∞ Prólogo ∞

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Hace 22 años...

Era una noche tormentosa sobre el reino de Berk, su tirano y cruel rey observaba con serenidad la furia de la lluvia, truenos y relámpagos que atormentaban a sus súbditos.

-¡Padre!- una joven rubia de 28 años entró de prisa a los aposentos de su padre vestida con su armadura y su infaltable espada. El aludido volteó con calma para verla- Otra mujer acaba de dar a luz, es una niña.- informó.

El rey hace poco se había enterado de una profecía que fue recitada por unos viejos hechiceros hace algunos años con la intención de acabar con su despiadado reinado. Así que ordenó encerrar a toda mujer embarazada a sus mazmorras y así detectar a tiempo la bebé que se convertiría en su perdición y matarla antes de que pueda siquiera decir su primera palabra.

Grimmel bajó a las mazmorras junto con su hija y entraron a la celda de la mujer que trataba de proteger a su bebé recién nacida contra su pecho.

-¡No! ¡NO!- gritó solloza y aterrada cuando Lagertha, la princesa, le quitó a la niña de sus brazos y observó la cara interna de su antebrazo derecho, allí tenía la marca.

-Es ella.- dijo sorprendida la princesa ojiazul, mientras que la madre sollozaba más fuerte, eso sólo significaba que matarían a su hija.

-Dásela a la madre, nosotros debemos traer el veneno.- habló el de cabello blanco y, con su hija, regresaron a la parte superior del castillo para traer el implemento con el que matarían a la salvadora.

-Ay, Heather...- murmuró la madre viendo a la pequeña en sus brazos- Tú eres la salvadora.- sonrió orgullosa y la arrulló, pues sentía que en cualquier momento iba a empezar a llorar.

Sin embargo, se desconcertó cuando el guardia de su celda cayó al piso y, detrás de él, apareció una señora mayor de edad.

-¡Rápido, dame a la niña!- exigió la anciana.

-¿Quién es usted?- cuestionó la pelinegra ocultando más a su hija contra su pecho.

-¡¿Quieres que ella viva para que cumpla con su destino?! ¡Rápido, no tenemos tiempo! ¡Voy a sacarla de aquí!- le decía en susurros altos que simulaban unos gritos y movía las manos desesperada.

La madre lo pensó unos segundos, pero luego de observar con devoción a su niña, decidió que tenía que tomar cualquier opción para que ella esté a salvo. Se paró y le dió a aquella anciana a su hija, quien la puso en una canasta y la ocultó con una manta.

-Larga vida a Heather Berserker, salvadora de Berk.- le dijo la anciana y la madre se sorprendió al escuchar que sabía su apellido. La mujer no esperó más y salió corriendo del castillo.

No obstante, justo bajaban el rey, su hija y unos guardias con perros salvajes, quienes la vieron partir.

-¡Malditas!- gritó enfurecido- ¡Suelten a los perros, que no dejen que escapen!- indicó y los perros fueron liberados, los cuales corrieron a toda prisa a perseguir a la anciana- Y tú...- miró amenazante a la madre y, tras darle una mirada fulminante, alzó su mano derecha hacia ella y utilizó su magia negra para romper su cuello y matarla al instante.

-¡Padre!- exclamó Lagertha en un respingo y viendo con pena el cuerpo de la mujer.

-¡¿Qué haces aquí?!- le regañó su padre ignorándola- ¡Ve a la cacería!- señaló la salida y ella no tuvo más opción que acatar su orden.

∞ ∞ ∞

-¡Oh, no!- gritó la anciana al ver que los perros la alcanzaban, luego observó un río- Este te llevará a un lugar donde te puedan ayudar.- le habló a la canasta y la puso en el agua, al fijarse que flotaba, la empujó hacia la corriente del río- Suerte, Heather Berserker.- fueron sus últimas palabras, mientras la veía alejarse, pues los perros del rey la habían alcanzado y no dudaron en atacarla y morderla salvajemente, hasta matarla.

∞ Protectors of Magic ∞Where stories live. Discover now