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𝐓/𝐍 se quedó mirando el edificio gigante que tenía delante. Avergonzó a la academia solo por su tamaño. No era un edificio, era un cruce entre una mansión y un castillo.
El edificio era el hogar de los padres de Rias. Rias y el ORC también estuvieron presentes con él.
A pesar de que el edificio era muy impresionante, no era del estilo de 𝐓/𝐍. Después de mudarse a su pequeño apartamento, había llegado a apreciarlo. Él no necesitaba lujos como este. Sin embargo, no había pensado en cómo debió haber sido para Rias. Mudarse de un lugar gigante como este a un apartamento de una habitación debe haber sido un cambio.
Una de las puertas dobles de la casa se abrió. Superó a Grayfia con su traje estándar de sirvienta francesa.
Rias le sonrió. "Estoy en casa".
Grayfia se inclinó ante la hermana de su marido. "Bienvenidos a casa, milady y su nobleza".
Grayfia se hizo a un lado y los dejó entrar a todos. Fueron recibidos con un largo tramo de pasillo. Las paredes estaban revestidas con cuadros caros y muebles de madera.
Mientras caminaban por el pasillo, liderados por Grayfia, vieron que todos los mayordomos y todas las sirvientas estaban alineados en las paredes. Tenía que haber cientos de ellos. Todos ellos se inclinaron con respeto.
Se sintió un poco incómodo para 𝐓/𝐍, caminar por un pasillo lleno de gente, pero todos los demás parecían estar bien con eso, así que se encogió de hombros.
Mientras miraba a un par de mayordomos y sirvientas, los miró a los ojos antes de que desviaran la mirada hacia el suelo.
'Lo sabía. Tal vez no fue tan buena idea traer un ángel a la casa de un demonio', reflexionó para sí mismo. Los mayordomos y sirvientas estaban preocupados por su presencia.
"Siento que no pertenezco aquí", susurró Issei.
"Únete a la fila", respondió 𝐓/𝐍, igualmente tranquilo.
"¡Rias-neesama!" Una voz alta y aguda chilló.
Corriendo por los pasillos había un niño con cabello corto rojo y ojos color avellana. A pesar de que era tan joven, vestía ropa increíblemente elegante que consistía en un traje real rojo. Sin embargo, solo vestía pantalones cortos.
"¡Bienvenida a casa!" El niño lloró.
El chico saltó hacia Rias, envolviendo sus manos alrededor de ella tanto como pudo. Rias se tambaleó después de ser chocada por el niño diablo.
"Millicas. Estoy en casa", Rias le devolvió el abrazo a su sobrino. "Has crecido tanto desde la última vez que te vi".
"¿Millicas?" 𝐓/𝐍 preguntó. "¿Como el hijo de Sirzechs?"
