4.(HC) momentos fuera de tiempo

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HARRY

VII

No se dio cuenta que estaba caminando junto a Cedric, dejándose llevar a donde sea que estuviera yendo. Resultó ser un pasillo con amplias ventanas que daban de lleno al sol. Con unas vistas de las praderas verdes y el campo de Quidditch que conocía tan bien. Harry estaba perdido en su mente, y comenzó a hablar sin detenerse a pensar demasiado bien. No era buena idea mencionarle a alguien haber oído cosas sobre su persona, y sin embargo, eso había dicho.

Por supuesto que Cedric querría saber. Y por supuesto que Harry no podía responderle. Se las arregló para no revelar nada comprometedor. Pero la pregunta que le hizo... No había forma de escapar de ella. ¿Qué pensaban los chicos sobre Cedric?

¿Qué pensaba Harry sobre él?

Era posible que esas fueran respuestas muy diferentes.

Su rostro hervía ante esa realización.

—A mi mejor amigo no le agradas —soltó lo primero que pensó que podía llegar a tener sentido—. Probablemente es porque Hermione no para de decir que...

Y así era cómo había dicho más cosas que no debía. Otra vez . ¿Es que perdía su sentido común? Se sentía muy nervioso, como si estuviera al borde de decirle que era precioso. El que se le quedara mirando no ayudaba. El resplandor hacía que sus ojos se vieran de un gris claro. Harry tenía que levantar la cabeza para verlo. Le costaba mantenerse así cuando le devolvía la mirada con tanta intensidad.

Le sonrió, pero eso no le infundió calma a Harry. Pensaba en qué le diría si le insistía en que terminara la frase.

¿Le diría cuán precioso creía que era?

¿Que se sentía algo intimidado de estar frente a él?

¿Le confesaría que algo era diferente para él ahora, y sabía que había sido Cedric quien abrió la puerta?

VIII

—Supongo que tu mejor amigo no estará apoyándome, entonces —intentó bromear Cedric, aligerando el ambiente—. ¿Qué hay de tu amiga? ¿Irán mañana a apoyarte?

Era agradable que estuviera respetando el silencio de Harry y que le estuviera dando una salida fácil. La posibilidad de elegir otro rumbo.

La cuestión era que no estaba acostumbrado a tomar los caminos rápidos.

—Ellos no... No tienen ningún problema con Hufflepuff. O contigo.

La expresión de Cedric se volvió seria de pronto.

—Creo que entiendo a lo que te refieres. Sé que hay personas a las que no les agrado, aunque ni siquiera me conozcan. Y la gente habla. Muchas veces no de frente.

—Debes detestar eso. Y es exactamente lo que estoy haciendo. Lo siento.

Harry quería romper el contacto visual. Lo necesitaba . Se había vuelto demasiado.

No podía hacerlo.

Él mejor que nadie entendía cómo se sentía que las personas hablen a tus espaldas. Rumores. Críticas. Que crean en cosas que puede que ni siquiera sean ciertas. Disculparse era lo menos que Harry podía hacer por haberlo puesto en esa posición. Y mirarlo a los ojos.

—Está bien. Entiendo que no quieras repetir lo que dicen otras personas.

Cedric miró hacia la ventana antes de decir:

—Espero que tú no pienses de la misma forma.

Su corazón se aceleró en su pecho.

—No lo hago.

El chico de mis sueños -HEDRIC (1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora