6. Capítulo 5.

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Hi~ Como les comenté, este capítulo parte con las cositas domesticas y con los acercamientos ya más genuinos y fluidos entre estos dos, es muy linda la relación que desarrollan, así que espero que les de ese confort fluff igual que a mí.

Gracias por tanto cariño.

—¿Qué tal este? ¿Te gusta? —Aslan entona paseándose impacientemente por los innecesariamente grandes cuartos que les ofrece el arrendatario—

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—¿Qué tal este? ¿Te gusta? —Aslan entona paseándose impacientemente por los innecesariamente grandes cuartos que les ofrece el arrendatario—. Nos estamos quedando sin opciones.

—Déjame verlo bien antes de decidir.

—Te estás tardando. —Se burla con una sonrisa de Cheshire—. Aunque debí esperarlo dada tu edad.

—Dos años mayor. —Destaca—. Solo soy dos años mayor que tú.

—Dos años es prácticamente una vida de diferencia.

—Ash. —Le advierte—. Si este va a ser nuestro hogar deseo elegirlo bien y deberías querer lo mismo.

—Oh.

"Nuestro hogar".

El corazón de Ash palpita in crescendo con esas simples palabras, están revisando los departamentos que tienen disponibles en la agencia inmobiliaria que Max les recomendó, el penthouse debe ser su cuarta o quinta locación y ya está agobiado, le da exactamente lo mismo en dónde vivir, de cualquier manera no durará mucho la convivencia si Eiji planea tener el bebé de alguien más, así que se tragará la incomodidad para acabar con esta tortura lo más pronto posible.

—Me encanta. —Pero los ojos de Eiji brillan como nunca nada ha brillado al terminar de recorrer el apartamento y Ash de repente siente cómo si el corazón se le cayera—. Me gusta mucho, la vista es muy bonita, es un maravilloso lugar para tomar fotografías.

Están parados enfrente del ventanal con sus hombros rozándose y sus miradas clavadas en la ciudad agonizante, Ash traga duro intentando mantenerse concentrado en los edificios grisáceos o la forma en que el sol golpea contra el cielo, más, resulta imposible ignorar cómo la calidez de Eiji lo electrifica casi como si le estuviera dando la corriente, quiere apartarse pero el nipón lo está usando de soporte y la brecha corporal saca su lado más protector ¿siempre fue tan bajito? Eso es lindo, Eiji es adorable.

—¿Ash?

—¿Eh? —Parpadea saliendo de sus pensamientos—. ¿Qué dijiste?

—¿Te gusta?

—Sí. —Ni siquiera lo piensa—. Me encantas.

—¡¿Ah?! —Eiji se pone rojo, tan rojo que se alejan abruptamente a extremos opuestos del ventanal.

—¡El penthouse! —Chilla—. Me encanta el penthouse.

—Sí. —Eiji se rasca la nuca visiblemente nervioso—. Eso creí escuchar.

—Qué bueno porque eso es lo que dije.

—Ya veo.

Ash lo mira igual que un gato receloso desde su rincón, tiene los brazos cruzados encima de su pecho y puede apostar que hay un puchero amenazando con ser esbozado, está a punto de objetar con tal de mantener el control cuando ve a los labios de Eiji temblar y dejar escapar una risita delicada, más, pronto dichosa risita se convierte en una carcajada grosera en dónde se aprieta el estómago, tira su nuca para atrás e incluso le escurren lágrimas de la comisura de los ojos haciendo que enrojezca dos tonos más ¿dónde quedó el chico cortés que se disculpaba hasta por existir? De repente, sus mejillas están calientes y sus orejas impresionan a punto de hervir.

Dandelions [Agosto de MPreg]Onde histórias criam vida. Descubra agora