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"Se anuncian fuertes tormentas eléctricas durante los siguientes días en Seúl, sin la posibilidad de-..."

Era de esperarse. No habrían mejorías.

Dan volvió a mirar al ventanal. El clima seguía igual de horrible que ayer (incluso peor se atrevía a decir) y los raudales empezaron a aparecer por las calles, por lo que todos los negocios estaban cerrados. Nadie cuerdo saldría de su casa de todos modos. El señor Kang tampoco había abierto ese día.

De hecho, ni siquiera se había levantado todavía y ya eran las nueve de la mañana.

"Bueno, yo tampoco me levantaría a esta hora con un tiempo así si fuera él..." No sabía qué hacer. No quería ocupar la casa ajena más tiempo, pero no iba a salir tampoco. No era tan imbécil.

- Algo que hacer... -. Abrió los ojos y se paró inmediatamente. ¡Un desayuno, eso haría! Ese amable hombre le dió ropa, baño y un lugar para pasar la noche sin esperar nada a cambio; lo mínimo que podía hacer para devolverle el favor era cocinarle algo, aunque fuera lo más simple, puesto que era lo único de lo que estaba seguro que podía hacer.

Sí, definitivamente lo haría.

- Muy bien. Entonces, con permiso, Dooshik-ssi.

金継ぎ

"Es por eso que no puedes proteger a los que amas, ¡Eres demasiado débil y lo sabes! Ellos se van y es tu culpa"

- Sí, mi culpa -. Otra vez el mismo sueño, las mismas palabras y la misma emoción. Era agotador tenerlo después de tanto tiempo -. ¿Por qué volvió...?

Suspiró. No servía de nada pensarlo, un sueño es un sueño; si tu cerebro está lo suficientemente cansado, simplemente lo traerá de vuelta. Era algo así de simple. Miró por la ventana y el panorama era el mismo que ayer: lluvia, nubes, lluvia, vientos fuertes y más lluvia. Por cierto, ¿ya había dicho lluvia? Pues más lluvia. Sus ojos se clavaron en el reloj y el número nueve aparecía en él. Volvió a mirar a la ventana por un rato hasta que un bostezo escapó de sus labios.

- Nadie saldrá con este clima de todos modos -. Volvió a recostarse dispuesto a dormir de nuevo, estaba cansado. Oh, ¿pero por qué sentía que olvidaba algo?

"¿Dejé algo abierto? ¿Hosung no vendrá hoy, no? No..." ¡Carajo, Dan! ¡Tenía un invitado y lo dejó desatendido hasta tan tarde! No, más que eso, ¿qué tal si estaba despierto y hambriento? Dios, cómo mierda podía ser tan mal anfitrión.

Se levantó de un salto y sin ponerse las pantuflas corrió hasta la sala.

- ¡Dan! Lo lamento, ví la hora y-... ¿Eh? -. Ambas miradas se encontraron, una confundida y la otra sorprendida. Dooshik se quedó estático mirando el rubiecillo en su cocina haciendo unos pancakes inflados, huevos estrellados, tostadas y café con leche.

Se veía absolutamente delicioso.

- ¡Señor Kang! Buen día, me asustó un poco -. Dijo rápidamente el chico. Formó una pequeña sonrisa en sus labios y continuó: - Desperté y ví que no se había levantado aún. Era algo tarde, entonces supuse que estaría hambriento, entonces yo quería retribuirle su ayuda de alguna forma y yo... -. Su voz se hizo pequeña y la timidez afloró por completo al ver la mirada del ojidorado: ojos amables y una sonrisa formándose en sus labios.

Estalló en risa, pero no una de burla. No. Era una risa de alegría.

- ¡No tenías que preocuparte! Oh, Dios, no te avergüences -. Dijo mientras veía al rubio encogerse y ponerse rojo hasta las orejas. Era adorable -. Muchas gracias, Dan-ssi, en serio. Aunque soy el anfitrión, te dejé algo descuidado. Te lo agradezco, en serio.

Kintsugi || DanShikDonde viven las historias. Descúbrelo ahora