9.(CH) promesas en peligro

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CEDRIC

XXII

—Felicidades.

Cedric miró a Harry sin comprender a qué se refería.

—Por tu nombramiento —aclaró, con sus mejillas enrojecidas—. Eres un buen prefecto. Incluso visitas a los estudiantes heridos.

Aunque tenía la cabeza baja, estaba sonriendo.

Removiendose en su lugar, Cedric se sintió inquieto.

—No debería estar aquí, en realidad —comentó, sabiendo que su presencia no formaba parte reglamentaria del protocolo. Y aunque no se metería en problemas, la idea de que Harry pensara que estaba allí porque debía no le gustaba—. No vine en calidad de prefecto. Quería asegurarme de que estuvieras bien y decirte que ese fue un partido asombroso.

Harry le miró con interés.

—¿Estabas apoyándome?

—Sí, a ti —afirmó, esperando que sus palabras tuvieran sentido mientras su rostro ardía por segunda vez en el día— y a Ravenclaw. Tengo una amiga en el equipo. Cho, la buscadora —En cierta forma se acordó de esa tarde en la que Harry le había preguntado qué hacía cuando jugaba Ravenclaw y el momento en el que se había enterado de que ambos tenían la misma posición. Cedric se sentía nervioso por expresar su resolución deportiva y quizás no debió haber agregado—: Has de conocerla.

Porque eso podría haber sonado como una especie de broma sin gracia.

—La recuerdo —respondió Harry con un leve frunce, y una de las comisuras de su boca se elevó—. Así que eres un chico de dos equipos. ¿Cómo funciona eso?

Esa no era la reacción que Cedric esperaba, aún si no había anticipado una. No tuvo ni que intentar pensar qué decir porque escuchó un gran llamado a sus espaldas. Oliver Wood se acercaba a ellos corriendo y prácticamente gritando el nombre de Harry. Se detuvo en seco y por un segundo lucía desconcertado de ver a Cedric, pero luego se enfocó en el chico sentado en la camilla.

—Imagínate mi sorpresa cuando llegamos a la sala común de Gryffindor para festejar esa maravillosa victoria y mi buscador estrella no está por ninguna parte —comenzó a decir, apenas deteniéndose a tomar aire—. Abandono la celebración para encontrarlo y escucho que está en la enfermería. ¿Qué ha pasado, Harry? Te ves entero.

—Estoy bien.

Harry estaba a punto de explicarse cuando Oliver continuó.

—Y muy bien que has jugado, aunque casi creí que te perdíamos contra Cho. Debo decirte que, aunque no me escuchaste cuando te dije que no seas un caballero, has ganado sin trucos. No perdiste de vista el juego por una chica. Eso es lo que te hará un gran capitán algún día. Merlín sabe que lo intenté con los Weasley.

Oliver pareció haber dicho todo lo que tenía que decir sobre el partido. Ahora solo miraba a Harry, quien se veía algo avergonzado. Quizás por el pequeño regaño o por los cumplidos, Cedric no estaba seguro. Se preguntó si con lo de «perder por una chica» se refería a que a Harry le gustaba Cho. Eso sonaba como una afirmación que justificaba su expresión sonrojada con bastante precisión.

Cho era muy bonita. ¿Qué pensaría si supiera que Harry Potter sentía algo por ella? Quizás podría presentarlos.

—Deberíamos festejar. Nos están esperando, pero los Gryffindor no son muy pacientes, lo sabes.

Harry se levantó y dio un solo paso antes de decirle:

—Ve, te alcanzo en un minuto.

—De acuerdo. No te tardes —respondió el capitán, reservándose los reproches en su tono. Antes de alejarse, le dirigió una mirada a Cedric con un pequeño y amigable asentimiento de cabeza que le hizo sonreír—. Es agradable verte, Diggory.

El chico de mis sueños -HEDRIC (1)Where stories live. Discover now