Capítulo 16: Hija de la luna

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Capítulo 16

Hija de la luna



«Y si el niño llora, menguará la Luna para hacerle una cuna»

Hijo de la luna

⚠️TW: Lesiones, Suicidio, Violencia, Mención de abuso sexual⚠️

NORA

—Maldigo el momento en el que mi madre me dio a luz, Reggie —abrazó al gato una última vez para tomar un largo respiro y poner un pie en la casa, como esperando que tan solo su presencia en el marco la eyectara lejos.

Nada. No salieron espinas del suelo ni fuego de las puertas. Por ahora estaba bien, sus botas hacían eco a medida que avanzaba por el infame lugar en el que muchas de sus pesadillas se ambientaban.

Olía a comida. Recorrió la gran sala y los pasillos que ya conocía, en busca de Alesha. Se tomó demasiado tiempo juntando su mierda y eso le daba más campo a Lúmina.

—Qué valiente de entrar —Lúmina habló desde el área de cocina cuando Nora puso un pie sobre el primer escalón para subir.

La mujer salió con dos copas llenas de sangre y le ofreció una —¿Ahora serás buena anfitriona?

—No quiero que ella corra riesgos.

Solo por eso, Nora la aceptó. Era sangre fresca de conejo, no tenía ningún otro aroma sospechoso, como algún tipo de veneno. Arrugó el rostro y apuró el contenido en su garganta.

—¿Tengo que matarte a un pobre humano para que seas agradecida?

Pensó en qué podría odiar más escuchar —¿Tú?, así no es divertido. Iría yo misma —apoyó la copa en un mesón.

—Todavía tan vulgar —dio un paso a ella y Nora retrocedió. Reginald se erizó y le siseó a Lúmina, para luego esconderse detrás de Nora.

La mujer soltó una risa —No deberías tener un familiar si te va a dejar en evidencia así.

—Ya no soy esa estúpida niña asustada que conociste —se acercó esta vez—. No te tengo miedo.

Lumina sonríe, viendo al gato —Pero sí le tienes miedo a tus fantasmas —bebió de su copa—. Yo tengo muchos, pero los tuyos definitivamente son más grandes que los míos ¿No es así? —hizo un sonido pensativo, viendo arriba— ¿Cómo era tu nombre...

—Cállate —amenazó en un murmullo, pero Lúmina caminó con calma a su alrededor.

—¿Era Margarita? ¿Así te llamabas?

—Me llamo Nora.

—Te sienta mejor, ciertamente. Excepto por el significado. Nora, Eleonora, lo que sea es demasiado para ti —suspiró—. Klaus nunca fue bueno nombrando cosas después de todo —Nora le sostuvo la mirada, resistiendo la urgencia de arañar su rostro. No era estúpida como para arriesgarse a que Ezhno la calcinara, y Lúmina tampoco era estúpida como para no provocarla—. Te persiguen muchos fantasmas, Nora. Y ahora tu zorro se va a sumar a esa lista. ¿O acaso no es él quien muere?

Por supuesto que Lúmina sabía. Por supuesto que Ezhno sabía. No descartó nunca la posibilidad, un dato demasiado jugoso como para no llegar a oídos de dos buenos enemigos.

Alzó las cejas, retándola, y le sonrió —Te noto muy emocionada con Alesha, Lúmina. Me pregunto por qué, genuinamente —dos podían jugar, así que acortó la distancia—. No te confundas, Alesha Van Darte no es Baltazar —lo dijo con convicción. Era la verdad.

Zemblania: Máscara de sangre y colmillos [LIBRO #2]Where stories live. Discover now