Gravity Is No One's Friend

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Nova, plegada de pesadillas, se sentó en la Sala Común, mirando las cenizas frías de la chimenea. Ella tuvo la misma pesadilla recurrente.

Explosiones de luz verde disparando a sus amigos en el corazón, matandolos. Sin embargo, en lugar de detenerlo o gritar en protesta, una risa malvada y amenazante cayó en sus labios. Su risa era similar a la que ella imaginaba que sería la suya.

—¿Nova? —Harry llamó mientras bajaba las escaleras.

—Hola, Har —saludo Nova, mostrándole una sonrisa.

Harry se dio cuenta al instante de que algo andaba mal. Sabía que ella estaba luchando con todo antes, pero en realidad podía hablar con ella al respecto.

—¿Qué pasa, amor? —Harry preguntó, sentándose a su lado.

—Nada, cariño —respondió Nova, jugueteando con los hilos de la sudadera que le robó a Harry.

—Si es algo —Harry dijo, clara frustración en su voz—. Sé que algo está mal, Nox.

—Estoy bien... —Nova comenzó, pero Harry la corto.

—Tienes ojeras debajo de los ojos. Ese es un signo revelador de falta de sueño. No estás comiendo tanto. Tus uñas están mordidas hasta la piel —Harry comenzó a enumerar cada pequeño detalle que noto—. Tu cabello tiene las puntas abiertas. Tienes moretones en los nudillos, supongo que eso se debe a tu entrenamiento de combate muggle. Estás extremadamente nerviosa. Apenas te ríes con esa risa adorable. Tu sonrisa no es más que una máscara que usas.

—No estás bien, Nova Black —dijo Harry—. Estás luchando con algo. Supongo que tiene algo que ver con tu padre.

—No mierda, Sherlock —dijo Nova sarcásticamente, negándose a mirarlo a los ojos. Sabía que si lo hacía, lloraria.

—Nova, no tienes que ser fuerte todo el tiempo —dijo Harry en voz baja—. Solo dime que pasa.

—Mi padre está tratando de matarte. Mi mejor amigo. Todo el mundo piensa que nuestra amistad es una estrategia para acercarnos a ti para al final ayudar a mi padre a matarte —Nova declaró. Harry podía oír las lágrimas en su voz—. No fue tan difícil con los Morgensterns. Ahora, tengo gente respirando en mi nuca, esperando a que me equivoque. Esperando a que muestre señal alguna de que estoy ayudando a mi padre.

—Pero no eres como él. No matas a la gente, no matarías a nadie. Andas por ahí haciendo chistes y coqueteando con otras personas —Harry habló. Le había dicho a Lupin que podría ser ajeno a la mayoría de las cosas, pero cuando se trataba de Nova, se daba cuenta de todo—. ¡Por el bien de Merlin, nombraste a un gran perro negro que encontraste en el parque Snuffles!

Nova se rio un poco.

—También sé a ciencia cierta que si tuvieras que elegir la vida de un ser querido o la tuya, los elegirías a ellos —declaró Harry—. Hablando de eso, no te lances frente a una maldición por mí, ¿de acuerdo?

—Sin promesas, cariño —se burló Nova, todavía se derramaron lágrimas de sus ojos.

—¿Puedo recuperar mi suéter? —Harry preguntó.

—¿Cuál? —Nova cuestionó.

—El rojo... —Harry comenzó—. ¿Cuántos de ellos tienes?

—Cuatro o cinco —respondió Nova—. Y si, puedes recuperarlos.

—¿Así de fácil? —Harry preguntó.

Nova asintió. Lo que ella no le dijo; ninguno de ellos olía como él.

Ella sabía que era una tontería. Sabía que estaba siendo una adolescente hormonal tonta, pero usar las sudaderas de Harry la hizo sentir segura. La hicieron sentir deseada. La hicieron sentir como si no estuviera completamente sola.

The Girl Who Fought | h.p |Where stories live. Discover now