Capítulo 2

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upside down world
pov: Leah

Leah llegó a su casa después de vacacionar por las playas de Ibiza con sus amigas. Estaba feliz, un descanso que sirvió también para reposar de su lesión que la tenía a mal traer.

Para Leah, sus amigas eran lo más importante, podria estar toda la vida riéndose de los chistes de Lucy, molestando a Keira y teniendo charlas serias con Beth.
Ellas tenían su versión más auténtica, una versión que Leah se encargaba de conocer a los demás. La versión poco seria de quién era ella al final, una simple chica viviendo su sueño.

Podría decirse que amaba la tranquilidad, pero extrañaba la rutina de entrenar, pese a estar en el club con los fisios y trabajando con ellos en función de su lesión, extrañaba las concentraciones para los días de partido, y a su compañera de habitación. Mcabe.

Ella se mantenía informada sobre el fútbol y los rumores, y se sorprendió cuando los medios ingleses hablaron sobre la nueva jugadora argentina que el Chelsea habia fichado. Le pareció un poco gracioso, el Chelsea tenía un gran equipo, y si ya era un dolor de cabeza para ella y sus compañeras neutralizar a Kerr, no quería ponerse a pensar que tan difícil sería controlar a Rodríguez, la flamante incorporación blue, de la que se hablaba.

Se sorprendió también cuando la conoció, la chica parecía tímida, y en ningún momento pareció percatarse de quién era ella. Eso la apenó un poco, aunque el sentimiento se disipó cuando recordó que tendría que jugar en contra de ella, y hacer todo para salir victoriosa. Leah sonrió. Le iba a dar la bienvenida a esa chica linda que la había chocado. Quizás le devolvería el golpe, y con su sonrisa sarcástica le diría -Bienvenida a la premier league y a Inglaterra, Malena-.
Se divirtió pensando eso, y sus pensamientos acabaron cuando escucho el timbre de su cómodo departamento.

En la puerta se apreciaba a su gran amiga, Jordan.
Leah la abrazo con fuerza, la había extrañado.
Jordan se alegro por la efusividad de su amiga y sonrió.
-Leita, te extrañe tanto- La defensora aspiro el aroma de la mediocampista del Aston Villa y suspiro.
-Jordan, yo también. No sabes cuánto- Noobs se alejo para poder mirar a su amiga a la cara.
-No podía esperar para verte, quiero saber cómo fueron tus vacaciones con las chicas.- Leah sonrió y comenzó a contarle a Noobs.

Al cabo de un rato, las risas no cesaban en el departamento de la joven defensora de Inglaterra, estaban disfrutando de la anécdota graciosa que Lucy había protagonizado en una playa de Ibiza.
La mediocampista, viendo su reloj se acercó a Leah, sabiendo que había cumplido con su promesa de visitar a la defensora apenas volviera. Con nostalgia abrazo a Leah y prometió volver a visitarla pronto. La rubia le respondió con otro abrazo y se despidieron.
Leah tenía pensado dormir, reponerse y mañana visitar el centro de Londres. Necesitaba hacer un par de compras.
         
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Cuando despertó, ya era hora de ir al centro. Se vistió con un buzo con capucha negra, y unos lentes que esperaba cumplieran la idea de no ser visible a mucha gente. Leah amaba a sus fans, pero en cierto punto sabía que necesitaba tranquilidad, y muchas veces eso no era posible.
Tomo su auto y manejo.
Paso por las afueras de un bar, y no pudo evitar detenerse al ver por la televisión como enfocaban imágenes de la incorporación del Chelsea. Malena. Intrigada se adentro en el bar, quería saber más sobre su nueva rival.

Al cabo de un rato, Leah ya sabía cosas básicas, usaria el dorsal 10, provenía de River Plate. Tenía 23 años, jugaba de delantera, pero también podía ser usada de extrema. Su sueño es debutar con su selección, y una referente para ella era Alex Morgan, aunque sentía una gran admiración por Alexia. Leah reía internamente, imposible no admirar a esas 2 jugadoras.
Se concentro en ver cómo la argentina se desempeñaba haciendo juegos con el balón, como algunas personas con banderas de su país le pedían a los gritos fotos, y como ella con timidez respondía a esos pedidos.
A Leah, le resultaba interesante. Una argentina que prometia, un caso interesante.
El bartender del lugar le pidió que consuma algo y la inglesa sin mucho más que hacer encargó una cerveza. Un gusto no estaba mal después de todo.
El bar estaba tranquilo, a pesar de la luz del día era oscuro por dentro. Nadie más que ella con su curiosidad podría entrar a este bar de mala muerte. Reía y gozaba, de estar tranquila.
A lo lejos se escuchó un ruido de una puerta, visibilizo como una castaña entraba acompañada de otra persona. Sin dar mucha importancia volvió su mirada a la televisión, cuando sintió como alguien golpeaba su rodilla. Levanto la mirada y la castaña que acababa de entrar la miraba con timidez. Leah levanto una pestaña, y la castaña ahogo un grito, sin entender la situación hablo.
-Disculpa?- Dijo con una sonrisa de boca cerrada. La castaña no reaccionó, y como si nada, su amiga respondió por ella.
-Perdon, a mi amiga le comieron la lengua los ratones- Leah reconoció esa voz y sonrió de nuevo. Era Malena quien estaba ahí con la otra chica que parecía consternada. Leah estaba inmóvil, se preguntaba si la argentina sabía quién era ella.
-No pasa nada, Rodríguez, entiendo a tu amiga. Yo también estaría avergonzada de haberme chocado con alguien como yo- Dijo con fingido ego. La argentina le dió una sonrisa cargada de sarcasmo.
-Por dios, Leah. Martina está así porque es tu fan.-Ella miro con curiosidad a la argentina, la delantera ya sabía quién era ella.
-Parece que averiguaste quién soy, ahora estamos a mano, ya sabes quién soy.-La argentina todo los ojos y le dió la mano.
-Si. Ahora puedo decir que el gusto es mío. Te voy a hacer la vida imposible en los partidos.-Leah miro su mano, y la apretó con una risa socarrona.
-Veremos quien le hace la vida imposible a quien, cariño. Londres es rojo.-Malena miro a la rubia a los ojos, parece que tenía a una nueva enemiga a vencer en la cancha.
-Eso está por verse- Siseo entre dientes la argentina. La defensora actuó indeferente, bajo la atenta mirada de la castaña de nombre Martina que miraba todo expectante. Leah, sin más que hacer se decidió marchar, a continuar con sus cosas.
-No veo las horas de que nos enfrentemos, Rodríguez.-Dejo unas libras de propina y volvió a mirar a la amiga de la argentina- Para la próxima te doy una camiseta firmada a vos, Martina. Parece que te comieron la lengua los ratones y no sos capaz de pedirme un autografo- Le sonrió con ternura-Hasta luego, Rodríguez. Nos vemos en el campo- Le guiñó un ojo a la delantera y se marchó, viendo cómo la argentina mantenía su mirada fija en ella y sonreía.

The game is about to start.

London girl./ Leah Williamson Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon