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Unos pocos días pasaron desde que iniciaron el camino hacia la Ciudad Inmemorial, situada más allá del Mar Destrozado. Aquella cálida tarde Astrid camina con su caballo, ambos muy adelantados con respecto al resto del grupo, hasta que el hombre más adulto la alcanzó y se bajó también de su caballo para charlar con ella.

-Recorriste mucha distancia.- le comentó para romper el hielo y la princesa no pudo evitar mirar atrás de ellos con sutileza para buscar al causante de sus tormentos mentales y, cuando lo encontró, se dió cuenta de que Hiccup también la miraba directamente a ella a unos metros atrás con el resto del grupo.

-No estoy de humor para hablar.- contestó observando nuevamente al frente, recordando la pequeña discusión que tuvieron acerca de la credibilidad en Heather.

-Quiero que sepas que te apoyo a ti y no a ellos. Iba a salir a buscarte, pero casualmente todos vamos hacia allá.- confesó Spitelout despreocupado mientras señalaba el camino que tenían en frente- Así que les hice pensar que iba con ellos. La verdad es que...- sus falsas ocurrencias fueron truncadas por la impaciencia de la rubia.

-Sí, ya te entendí.- cortó de forma tajante, la último que deseaba ahora era escuchar las mentiras burlonas del sujeto.

-A pesar de lo que te hayan dicho, no soy un ladrón de profesión. Soy lo que se podría llamarse un adquisidor de artefactos raros.- aclaró el hombre con una sonrisa con extrema arrogancia.

-¿Eso no es una forma elegante de decir que te dedicas a robar?- fue el turno de ella para divertirse con él.

-Cazo tesoros.- aclaró fingiendo ofensa- Y me convertí en esto, porque cuando tenía más o menos tu edad, alguien me contó acerca de la Coraza Draconiana.- añadió en su defensa y logró captar la atención de la joven.

-¿La Coraza Draconiana?- repitió interesada.

-Sí, princesa, la legendaria armadura...- el Jorgenson iba a explicar lo que era, pero ella lo volvió a interrumpir.

-Sé lo que es.- informó fastidiada.

-Aquel objeto me cambió la vida.- musitó el pelinegro en un suspiro y Astrid frunció el entrecejo.

-¿Y la desperdiciaste buscando un artefacto mágico del que te hablaron en un cuento antes de dormir? Es lo más triste que haya escuchado.- arremetió algo irritada por lo ridículo que sonaba.

-A tu padre no le parecía triste.- respondió y la ojiazul giró su rostro inmediatamente hacia él ante la mención de su progenitora- Pasó 5 años buscándola por todo el mundo, lo sé porque yo iba con él, era su escudero.- reveló y la princesa pareció sopesar con detenimiento sus palabras, antes de volver a hablar

-Entonces... ¿Tú sabes qué fue lo que le pasó?- cuestionó después de unos segundos anhelando respuestas.

-Ah, sí. La encontró.- contestó Spitelout con rapidez y emoción.

Sin embargo, antes de que Hofferson pudiera pedir más explicaciones que esa vaga respuesta, él apresuró su caminar y se adelantó a ella campante. Creía que era mejor que la muchacha obtuviera sus respuestas paulatinamente.

Además, debía confesar que le es entretenido mantener el misterio.

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-¡Qué emoción, vamos a hacer magia!- exclamó Heather entusiasmada, mientras se acomodaba en la carreta, la cual era dirigida por Alexa, para sentarse frente a Camicazi.

-Vamos a hablar de magia.- aclaró la hechicera- La magia son las venas del universo, olvida todo lo que sabes o crees saber.- aconsejó con calma.

-Yo no sé nada, así que podemos saltearnos esa parte.- murmuró algo apenada.

∞ Protectors of Magic ∞Where stories live. Discover now