24. Capítulo 23.

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Hi~ Ha pasado caleta desde que vine por estos lares, lo tragico es que la trama está terminada, pero a veces uno se estanca en la vida y poquito a poquito hay que ir saliendo de eso, justo viene una parte más o menos fuerte del arco, espero que no se hayan olvidado de todo el contexto pero acá estamos.

Gracias por el cariño mis vidas, se les quiere caleta.

Además de ser un niño problemático solía ser tan flacucho y débil, sí, Jim lo resentía por su apariencia afeminada, decía que era el vivo reflejo de la mujer que le rompió el corazón y tal vez por eso lo dejó a su suerte en esa cabaña, como tenían...

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Además de ser un niño problemático solía ser tan flacucho y débil, sí, Jim lo resentía por su apariencia afeminada, decía que era el vivo reflejo de la mujer que le rompió el corazón y tal vez por eso lo dejó a su suerte en esa cabaña, como tenían las mínimas condiciones de salubridad no era raro que cayera enfermo con unas fiebres peligrosas o toses con voz de perro, en ese entonces no habían recursos y no podían llamar a un médico, así que mientras ardía y todo su cuerpo se sentía sudado y pesado su hermano se quedaba al lado de la cama, colocaba paños con agua fría sobre la frente o papas heladas que terminaban prácticamente cocidas y se quedaba ahí. A su lado.

—Odio esto. —Aslan era demasiado pequeño para entender los sacrificios silenciosos que hacía Griff con tal de protegerlo—. Cuando mis compañeros se enferman llaman a un médico y mejoran rápido.

—No podemos traer a un médico, esto debe bastar.

—¡Pero no es justo! En clases verán el guardián entre el centeno y yo quiero estar ahí ¿por qué tengo que faltar a la escuela? ¡No se vale!

—Porque estás enfermo y... —Ni siquiera pudo terminar de decirle—. Estás enfermo.

—Al menos podríamos tener jarabes o pastillas.

—Somos diferentes. —Repite con tristeza—. No es tan fácil, Aslan.

—Lo sé. —Se ponía de muy malhumor con la fiebre y no sabía controlar su frustración—. Todos dicen que somos raros.

—¿Raros?

—Sí, siempre me molestan porque ando con la misma ropa rota o por no tener mamá, además, papá tiene reputación de ser alcohólico, dicen que la casa es un basurero y que por eso tengo piojos o me dicen que estoy sucio, son una molestia.

—Perdón. —No entendía por qué se disculpaba, aunque Griffin era un adolescente en cada memoria lo ilustra con ese cansancio propio de las pérdidas y la adultez con bolsas verdosas y ojeras hinchadas enmarcando su mirada, con mejillas chatas y una sonrisa triste—. Perdón por hacerte pasar por esto.

No es tu culpa, quería decirle.

Tú no me estás haciendo pasar por nada.

Pero era un niño y necesitaba culpar a alguien de las cosas que no comprendía, para él era tan simple como levantar el teléfono y llamar a un doctor, así no se perdería esa preciada lección de Hemingway, le daba rabia, estuvo preparándose para debatir las metáforas desde hace semanas, que hayan libros interesantes era un suceso sumamente inusual y se lo perdería ya que sus zapatos no lo cuidaron de la lluvia y acabó resfriado, era frustrante, ante sus ojos inocentones era por mala voluntad, solo dado el paso de los años, al abrir un álbum de fotografía o soñar con esos trozos azarosos del pasado Aslan comprendería los verdaderos sacrificios que su hermano hizo para resguardarlo y la culpa escondida.

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⏰ Ultimo aggiornamento: Sep 23, 2023 ⏰

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