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La rutina era la misma. Despertar temprano, hacer el desayuno, desayunar, limpiar los trastes y bajar al restaurante a trabajar; cerrarlo y subir a tomar una ducha, cenar y dormir. Para Dan, la rutina era algo importante y le hacía bien tener una.

Pero parecía que justo esa mañana las cosas no serían así. Sentía que su cabeza y cuerpo iban a matarlo y las ganas de vomitar estaban tan presentes que creyó que el solo hecho de moverse lo haría devolver todo lo que había comido la noche anterior (que ni siquiera era mucho). Ah sí, estas son las consecuencias de beber despreocupadamente, una jodida resaca que lo tenía tumbado.

Recordaba haber bebido moderadamente hasta que ya no lo hizo y él y Dooshik empezaron a vaciar botellas como si al día siguiente no tuvieran que trabajar; y, que de hecho, no lo harían de todas formas, porque Kang estaba totalmente tumbado aún. ¿Cómo lo sabía? Oía sus ronquidos desde su habitación.

Bebieron y hablaron tanto y de tantas cosas que ni siquiera podía recordar una cuarta parte de todo lo que charlaron, aunque no quería ni pensar en eso porque su cabeza giraba y giraba como un espiral. Carajo, se estaba mareando demasiado...

– ¡Ugh! –. Y cuando no soportó más, Dan abrió la puerta y corrió hasta el baño donde devolvió todo lo que había en su estómago.

Sentía el ácido subir por su garganta y su estómago ardía como si hubieran encendido una puta fogata adentro. Se sentó al lado del inodoro y reflexionó durante un buen rato en un intento de distraer la horrible sensación que dejó el vomitar tanto.

– No volveré a beber de esa forma...

金継ぎ

Dooshik abrió los ojos al mediodía. Aunque tenía resaca, no era tan fuerte, por lo que se levantó bastante rápido y chequeó la hora. Suspiró fuertemente y se pasó las manos por la cara. Era algo tarde para abrir el restaurante y, de todas maneras, no tenía la energía ni la voluntad para hacerlo, así que simplemente decidió que hoy estaría cerrado también. Así de simple.

A problemas simples, soluciones simples, recitó en su cabeza mientras caminaba al baño para asearse.

Cuando su cuerpo entró en contacto con el agua de la bañera, los músculos se relajaron por completo y se permitió cerrar los ojos. Los recuerdos de la noche anterior regresaron uno por uno hasta completar todas las piezas y dejar la vívida imagen; Dan y él hablando y riendo como dos dementes por toda la ingesta de alcohol. Recordó varios tópicos y los creyó divertidos. Sí, era divertido hasta que ciertas frases se acomodaron y sintió su sangre empezar a hervir.

Era la historia de Dan, pero ahora completa y sin omisión de detalles.

Apretó sus puños y rechinó los dientes al rememorar todas las palabras del rubio sobre su vida antes de llegar con él. Contó todo y se rió como nada, diciendo algo como "estoy realmente maldito, ah"  y seguir como si nada. Tal vez anoche no reaccionó como ahora lo hacía, pero el coraje y la rabia subieron por su garganta formando un nudo por la impotencia.

Estaba enojado. Alguien como Dan, quien era infinitamente amable y dulce, que se preocupaba con el corazón y siempre era sincero, ¿por qué había tenido que pasar por algo tan horrible? La sensación de deja vù se manifestó con fuerza, pero su mente estaba tan nublada y llena de enojo que esa sensación quedó en segundo plano.

Ya he visto esto antes, pensó vagamente antes de secarse y salir de la bañera. Se miró al empañado espejo sin decir nada, quedándose totalmente quieto y contemplado un vago reflejo.

– Señor Joo... –. Murmuró por lo bajo, masticando el nombre con asco.

Parecía que tendría que hacer unas llamadas después de todo.

Kintsugi || DanShikWhere stories live. Discover now