20. Capítulo 19.

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Hi~ Ayer fue un capítulo bien intenso ¿verdad? Como que estos dos tenían harta tensión acumulada, pero chiquillos, hablando más en serio, ya vamos por 2/3 de la dínamica, ha sido toda una experiencia escribirla y más considerando que tenía muy poquito avanzada esta trama cuando partí porque estaba convencida de que subiría a otra, pero acá estamos y finalmente vamos aterrizando conflicto a conflicto.

Gracias por tanto.

Eiji está tarareando alrededor de la cocina

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Eiji está tarareando alrededor de la cocina.

Sí.

Ash queda totalmente embelesado con la imagen y ¿acaso existe otro motivo para despertar además de Eiji? Asegura que no.

No cree que nada valga la pena sino tiene que ver con Eiji, porque Eiji, joder, realmente está pasando.

Te amo, Aslan Jade Callenreese.

Ash se toma su tiempo para memorizar cada detalle del momento sabiendo que al igual que las fotos durará solo un minuto pero anhelará que ese minuto se convierta en toda una vida, apoya su espalda desnuda contra el marco de la puerta, entornando en sus jades la silueta de Eiji, lo único que esconde su desnudez es la parte de arriba de un pijama demasiado grande para ser suyo porque tal vez y solo tal vez, Ash haya comprado un pijama con el mero objetivo de que su amado se lo quitara y con justa razón puesto que luce de maravilla. La tela azulada apenas le cubre los muslos dejando a la vista sus piernas torneadas y trabajadas, está arremangado y aun así, las mangas de vez en cuando le impiden moverse con la facilidad que acostumbra, el botón del cuello deja a la vista su clavícula, si la talla era grande para un lince lo es aún más para un conejito. Se mira deslumbrante, como solo Eiji sabe serlo.

Hermoso. Extraordinario. Cálido. Hogareño. Terco.

Eiji Okumura, damas y caballeros.

Así que Ash se queda con una sonrisa calma vislumbrándolo balancearse en la punta de sus pies ante los estantes de la cocina hasta que ansía alcanzar algo de una gaveta superior y por más que se estire no lo consigue, es bajito y necesita ayuda.

—¿Estabas tratando de alcanzar algo? —Aslan se apoya encima y le consigue su preciada salsa de soja.

—Ash. —Adora cómo el japonés pronuncia su nombre adormilado—. Pensé que seguías durmiendo.

—Me desperté porque no te sentí a mi lado.

—Eres tan... —No deja que termine su frase, sus palmas se acomodan sobre sus caderas y de un solo movimiento lo sienta sobre la encimera, de pronto Ash está encima y le gusta demasiado la situación.

—¿Tan qué? —Ronronea con coquetería—. Termina la frase.

—Tan genial por ayudarme con el desayuno. —Arregla lo que sea que haya estado a punto de soltarle con un pestañeo inocentón y una sonrisita maliciosa, pequeña mierda, cree que se saldrá con la suya.

Dandelions [Agosto de MPreg]Where stories live. Discover now