Hogsmeade and Black's Break-In

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Harry no tuvo suerte con McGonagall. Ron estaba molesto con lo que Nova dijo durante Transfiguración. Hermione estaba agradecida. A Nova no le podria importar menos.

Mientras tanto, Ron llamó a McGonagall con muchos nombres crudos. Nombres, a Nova no le gustaban pero lo dejó enfadarse.

Nova estuvo de acuerdo con Minnie y Hermione, Harry debería estar en Hogwarts. Sin embargo, también pensó que su donante de esperma no podía entrar en Hogwarts. Pronto se demostraría que se equivocó en la noche de Halloween.

Una vez que Ron y Hermione se fueron a Hogsmeade, Nova pudo obligar a Harry a ayudar con una broma.

Al final, el dúo decidió encantar la puerta de las Salas Comunes de Slytherin y Ravenclaw. A medida que los estudiantes desprevenidos salieran de su Sala Común, sus zapatos se convertirían en zapatos de payaso rojos.

Después de escapar por poco del castigo de Filch, el dúo se fue a la lechucería.

A Nova no le gustaban los pájaros.

Le gustaba Hedwig.

Solo le gustaba Hedwig porque el búho nevado amaba a Nova. Esta es la razón por la que en el momento en que Nova pusiera un pie en la lechuceria, haría una línea de abeja para Hedwig.

Desafortunadamente, el dúo nunca llegó a la lechucería. En cambio, fueron detenidos por el Profesor Lupin.

—Harry, Nova —había llamado—. ¿Qué están haciendo? ¿Dónde están Ron y Hermione?

—Hogsmeade —respondieron al unísono.

—Ah —dijo Lupin. Considero su respuesta por un momento—. ¿Por qué no entran? Acabo de recibir un grindylow para nuestra próxima lección.

—¿Un que? —dijo Harry.

Siguieron a Lupin hasta su oficina. En la esquina había un tanque de agua muy grande. Una criatura verde enfermiza con pequeños cuernos afilados tenía la cara presionada contra el vidrio, haciendo muecas y flexionando sus largos y espinosos dedos.

—Demonio del agua —respondió Nova, examinando cuidadosamente al grindylow.

—No deberíamos tener muchas dificultades con él, no después de los kappas. El truco es romper su agarre. ¿Notas los dedos anormalmente largos? Fuerte, pero muy ágil —dijo Lupin.

El grindylow dejó al desnudo sus dientes verdes y luego se enterró en una maraña de hierbas en una esquina.

—¿Taza de té? —dijo Lupin, buscando su tetera—. Estaba pensando en hacer una.

—Sí, por favor —respondió Nova felizmente. Mientras que Harry estuvo de acuerdo torpemente.

Lupin tocó la tetera con su varita y una rafagga de vapor salió repentinamente del caño.

—Siéntense —dijo Lupin, quitando la tapa de una lata polvorienta—. Me temo que solo tengo bolsitas de té, ¿pero me atrevo a decir que has tenido suficiente hojas de té?

Harry lo miro. Los ojos de Lupin brillaron.

—¿Cómo supo eso? —Harry preguntó.

—La Profesora McGonagall me lo dijo —dijo Lupin, pasándo a Harry una taza de té astillada mientras le guiñaba un ojo a Nova—. No estás preocupado, ¿o si?

—No —dijo Harry. Pensó por un momento en contarle a Lupin sobre el perro que había visto en Magnolia Crescent, pero decidió no hacerlo. No quería que Lupin pensara que era un cobarde, sobre todo porque Lupin ya parecía pensar que no podía hacer frente a un boggart.

The Girl Who Fought | h.p |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora