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La primera parada fue una exposición de arte que estaba en sus últimos días de apertura. Debido a la hora, no había demasiada gente todavía y no fue difícil comprar las entradas y pasar. Dan se ofreció a pagarlas, pero Dooshik no se lo permitió.

"– Yo lo pagaré todo hoy porque yo te invité. Despreocúpate, Dan-ah"

Sí, eso fue exactamente lo que dijo.

Pasaron por un pasillo donde se exhibían las obras del pintor acompañadas de una descripción con la historia del cuadro y la técnica. El bajito asomó un poco la cabeza y vió que eran un montón de pinturas bonitas a lo largo del amplio pasillo. Asintió en aprobación y empezó a avanzar con Dooshik.

Leía y leía las descripciones con el rostro serio, pero sus ojos mostraban todas sus emociones. Era muy lindo de ver.

– Oh, ¿no es esta pintura realmente famosa? –. Susurró a Kang, quien tuvo que agacharse un poco para escucharlo. Miró lo que Dan señalaba y asintió.

El cuadro que Dan apuntó era nada más y nada menos que uno de la serie de pinturas de "Los Girasoles". No sabía mucho sobre él y era bastante torpe con cosas relacionadas al arte y la historia, pero podía apreciar la belleza y el trabajo que conllevaba elaborar una obra así.

Miró al rubio parado a su izquierda; estaba totalmente sumido en la pintura y sus ojos se movían con rapidez, captando cada una de las pinceladas dadas. Sus labios habían formado un pequeño piquito y sus cejas se fruncieron un poco mientras leía el cuadro informativo.

– Un rostro tan guapo no debería tener una expresión tan fea –. Dijo antes de reacomodar el ceño fruncido de Dan con el dedo índice, golpeando suavemente el espacio entre sus cejas y repitiendo las mismas palabras que le había dicho su mayor en el día con un tono juguetón.

Vió su rostro avergonzarse y ponerse rojo, incluso infló sus cachetes por un segundo antes de apartarse de su lado y seguir caminando.

– Dan-ah~, no me dejes atrás~ –. Canturreó siguiendo al pequeño pollito frente a él.

¿Es un pollito o más como un hámster? Viéndolo inflar sus mejillas le recordó a esos pequeños animales tan adorables.

Sí, Dan era como un hámster.

Recorrieron y miraron cada uno de los cuadros; hablaron un poco de esto y aquello hasta llegar al final del pasillo que se abría en un enorme salón con todo tipo de souvenirs y chucherías. A ambos se les entregó un pequeñísimo bote de pintura con un número encima y una brocha para pintar en el lienzo que estaba al frente. Dan prácticamente corrió a hacerlo. Pintaron el cuadrito que les correspondía con el cuidado necesario y empezaron a echarles una ojeada a las cosas que estaban vendiendo.

Eran bonitas; pines, pequeñas pinturas, ropa, bolsas, libretas... De todo un poco. Dan quedó prendado a una esfera que tenía pintada en su interior unos peces koi con la misma paleta de colores que los girasoles que había visto antes. Era hermoso.

Dooshik notó la mirada que su compañero tenía y estaba por preguntarle si lo quería hasta que una voz sonó en el salón.

– A todos nuestros visitantes: las salas temáticas están finalmente abiertas. Los invitamos a pasar en orden y en silencio; apaguen las cámaras con flash y disfruten el recorrido –. Exclamó la voz femenina a través del parlante.

– Oh, Dooshik-ah, vayamos, vayamos –. Y antes de siquiera poder preguntarle, Dan caminó hasta la puerta que llevaba a las salas.

Él se quedó quieto un rato, simplemente viendo al mayor caminar despreocupadamente hacia lo que le interesaba. Lo imaginó como el gato de ese vídeo famoso en el que saltaba y aplaudía mientras miraba a su dueño. Negó mientras se reía y miró a la vendedora del puesto.

Kintsugi || DanShikWhere stories live. Discover now