El mar, el cielo y tú |FreenBecky|

¿Seguimos siendo amigas con derecho?

POV BECKY

Cuando llegué al aeropuerto y escuché detrás de mí la voz de Freen, mi corazón se saltó un latido. Me di la vuelta con incredulidad, no podía ser ella, seguro que me lo había imaginado, pero ahí estaba, había venido a por mí. Cuando me dijo que si alguien había pedido un taxi, me lancé a sus brazos y le di un abrazo. La había echado tanto de menos, que se despertaron en mí un montón de emociones, desde como nos habíamos separado la última vez, pasando por el audio que recibí hasta llegar al directo donde la vi tan triste y desmejorada.

Me quedé extrañada, ya que le había dicho a Heidi que viniera ella a por mí, como Freen no contestaba a mis mensajes, pensé que quizás aún no quería verme.

Cuando ella bromeó acerca de que la había secuestrado y la tenía en el maletero, me asusté por un momento. Me imaginaba a Freen riéndose mientras ataba a Heidi.

Cuando se acercó a mi oído y me susurró que a partir de ahora ella era mi secuestradora, puedo decir que las bragas se me cayeron al suelo.

Después de estar un rato abrazando y disfrutando de su cercanía, miré la bolsa que había dejado caer ella al suelo. Cuando me la dio, se sonrojó levemente. Vi que había un osito dentro, que había comprado en el aeropuerto mientras me esperaba. En ese momento, se me ablandó por completo el corazón.

'Becky... cálmate, ¿vale? Tienes que ser más fuerte, dijimos que no ibas a caer tan rápido, que era ella la que debía hacer ahora movimientos y si cada vez que hace alguna monería se te caen las bragas al suelo, no ayudas'.

Estaba loca... había venido a las 6:30 de la mañana, llevaba aquí una hora y media. Estas son las cosas que mi antigua Freen hacía y que me hicieron enamorarme de ella. 'Ahí vamos otra vez'.

Cuando le digo de volver a nuestra casa veo que le sale una sonrisa al más puro estilo niña pequeña, una sonrisa llena de ilusión. Abre su maletero y me asomo disimuladamente con las manos en la espalda, solo para asegurarme.

-¿Buscas algo? -me pregunta girando la cabeza hacia mí mientras sonríe.

-Puede ser -digo disimulando.

Me subo a la parte del copiloto y nos dirigimos a casa.

Una vez en casa, me ayuda a descargar y no me deja coger mis cosas.

-Las subo yo, estarás agotada del viaje -se dice echando el equipaje detrás de ella para que no lo alcance.

Lo intento, pero solo logro abrazarla porque tiene los brazos más largos que yo.

-No es justo.

-Yo lo veo muy justo -sonríe mientras pone su mano libre en mi espalda, empujándome hacia ella para que la abrace más.

Me separo y finjo estar enfadada.

-Tú ganas, lleva el equipaje.

Subimos a mi habitación y veo que se sonroja.

-Quizás quieras cambiar las sábanas.... Estuve durmiendo aquí todos los días.

-Oh no, no, realmente está bien, no pasa nada -me sonrojo, yo había hecho lo mismo que ella y solo se fue un día. Además, que mis sábanas huelan a ella es lo que necesito ahora mismo.

-Me gustaría que después de que descanses, hablemos de todo lo que ha pasado -dice mirándose la punta de las zapatillas de estar por casa.

Me acerco a ella agarrando su cara con mis dedos para que me mire. Cuando le subo la cabeza, tiene una mirada apenada.