Una antigua profecía parecía extinguida a raíz de la muerte del malvado rey de Berk, Grimmel. Sin embargo, el reino aún no estaba seguro de las magias oscuras y aquella profecía de una salvadora hechicera y sus protectores recobró vida.
Nadie puede...
Camicazi despertó abruptamente cuando aquel recuerdo acabó de proyectarse en su mente como un sueño, topándose con un cielo nocturno estrellado sobre ella; giró su rostro y se tranquilizó cuando divisó a Heather dormida a su lado.
Fue en ese entonces cuando comprendió que había tomado malas decisiones respecto a ella en el pasado, pero ahora haría todo lo que esté en sus manos para convertirla en la gran hechicera que estaba destinada a ser.
Heather Berserker debía librar al mundo de la oscuridad.
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A la mañana siguiente, Bocón y sus guardias llegaron a la entrada de la aldea de Bog Burglar; Assa y sus vigías los habían visto asomarse, pero aún se mantenían ocultos detrás de su pequeña fortaleza que pretendía defender su hogar.
-No queremos hacerles daño.- habló el Capitán cuando bajó de su caballo y ningún burglar se había atrevido a darles la bienvenida- Buscamos a una joven que se fue con la princesa, la reina Lagertha nos envió para llevarla a casa.- avisó tranquilamente.
La joven castaña hizo caso omiso a las advertencias de sus amigos, quienes les suplicaban que no saliera; tomó su arco y salió de la fortaleza para encarar al rubio.
-Camicazi está con ellos.- dedujo el hombre al ver que la Jefa no había salido, sino su hija- Mi nombre es Bocón, soy el Capitán de la Guardia Real, sólo queremos ayudarlos y eso haremos, si nos dices a dónde los está llevando.- pidió, mientras ella lo observaba con atención.
-Van al Nuevo Berk.- mintió Assa con ímpetu y firmeza, sin un atisbo de todo el nerviosismo que le recorría el cuerpo cuando alzó su arma y le apuntó.
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-Vinimos del Nuevo Berk. No los vimos en el camino.- intervino un guardia y ella se estremeció.
-Debieron tomar otro camino. Si se van ahora, seguramente los alcanzarán.- contestó apretando fuertemente el arco que traía en sus manos e inconsciente tensaba un poco más las cuerdas que la ayudaban a sostener la flecha.
-No nos engañarías, ¿o sí?- interrogó Bocón con suspicacia.
-No.- negó ella tajantemente.
-¡Señor!- el mismo guardia que habló antes, llamó a su superior, quien volteó en su dirección- Huellas de carreta, de menos de un día, hacia el oeste.- le mostró arrodillado y pasando sus manos sobre la marca en la tierra.
Bocón se giró nuevamente hacia Assa, pero esta ya no estaba, había vuelto a ocultarse en su pequeña fortaleza. El rubio no hizo más que hacerle una señal a sus muchachos y se retiraron para alcanzar al grupo lo antes posible.
-Van tras ellos.- susurró con temor la de ojos miel, mientras los veía partir
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Hiccup lanzó dos dagas al tronco de un árbol, las cuales se clavaron perfectamente y miró por encima de su hombro y con superioridad a la chica que estaba detrás de él. Astrid entrelazó sus dedos, los tronó y le devolvió la mirada con desafío, claro que aceptaba el reto.
