16.(CH) en el mismo equipo

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CEDRIC

XXXVIII

—¿El pelirrojo es su novio? —preguntó Malcolm desde las gradas— Me ha mirado mal todo el rato y eso que he intentado sumarlo a la conversación.

Cedric contuvo una sonrisa.

Su mejor amigo podía ser tan directo a veces, y especialmente curioso.

Se encontraban observando a la distancia a Hermione, quien había comenzado volando a un metro de altura hasta ascender a la mitad de una de las torres. Ron estaba a su lado, sobre una de las escobas que Cedric había pedido prestadas, y extendía sus manos hacia ella en ocasiones, para ayudarla a mantener el equilibrio.

—No lo es —contestó Harry, de pie, mirando con atención hacia al frente—. No por ahora.

Hermione se reía al subir unos pocos metros hacia arriba.

—Ha de ser duro que tus mejores amigos se gusten entre sí.

Harry dejó de mirar al cielo por un segundo para dirigirse a Malcolm.

—¿Te ha pasado?

Cedric se preguntó a quiénes se refería.

Estaba tan acostumbrado a los comentarios acerca de Cho y él que fue su primer pensamiento, acompañado por una sensación de incomodidad. Esta vez no por sí mismo, sino por Harry. Sabía que le gustaba ella. Esa era una de las razones por las que había querido invitarlo: para presentarlos. No se sentiría un buen amigo si estaba al tanto de su enamoramiento y no hacía nada para que se conocieran mejor.

—Unas amigas —explicó Malcolm, a sus espaldas—. Ya no sé qué hacer. Sé que van a terminar juntas. Quisiera ahorrarles el camino.

Se relajó en su lugar.

No se había dado cuenta de que no era el único consciente de ello. El tema de conversación nunca antes había salido y, incluso si Malcolm podía llegar a bromear abiertamente con Cedric, jamás había hecho ningún tipo de referencia o gesto cuando se trataba de sus amigas, lo cual comprendía.

Tam no era alguien a quien molestar.

—¿De verdad crees que... es mutuo? —preguntó Cedric sin poder evitarlo.

Aún si había sospechado de su mejor amiga, no estaba seguro de Willow.

—Por supuesto que sí.

Sonaba tan seguro que le entró curiosidad acerca de cómo lo sabía. Malcolm era bueno observando a las personas, y tenía una habilidad para conversar (y obtener respuestas) que Cedric admiraba. Aunque quería averiguarlo, lo dejó para más tarde. Harry tenía la vista fija en dirección a sus amigos y el ceño levemente fruncido. Cedric, que había permanecido de pie a su lado para hacerle compañía, se inclinó hacia él de forma que nadie más pudiera escuchar:

—Si estás preocupada por ella, tengo un hechizo que la atrapará si cae.

Ver a Harry cayendo desde una altura tan alta había sido una de las experiencias más terroríficas que Cedric había presenciado. Más que los dementores en sí mismos. Y la forma en que se había sentido cuando supo que no lo alcanzaría... Tan impotente que tuvo que revisar la biblioteca hasta encontrar un par de encantamientos que le hubiesen ayudado y los practicó en su tiempo libre hasta dominarlos. No podía cambiar lo que había pasado, pero estaría listo por si una situación similar se presentaba.

—Ese chico no la dejará caer, no se preocupen —dijo Malcolm pasando frente a ellos—. Han llegado Tam y Cho. Iré a saludarlas.

XXXIX

El chico de mis sueños -HEDRIC (1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora