~PERFECTAMENTE IMPERFECTOS~[EDITANDO]

•CAPÍTULO 19•

Cuándo sentí a Mateo tan cerca de mí,sentí escalofríos,una corriente eléctrica recorrer todo mi cuerpo entero haciéndome temblar. No me gustaba lo que estimulaba mi cuerpo cuando lo tenía cerca mío.

Había decidido ser sólo amigos con él,y él aceptó. Ese era el acuerdo.

No quería confundir más mi mente,pero mi cuerpo iba en contra de todas mis determinaciones. Odiaba aquello.

No quería sentir lo que sentía,no por ahora al menos. No me veía en condición de amar e ilusionarme siendo amada para que pasase lo de la última vez que me permití ilusionar.

Conteniendo todos mis pensamientos erróneos y en contra de los principios,di pasos atrás para luego salir hacia el parque.

Me senté en el sillón frente la piscina respirando el oxígeno en el aire,sintiendo la  leve brisa de la noche y apreciando el bello cielo oscuro.

Mateo había accedido a mi petición de amigos. Pero sus acciones no acordaban con lo que decía.

Sabía claramente que ese perfume que se deslizaba por todo su cuerpo era mi droga más vigorosa. Sus labios eran mi tentación al pecado,su cuerpo era un delito criminal y sus ojos....Esos ojos llenos de misterio,secretos,dolor,amor y odio. Esa mirada tan particular suya de querer decir todo y callarlo sin decir nada.

Algo nos conectaba profundamente más allá de lo que podíamos imaginar y ambos los sabíamos. Pero yo no estaba preparada,no me sentía capaz de experimentar lo desconocido. No quería aún escarmentar lo que el destino nos tenía preparado.

Con Mateo todo había sido tan diferente. Jamás sentí lo que él y sólo él me hacía sentir con sólo una mirada,jamás me sentí más segura al estar cerca de un hombre,de una figura masculina.

Había desconfiado de los hombres por lo que me acontece cinco años ya.
Jamás,desde mis once años que sufri aquel daño por el hombre al que llamaba papá,por que así lo sentía mi niña interna,jamás confíe completamente en un masculino.

Pero Matt. Mateo acortaba todo eso,hacia desaparecer esa desconfianza. Él me daba seguridad,me hacia sentír protegida. Sabía que estando junto a él nada malo me ocurriría.

Eso me enfurecia en parte,pero por otro lado me gustaba.

Aun que quisiese que me guste como amigos,como lo habíamos acordado.Pero no. Mis malditos sentimientos iban más allá de la amistad.

Sentía a cada segundo del día, la necesidad de estar cerca suyo,de saborear la dulce lengua desesperada por encontrar la mía,de aspirar ese aroma a él,de rozar esos gruesos labios rosados,de escuchar su voz grave en mi oreja,de sentir el cosquilleo que provocaba cuando chupaba y mordia mi lóbulo.