Capítulo 15

352 50 1
                                    


Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.


━━━ ꧁ད ✶ ཌ꧂ ━━━

CAPÍTULO 15

━━━ ꧁ད ✶ ཌ꧂ ━━━


—Es-Es —titubeó. Intrigada, me acerqué para ver—. Una caja —su entusiasmo disminuyó y me miró con aburrimiento—. Casi puedo imaginar cuánto me divertiré con ella.

En parte tenía razón. La caja era sencilla, vieja y de un tono oscuro perlado. No me despertó ningún deseo por abrirla. La tapa era rectangular y estaba hecha de madera, con detalles que pudieron ser esculpidos a mano. En cada esquina había una flor cuyos tallos se entrelazaban como cuerdas y se enroscaban hasta encontrarse en el centro, formando un espiral alrededor de una estrella.

—Zara —pronunció mi nombre, y al voltear, tropecé con lo que orbitaba en el suelo, muy cerca de mis pies.

El lazo que mantenía el regalo cerrado serpenteaba como un gusano, y siguió girando hasta formar un círculo perfecto. Después de un tiempo, una de las dos puntas se elevó, trazando un espiral en el aire mientras percibí un suave pitido que me hizo retroceder hasta caer sentada en el colchón. Tras alcanzar el punto más alto del techo, estalló, liberando una explosión festiva similar al sonido de las cornetas en las celebraciones. Los pequeños fragmentos que cayeron parecían hechos de confeti, pero se desvanecieron antes de tocar el suelo.

Sin embargo, la función no terminó aquí.

Mi comparación del envoltorio con una flor resultó acertada. Los pétalos, alternando entre el blanco y el rojo, se deslizaron debajo de la caja, moviéndola hacia el borde de la cama. Luego, se doblaron con precisión como si fueran origamis, y adoptaron la forma de estrellas perfectas que se elevaron sobre nuestras cabezas. Poco después, estallaron una a una y desaparecieron.

—¡Guau! —exclamó Thomas—. El medallón. —Señaló el lugar donde lo había dejado la noche anterior. El objeto acabó de emitir un resplandor reconocible que confirmó mi sospecha: era su culpa otra vez—. ¡Es magia! ¡Este circo es mágico en verdad!

No comprendí cómo podía emocionarse tanto. Por mi parte, sentí alivio de no haberme orinado por el susto cuando algo cayó a mis pies.

Thomas se acercó y me atreví a mirar.

Era la caja. Debido a la caída, asumí que la tapa se abrió, y a partir de entonces profirió chasquidos.

Dentro había un espejo que reflejaba una figura femenina suspendida en una barra horizontal. Debajo, el suelo se encontraba forrado con el mismo diseño que el envoltorio del regalo. Y el chasquido provenía de los engranajes que luchaban por ponerse en marcha. Pude confirmarlo al observar a través de la cara frontal de cristal.

La sombra de los caídos ✓Where stories live. Discover now