Prólogo

3K 254 72
                                    

Kintsugi: sust. arte japonés de reparar cerámica uniéndolas con oro y creando así una nueva pieza, también conocido como el arte de la resiliencia.

金継ぎ

¿Cómo se sobrelleva una pérdida?

¿Cómo sana un corazón que está tan dañado?

Cuando se pierde aquello que tanto se ama, aquello que tanto luchaste por proteger, ¿Cómo sigues adelante?

Los planes, las promesas y el futuro brillante que creaste al lado de esa persona se demoronan por completo sin previo aviso. Incluso aferrándose al último atisbo de esperanza es imposible evitar que el destino no haga de las suyas.

Amando demasiado; perdiendo demasiado.

"Aunque lo intenté todo, parece que incluso así no fue suficiente", pensó el castaño oscuro mientras contemplaba el ramo de flores puesto frente a la tumba.

El amor de su vida se había ido. Y nuevamente, él no había podido salvarlo.

El dolor de la pérdida, incluso el resentimiento a uno mismo ya no importaban. Su mirada y alma se habían apagado por completo. No sabía qué hacer ahora que él no estaba ahí.

Suspiró antes de partir del lugar y volver al restaurante que ahora le pertenecía solo a él. Vacío y solitario, no sabía siquiera para que mantener el edificio. Tal vez el recuerdo...

La vida no era la misma sin su perla.

El mar ya no era azul, los cerezos ya no tenían un bello significado y las perlas ya no brillaban tanto como cuando estaba con él.

El guardia del lugar miró con pena al hombre que partía con una postura baja. No era raro verlo allí; visitaba el lugar con tanta frecuencia que no era difícil reconocerlo. Si debía ser honesto, sentía una profunda tristeza por aquel joven, pero no se podía evitar viendo ese rostro demacrado y esa mirada perdida. No era diferente de ver al mar en la oscuridad: vacío, profundo y sin el mínimo brillo, totalmente perdido.

Rezó en su corazón para que el chico pudiera seguir adelante.

La lluvia caía, pesada y estridente, pero no parecía importarle al ojidorado que seguía caminando sin mirar adelante. Sus pies ya estaban terriblemente familiarizados con ese camino de todos modos. Las nubes cubrían por completo el cielo y estaba tan oscuro que era increíble pensar que ni siquiera eran las nueve aún. El sol no había salido en días en Seúl, pero ese clima era irónicamente adecuado para los sentimientos que guardaba el pobre hombre.

Las luces de la tienda brillaban intensamente a medida que se acercaba y su corazón pesaba mientras más las notaba. Finalmente, tomó el pomo de la puerta y estaba por abrirla cuando oyó un quejido cercano.

¿Algún borracho o animal herido? Rápidamente se asomó solo para encontrar una mata de cabello castaño claro (tal vez rubio, realmente cómo podría saberlo) inclinada hacia adelante. Era un chico de hoodie gris en posición fetal, temblando y sollozando y, que, aparentemente, oyó sus pasos y levantó la vista.

Su cara se contorsionó en una mueca de horror cuando notó lo magullado que estaba el rostro del pobre chico. Un ojo morado, labios rotos y una nariz sangrante. Podría incluso decir que la ropa estaba algo rota a simple vista...

Las miradas conectaron y ninguno dijo nada. El dueño del lugar simplemente dió la vuelta y se fue sin decir nada.

El pálido y flaco cuerpo soltó un suspiro de alivio; debería irse ya, ¿pero a dónde? Resolvió en su mente que lo pensaría luego, cuando tuviera la mente ordenada, pero ahora debía levantarse ya que probablemente al señor del local no le haría mucha gracia tener a un vagabundo llorando cerca de su puerto.

Sí, así es, no debería quedarse allí.

Se levantó dispuesto a irse, pero al empezar su caminata oyó la puerta abrirse y un carraspeo muy fuerte.

- Por favor, entra. La lluvia es muy fuerte aún. Quédate aquí hasta que disminuya, no puedo dejar que un estudiante simplemente se vaya así -. Era el dueño. Estaba parado en el marco de la puerta que ahora yacía abierta, mirándolo con una leve preocupación.

No reaccionó al instante. El horario de cierre de los lugares por la zona ya había pasado y pensó rápidamente que estaba molestando de nuevo al señor. Su mente maquinó la disculpa, pero su tren de pensamiento se detuvo rápidamente al oír a ese hombre hablar.

- ¿Te quedarás ahí? La lluvia está cayendo cada vez más fuerte, chico - Preguntó nuevamente el propietario con una voz dudosa. ¿Tal vez se veía muy extraño invitar a alguien sin más? No lo había considerado antes, pero viendo la expresión del supuesto estudiante, pensó que era raro.

Tras oír un relámpago, el desconocido muchacho ni siquiera dudó en ingresar al local mientras murmuraba una pequeña disculpa para el propietario, quien más allá de oír las suaves palabras, sólo estaba pensando dónde había puesto las toallas y el calentador portátil. Suspiró por décima vez en el día mientras iba al fondo del establecimiento en busca de dichos elementos.

Iba a ser una noche pesada.

Sin saberlo, ese sería el encuentro que cambiaría ambas vidas.

Esa noche lluviosa fue la primera vez que Kang Dooshik y Kim Dan se encontraron.

金継ぎ

Ok,  es un fanfic que carece de algún fundamento, simplemente vi demasiados tiktoks de esta pareja y sinceramente me apeteció escribir algo así.

Este no va a ser un fanfic largo y mucho menos un angst porque para sufrir solo lean los manhwas de estos dos, lol, yo vine a escribir un romance nomás. También me disculpo de antemano por las faltas de ortografía que pueda tener, no soy escritora después de todo, así que espero que pueda informarme en caso de que se me pase por alto.

Nuevamente, este fic está inspirado en Kang Dooshik de Pearl Boy y Kim Dan de Jinx y nadie más. Nuevamente, es por diversión que hago esto. Quién sabe, tal vez salga algo divertido de escribir esto. 🤓

Kintsugi || DanShikWhere stories live. Discover now