10.(C) ¿tienes una cita?

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CEDRIC

XXV

Habían estado a punto de mandar a todos los alumnos de Hogwarts de vuelta a sus hogares. En su lugar, la lista de medidas de seguridad ocupaba dos pergaminos. La mañana posterior al incidente, le tocó a Cedric guiar a los estudiantes al comedor. Otro prefecto permanecía detrás de la fila, mientras él se encontraba delante. No habían dormido más que unas pocas horas, y se levantaron temprano para informarles a todos sobre los eventos ocurridos y las medidas iniciales.

No probó un bocado de su desayuno hasta que vio a los de Gryffindor entrar por la puerta.

Harry primero, junto a sus mejores amigos y Percy.

Se veía bien —sano y a salvo.

Parecía que había descansado tan poco como él. Se sentó en la mesa y Cedric habría deseado que le mirase también. Quería acercarse y hablarle, pero sus responsabilidades no eran del tipo de las que podía alejarse y le perdía de vista con facilidad cuando hablaba con otros prefectos para acordar los turnos para patrullar por las noches de a duplas. Les llevó varias horas organizarse y dividirse las tareas de acuerdo a un cronograma. Se encontraban atentos a cualquier suceso que pudiera ser sospechoso durante el día. Cedric, aunque dudaba que algo de todo ello pudiera de verdad detener a alguien tan peligroso como Black, seguía cada indicación y velaría por la seguridad de cada Hufflepuff, como estaba seguro que cada prefecto haría en sus respectivas casas, y cada profesor y guardia.

Dos días después, durante el receso de una clase a otra, Cedric recorrió medio castillo para encontrar a Harry. Estaba llegando tarde, pero quería asegurarse de que estaba bien. No habían tenido oportunidad para hablar. Lo halló junto a Percy, una presencia que Cedric encontraba tranquilizadora.

Harry le sonrió diciéndole que estaba bien.

No le creyó, por supuesto.

Tenía muy pocos minutos como para convencerle de sincerarse. O para ofrecerle más apoyo que un ligero apretón sobre su hombro. Percy no era una persona muy paciente, y también debían de estar de camino a clases, por lo que se despidieron más rápido de lo que pretendía.

Sus horarios no coincidían con los de Harry. El único momento en el que le veía de cerca era por las mañanas cuando Hufflepuff se encontraba con Gryffindor, y Cedric le sonreía a modo de saludo cada vez y les dejaba pasar. El toque de queda implicaba volver a la sala común por las tardes, por lo que pasaba gran parte de su tiempo junto a sus amigos y prefectos de Hufflepuff y conversaba durante las clases con aquellos de Ravenclaw que se sentaban con él.

Ciertas restricciones comenzaron a levantarse de forma progresiva luego de un mes. Las cosas parecían volver a la ajetreada normalidad. El cronograma de entrenamientos volvió a llevarse a cabo al pie de la letra, y el viaje a Hogsmeade que había sido cancelado fue reprogramado. Podía percibirse en el ambiente el entusiasmo por los fines de semana otra vez. El clima comenzaba a mejorar y los estudiantes se reunían en pequeños grupos algunas tardes en los jardines de Hogwarts. La circulación volvía a ser libre y Cedric estuvo la última semana intentando cruzarse con Harry para conversar sobre el sábado.

Sobre pasar el rato juntos.

El hecho de que de pronto cayera en que realmente le había sugerido a nadie menos que a Harry Potter encontrarse en Hogsmeade era ridículo. No era como si alguna vez hubiese ignorado quién era. No era como si tal cosa pudiese hacerse. Cedric conocía su historia tanto como cualquier otro estudiante. Había construido una cierta imagen de él, incluso antes de conocerlo. Y sin embargo, cuando le vio por primera vez todo aquello se fue por la borda y solo quedó allí el chico a quien veía en sus sueños. Esa intriga le había mantenido tan cerca que se había encontrado a alguien que no esperaba, y en cierto modo lo imprevisto resultaba intimidante.

El chico de mis sueños -HEDRIC (1)Where stories live. Discover now