Capítulo 3: Sí volvieron

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Capítulo 3

Sí volvieron



TAESUNG

Había notado que la academia tenía un olor particular. Como todo lo que pasaba dentro de esta. No olía únicamente a mármol, o libros, o las plantas del invernadero, era una mezcla de todo eso y algo más, que hizo a Taesung inhalar profundamente mientras pasaba por las puertas principales.

Su cerebro también añadía a su percepción, de forma involuntaria, lo que él asociaba era la academia. Un lugar seguro.

Volvía a un nuevo semestre, sin ninguna amenaza a la vista que atentara contra su integridad física y emocional. Por ahora.

Hasta que se encontrara con Nora, al menos.

Taesung entró a su cuarto, que estaba intacto a como lo había dejado el día antes de irse. Las sábanas de su cama doblabas perfectamente y su pila de libros en orden según líneas de estudio.

Estaba anticipando el comienzo de las clases. Sus vacaciones habían ido igual que siempre, estudiando y practicando sus roles Kwon, viajando a España o al bosque para visitar a Alesha, ya que ella estaba bastante ocupada como doble agente, y pensando.

Pensando sobre todo lo que había sucedido, lo que detestaba. Llenaba su mente para ocuparse lo más posible y no sumirse en sus recuerdos, que siempre lo dejaban temblando o con los ojos hinchados.

La academia era el lugar perfecto para centrarse en todo menos su mente, con distracciones por todos lados. Y Jaehyeon.

Luego del baile, Jaehyeon seguía poniendo una pequeña distancia que le daba a Taesung la calma de no sentirse presionado a ignorar lo que había pasado. Cuando regresó a Corea, fue él quien le escribió primero.

A pesar de que sabía de las reuniones que tenía con Alesha, ninguno de los dos propuso verse. Taesung estaba nervioso de encontrarlo en persona de nuevo, aunque no entendía muy bien por qué.

Alesha entró a su habitación con Markus en su hombro. Había llegado unas horas antes, escapando de su casa.

—Bienvenido —juntaron sus frentes y Taesung tomó su mano para darle un apretón.

—Hola, Al —la magoi se sentó en la cama, Markus voló al respaldar de la silla.

—¿Cómo te sientes? ¿Todo bien en el viaje?

—Siento que voy a llorar en cualquier momento.

Alesha asintió, y le extendió la mano en el aire para chocar los cinco —Yo también.

Taesung rió, al menos no estaba solo —Vamos a almorzar.

—Baltazar, sí, necesito una chicha.

Salieron al comedor, que estaba atiborrado de estudiantes y profesores. Hoy había un menú especial, con muchas más opciones de lo usual por ser el primer día del semestre. Taesung se sirvió cada opción coreana que vio, junto con una ración de papas fritas.

—¡Sungie! ¡Al! —Lyra les gritó desde una mesa cerca del centro del comedor. Con ella estaban Kilari, Harsal y Robin. Alesha suspiró y caminó hacia el sitio.

—Hola, Tae —Harsal le sonrió, Taesung murmuró una respuesta. No habían hablado de lo que le había dicho en el baile, no habían vuelto a hablar después de eso, de hecho—. Vandi.

—Macedo.

Harsal le extendió su mano sobre la mesa, hacia Kilari, ella refunfuñó y le dio 100 bolívares, la moneda de Venezuela.

Zemblania: Máscara de sangre y colmillos [LIBRO #2]Where stories live. Discover now