Capítulo 22: Empanadas y pasta

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Capítulo 22

Empanadas y pasta



ALESHA

Las últimas noches durmió tan bien que parecía mentira, sin viajes de emergencia para salvar la vida de Jaehyeon y sin Jaehyeon moribundo a quien salvarle la vida, solo exámenes, clases, postres y una tranquila vida estudiantil.

Esto era lo que buscaba cuando empezó la carrera.

Los finales de la tarde los estaba pasando, sorprendentemente, en noches de películas organizadas por Lyra. Noches de trivias con Taesung, Jaehyeon y Nora, y unos cuantos estudios personales a los escritos del grimorio de Baltazar.

La nueva adición era un tal Diego, guapo, jamás había conocido a un magoi de la magia sexual. Quería decir que él no era la gran cosa, pero estaría mintiendo. Taesung estuvo raro esa noche, luego de que el tal Diego salió con Jaehyeon a la ciudad, así que le propuso a Alesha ver todas las películas de Star Wars hasta que dieron la hora de sus clases.

Naturalmente, se quedó dormida en un rincón de la biblioteca donde esperaba que nadie la encontrara. Tuvo demasiada suerte de dormir unas dos horas cuando un ruido la puso alerta, despertando rápido para evitar que la cacharan y limpiando la saliva en su mejilla en el proceso. Alguien devolvía unos libros en el estante del frente. Hora de fingir que leía el libro que tenía de tapadera en su mesa.

—Claro que te hemos extrañado, vale —esa era la voz de Nora. Alesha espió un poco por encima de su libro, no veía mucho, solo una figura muy alta junto a ella. Esta figura se acercó un poco demasiado, como un abrazo—. Y tu comida.

—Ay, mi amor, hoy te voy a hacer unas arepitas reina pepiada que te van a voltea' los ojos —¡¿Mi amor?! ¿Quién era? ¿Era Diego? ¿Por qué cojones le decía así? ¿Y por qué cojones ella no lo estaba insultando por eso?

Nora rió.

Okay.

Se escuchó un suspiro, Nora se había recostado del librero, así que Alesha dejó de ocultar su rostro con el libro —No te voy a mentir, me gustaría que volvieras con él.

—¿De verdad? —Diego sonó emocionado.

—Sí. Si pudieras... ganártelo de vuelta. Ha estado mostrando algo de interés por alguien que desearía no pasara.

—Oh... bueno, yo sí quiero hacerlo. Después de pasar el susto, solo podía pensar en eso anoche. Pero, a ver, si tu motivo principal es eso, ¿por qué no se lo dices y ya? Él se apartaría de alguien si se lo pides.

Nora hizo silencio un momento y Alesha contuvo su respiración cuando pensó que respiró demasiado fuerte —Él está claro. Además —agregó en tono resignado— ¿Quién soy para evitarle tener sentimientos por alguien que no debería?

—Sí, quería hablarte de eso. Me encanta el enemies to lovers, en serio, pero ¿Van Darte?

¿Yo qué, cara de polla guapa?

—Diego...

—Casi podía oler la tensión sexual y ni siquiera estaban cerca, ese lazo es fuerte —¡¿Lazo de qué?! Alesha comenzó a hiperventilar—. ¡¿Se puede saber-

—Ella está aquí.

Alesha se congeló en su sitio, tapando su rostro de nuevo con el libro y agachándose lo más que pudo en la silla.

Zemblania: Máscara de sangre y colmillos [LIBRO #2]Where stories live. Discover now