Epilogo.

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Un 8 de septiembre volví a quedar embarazada, esta vez con ganas de ser madre, de criar a una personita y tratarla mejor de lo que se podría tratar, llena de amor y de cariño, y sobre todo, haciéndome responsable de que nunca le falte nada.

Hace unos días me hice el test de embarazo, lo hice sola, solo tenía una duda y no iba a pensar que de verdad iba a pasar. Después de haber hecho lo que hice en un pasado, solo pensé, ya el destino no me dará la oportunidad de crear a alguien, porque seguro solo tenía esa oportunidad,  pero no es así.

A pesar de ser una abogada y tener que aparentar mucho sobre mi personalidad para que los clientes vean a una persona seria y fuerte. Por dentro solo pensaba que nunca iba a conocer un pequeño ser que saliera de mi, me culpe mucho, porque después de esas dos semanas de recuperación yo había recordado todo, y ese feto que abandone se había creado con amor, un amor que hasta el día de hoy se lleva a cabo.

Alex y yo nos mudamos juntos hace un año,  hemos estado prácticamente solos la mayor parte del tiempo, pero siempre tratando de hacernos compañía.

Ahora mismo el debería de estar en la oficina que tenemos en casa. Y yo apunto de darle la gran noticia.

Camino por el pasillo de la habitación hasta llegar a la sala de estar para tocar en la puerta que está al lado del bar de la casa.
Di tres toques...

- que pasó cariño?- me pregunta Alex.

Empujó la puerta un poquito y observo su posición. Tiene el pelo negro desordenado con unos espejuelos, los pies sobre el escritorio y la cabeza baja leyendo unos documentos, lleva una camisa blanca desabotonada y unos pantalones de tela en color gris.

Termine de entrar con una sonrisa para tratar de ocultar lo nerviosa que estaba.

- es que.... Te tengo una sorpresa. Creo?-  le digo algo incómoda y me acerco despacio.

El levanta la mirada hacia mi aún con los espejuelos, pone los documentos en un lado del escritorio y me observa de arriba a bajo con su sonrisa perfecta.

-A si? Cuál sería?.- dice con una sonrisa pícara en su cara.

- es en serio, Alex.- digo y me cruzo de brazos.

- esta bien, esta bien. Que pasó amor?-

- no se si te gustara.- le digo bajando la cabeza hacia mis piecitos.

- todo lo que salga de ti me gusta.- me sonríe y asiente para que hable.

- bueno, PSs esto saldrá de muy adentro.-

- me estás desesperando zam.-  me dice girando los ojos. Yo suspiro.

- estoy embarazada.- suelto sin más.

Cierro un poco los ojos porque no quiero ni siquiera ver su reacción, pero no puedo evitar verlo. Su cara que no tenía color, quedó peor, estaba inmóvil, como si estuviera analizando lo que dije mentalmente. Me acerqué a él un poco asustada y le toque el hombro.

- Alex.- no se movió. - Alex, no seas estupido, reacciona.- no lo hizo.
- ALEXXXXX!!!!!!!- le dije al oído.

- estoy embarazado.- dijo con la voz hecha un susurro y los ojos como platos.

- no, en realidad yo estoy embarazada.- respondí con obviedad, pero el seguía inmóvil.

- estamos embarazados.- volvió a decir.

- que no Alex, no puedes embarazarte, yo estoy embarazada.- resople y me volví a poner derecha pero me quede en frente de el.

- ya cállate y ven aquí, vamos a tener un mini tu o un mini yo por aquí.- dijo y me agarro por la cintura para sentarme en sus piernas, y me beso con felicidad.

No, no me esperaba esa reacción.

- enserio, estás feliz?- le digo con algo de confusión.

- claro que estoy feliz, tendré un hijo con la personas que más amo en la tierra, no me digas que este triste cuando me estás haciendo el hombre más feliz Zamira.-

Adiós papel de abogada, adiós muro que construí, adiós tristeza. Este hombre me devolvió a la tierra con su reacción tan especial. Nunca tendré una palabra específica para describir lo bien que se sintió ese momento. 

En otras noticias.

Seam y Daniela terminaron hace 2 años. Querían cosas distintas, y aunque los dos aceptaron que serían esos amigos que nunca se alejarían, si se alejaron un poco. Pero yo trato de entenderlos.

Mi madre y la madre de Alex siguen en la pastelería, nunca se alejarían de ahí, eso lo sabemos todos, Cairo conoció a una chica muy linda llamada Vanessa, y aunque solo la eh visto como dos veces, se lo hermosa que es, y que en su mirada se nota lo enamorada que está de el.

Christian, el sigue en su vida, hace un tiempo me dijo que está por retirarse porque ya ah viajado demasiado, pero que quería seguir llevándolo a cabo aunque no sea viajando, no se como lo hará pero espero y le salga bien.

Alex y yo, bueno, terminamos teniendo dos nenes barones. Si, gemelos. Y adivinen que?. Se parecen a Alex, los dos se parecen a él, la sonrisa, el pelo las posturas hasta las mismas señas con las manos hacen, solo sacaron mis ojos. Solo eso.

Que digo, somos una familia. Y si, aún llevo un poco de remordimiento dentro de mi, cuando los gemelos nacieron, yo solo pensé en que ni siquiera el feto quise ver. No saben cuánto me eh arrepentido hasta el día de hoy.

Pero espero poder darle cariño a esta familia y no culpa como la que llevo. Solo ese cariño que ellos merecen, todo lo que puede darle una madre sin créale ningún daño en su experiencia de vida,  y es lo que voy a darles....

         
Fin

El mejor amigo de mi hermano Where stories live. Discover now