, el cual acepto indignado—
—Mamá pero no puedo dejar a Ruby sola. —le susurro el peli rosa a su madre—
—Yo estoy aquí, no estará sola, y si quieres ella te puede acompañar.
—No creo que ella quiera.
—Pregúntale…
—Está bien… —Axel se guardó el dinero en el bolsillo. Dio media vuelta y regreso al sofá donde estaba Ruby impaciente por seguir jugando—
—¿Continuamos? Creo que ya sé cómo vencerte, jijiji. —rio la lolita con una sonrisa malvada, había planeado una estrategia que según ella era muy eficaz—
—Tendrás que esperarte Ruby: mi madre quiere que vaya a comprar jamón y carne al supermercado y… —Axel no pudo continuar porque fue interrumpido por Ruby que se levantó del sofá toda animada—
—¡Súper, vamos entonces! —Ruby se había auto invitado a la salida. Eso se lo facilitaba más a Axel—
—Jajá, vámonos.
El dúo del muchacho y la niña salieron del hogar del primero y tomaron camino al supermercado. Salieron del vecindario y fueron por el camino que va directo al ya mencionado local de comestibles. Estaban felices charlando mientras andaban uno al lado del otro.
—Ya no puedo esperar a regresar a la casa para vencerte de una vez por todas. —afirmaba la lolita lanzando golpes al aire. Axel sonreía de lado. Le daba una irresistible gracia verla haciendo tonterías—
—Yo tampoco puedo esperar… —dijo el protagonista para luego paralizarse de miedo. Ruby se detuvo confusa al notar la súbita detenida de su acompañante—
—¿Qué te pasa Axel? Jejeje, ¿y esa cara de miedo? Jajaja. —Ruby se tapaba la boca con sus dedos mientras reía, entonces, y de la nada, Axel se acercó súbitamente a la rubia y la agarro de la mano tomándola por sorpresa— ¿Hmd? ¿A-Axel? —pregunto Ruby sintiéndose paralizada al sentir el tacto de la mano del muchacho— ¿Axel? —repitió la chica sintiéndose nerviosa de pronto. Alzo la vista y vio que Axel tenía una cara seria y determinada, muy diferente a la de su hermano Dimo. La forma en que la miraba la hacía sentir extraña— ¿A-A-Axel?
—¡Corramos! —exclamo el gamer de la nada comenzando a correr llevándose a Ruby consigo—
Axel corrió con una velocidad y desesperación brutal, a Ruby (que antes era arrastrada) le costó recomponerse y comenzar correr siguiendo el ritmo del peli salmón. Ruby no entendía porque habían comenzado a correr de la nada luego de poner cara de horror al ver algo. Se escuchaban unos pasos detrás de ellos. La lolita miro asía atrás y entonces lo entendió todo. ¡Estaban siendo perseguidos por Cangui, el canguro loco! En algún lugar de la ciudad y cerca del supermercado estaba Crisko con una correa de cuero rota.
—¡Cangui, Cangui muchacho ven aquí, Cangui! —gritaba el chico rico desesperado por encontrar a su costosa mascota— Maldición se me escapo otra vez. Debí haberlo sacado a pasear con la cadena de oro y no con este pedazo de cuero inútil. Ahhh bueno, tan solo espero que no esté persiguiendo a alguien.
Axel y Ruby estaban siendo perseguidos por Cangui. Corrían por sus vidas literalmente, el canguro ese es demasiado peligroso y no se sabe si de verdad podría matar a alguien… ¡y era mejor no saberlo! Axel corría y corría apretando ferozmente la mano de la pequeña que corría con desespero al igual que él. Aunque le estuviera estrujando la mano a ella no le molestaba, sabía que él estaba preocupado por la seguridad de ella e intentaba alejarla del peligroso y exótico animal. “Quiere protegerme” ese pensamiento causo un cosquilleo de alegría en el pecho de Ruby e inconscientemente sonrió.
Pero esa burbuja de brillo y flores se rompió súbitamente cuando tropezó casi cayéndose de frente, lo cual no paso porque se agarró de la espalda de Axel. Fue el quien se detuvo de la nada provocando la casi caída de Ruby, pero no fue de la nada, ya que sin darse cuenta había entrado a un callejón sin salida. Axel apretó más la mano de Ruby y se giraron solo para toparse con el animal asesino que les cortaba el paso.
—Estamos jodidos… —pronuncio Axel secamente recordando lo poco que recordaba de la última vez que lo ataco ese canguro—
—No l-lo dices e-en s-serio… ¿v-verdad? —pregunto la menor empezando a sentir el miedo. Ahora era ella quien apretaba con fuerza la mano de Axel— ¿Estaremos bien?
—C-claro que estaremos b-bien. No te preocupes. —Axel vio el rostro de Ruby. Ella estaba preocupara y un poco asustada (ella ya había visto de lo que ese animal era capaz de hacer). Entonces y como una inyección de adrenalina Axel sintió un valor poderoso dentro de su ser alimentando su determinación— Ni se lo que voy hacer pero… —Axel soltó la mano de la loli y comenzó a caminar con firmeza hacía el frente, mirando fijamente y con determinación al animal rabioso— ¡Pero no dejare que lastimes a Ru* AUCH!
El canguro se lanzó al frente y le impacto un gancho en todo el rostro a nuestro desafortunado protagonista que cayó al suelo inconsciente. Ruby se tapó la boca callando un grito de horror y espanto. El canguro se quedó mirando al pobre peli salmón. Luego de un rato Cangui se fue de allí dando saltitos como si estuviera conforme con la agresión cometida ignorando a Ruby completamente (al parecer su objetivo era Axel solamente). Cuando todo quedo seguro Ruby salió disparada hacia donde estaba Axel, arrodillándose al lado de él mientras lo sacudía con desesperación.
—¡Axel despierta! ¡Axel, Axel, AXEL! —chillaba la chica desesperada, sentía que iba a llorar, Axel solo quería protegerla y ahora estaba inconsciente—
Crisko iba pasando por allí cerca llamando a su desaparecida mascota hasta que escucho los gritos y sollozos de una niña provenientes de un callejón. Se dirigió allí y se sorprendió al ver a Axel en el suelo. Crisko sabia la costumbre de Axel de quedarse dormido en cualquier lado, pero quedarse dormido en el asqueroso suelo de un callejón era demasiado. Entonces vio que Axel por fin reacciono a las insistencias de la chica y despertó. Cuando se reincorporo sentándose en el suelo fue recibido por un abrazo bien fuerte de Ruby.
—¿R-Ruby? ¿Q-que s-sucede? —Axel estaba confundido y nervioso por el repentino contacto físico con la pequeña rubia—
—¡Estaba tan preocupada! ¡Pensé que ese canguro te había matado! —chillaba Ruby llorando sin restricciones. Era la primera vez que lloraba frente a su nuevo amigo. Pero no era para menos ya que realmente estaba asustada por la presencia de ese animal—
—T-tranquila R-R-Ruby… estoy b-bien… creo… —Axel quería que Ruby se calmase, así que paso su mano sobre su espalda acariciándola. Pensó que ese gesto la haría sentir mejor, aunque tenía que admitir que lo estaba haciendo sentir mejor a él—
—Pero tu nariz está sangrando… —comento la pequeña levantando la vista—
—¿Mi nariz…? —Axel paso su mano por debajo de sus fosas nasales y evidentemente estaba sangrando, pero en ese momento que estuviera herido era lo último que le importaba, solo quería tranquilizar a Ruby— N-no te preocupes Ruby… Estoy bien, tranquila. —Axel rodeo a la chica con sus brazos y la apretó suavemente. Bajo la cabeza y pego su mentón sobre la frente de Ruby, la cual seguía sollozando levemente—
—Creo que aquí sobro… —se dijo Crisko a sí mismo yéndose de allí aprovechando que no se habían dado cuenta de que estaba allí— Supongo que Cangui debió de golpearlo… de nuevo me tocara disculparme con Axel. ¿Pero quién era esa chica?
Un rato después Axel y Ruby seguían en la misma posición abrazados en el suelo. Seguían así, en silencio. Lentamente se soltaron y se levantaron. Se quedaron viéndose las casas como unos tontos. Los dos estaban apenados y sonrojados por lo ocurrido, había sido un momento muy íntimo entre ellos y se habían dejado llevar.
—Ahora que ya estoy bien… —se rasco la nuca, Axel se sentía raro pero extrañamente a gusto con lo que acababa de pasar y no me refiero al puñetazo que recibió del canguro— Deberíamos irnos…
—Sip… —Ruby asintió nerviosa con las mejillas rojas, apretando el dobles de su falda de colores— Tu mamá se molestara si tardamos demasiado.
Axel y Ruby continuaron con su misión de comprar carne y jamón pero ahora sin la misma emoción que antes. Fueron en silencio sin decirse casi nada. Por suerte cuando la misión estaba hecha y se dirigían de regreso a casa la tensión se había largado y ya estaban como antes riendo y hablando. Cuando llegaron a la casa de Axel la madre de este los regaño porque habían tardado demasiado. No los hubiera regañado si supiera por todo lo que tuvieron que pasar y por supuesto que no se lo iban a decir, porque algo que peor que una madre regañona es una madre sobre preocupada por algo que ya no tiene relevancia.
Para tristeza de Axel su linda visitante no pudo quedarse a almorzar porque su hermano Dimo le llamo para que regresara a casa (ella tenía un teléfono simplón que servía únicamente para recibir llamas de él (aunque también se mensajeaba con su amiga Lola)).
—Hasta luego Ruby. —Axel despedía a Ruby desde su puerta—
—Hasta luego Axel. ¡Prometo que la próxima vez te venceré en el juego! —exclamaba Ruby con sus ánimos cien por ciento recuperados—
—Eso espero: ¡Porque hoy sí que te aplaste como a una hormiga! —el chico sonrió burlonamente—
—Divierte por ahora. No te parecerá divertido cuando sea yo quien te aplaste. —contraataco la pequeña con una sonrisa—
—¡Estaré preparado para que eso no suceda! —espeto el peli rosa llevándose un puño al aire en un juramento—
—Gracias Axel. —dijo la pequeña de golpe—
—¿Gracias porque?
—Por intentar defenderme de Cangui. —énfasis en intentar— Estoy muy agradecida contigo.
—No es nada Ruby. No quería que te lastimara… después de todo creo que ese canguro solo me quería a mí.
—Adiós Axel… —se despidió Ruby con una tierna sonrisa—
—Adiós Ruby. —Axel le regreso la sonrisa—
Ruby se fue feliz dando saltitos y Alex cerró la puerta para después adentrarse en su habitación para tomar una siesta antes de almorzar. En el camino a su casa Ruby estaba en las nubes, estaba feliz de tener a un amigo como Axel, que entendiera y contraatacara sus chistes y tomara cualquier riesgo solo para protegerla. Puede que eso sea un poco exagerado teniendo en cuenta que todo lo que hizo fue correr y recibir el golpe de un canguro… ¡Mentira, no era para nada exagera! Pocos tendrían el valor para ir de frente contra esa bestia rabiosa que tenía Crisko por mascota. Y hablando del chico rico, este por fin había encontrado a Cangui y le coloco la correa nuevamente. Cangui solo era dócil con él y con su mamá, claro, no golpearía a quienes le dan de comer.
—Por fin te encuentro Cangui. —le decía Crisko a su mascota mientras andaban de regreso a su hogar— Golpeaste a mi amigo Axel y quien sabe a quienes más. Menos mal que no pedí al rinoceronte que estaba en oferta, o sino ya no quedaría nada del vecindario. Ufff como sea: por lo que hiciste hoy te quedaste sin cena Cangui, para que aprendas a ser más amable. —parece una broma… pero Crisko solía tener charlas largas con Cangui y este parecía entenderle, algunas cosas, normalmente le entendía todo lo que le decía a excepción eso de no golpear a la gente— Tal vez serias más tranquilo si te castramos.
¡En ese momento, Cangui sintió el verdadero TERROR! Apiadémonos de él. No es un canguro tan malo como muchos creen… tan solo no te cruces en su camino y no te hará nada (XD).

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