Capitulo 17

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El canto de las aves se escuchaba fuera del departamento, los rayos del sol entraban por la ventana iluminando la habitación. Dos jóvenes se encontraban descansando en la misma cama, uno de ellos estaba navegando por el mundo de los sueños y el otro quería hacer lo mismo pero un peso encima suyo no lo dejaba dormir.

Yeosang abrió lentamente sus párpados, llevó su mano izquierda hacia uno de sus ojos para tallarlo y acostumbrarse a la luz del día. Su diestra estaba tocando algo suave, no era la cama porque no se sentía así, más bien se sentía como el cabello de alguien, un alguien llamado Choi San.

Bajó su mirada a su pecho que es donde la cabeza de su menor reposaba, apareció un tierno rubor en sus mejillas cuando recordó lo que pasó la noche anterior.

San y él se habían besado.

-San, despierta -revolvió los cabellos de su menor- anda, levántate, me estás aplastando.

-Un rato más -su voz sonaba más gruesa y algo graciosa ya que su rostro estaba pegado al pecho del mayor. San abrazó más fuerte las caderas de Yeosang dejándolo completamente inmóvil.

-No San, suéltame, esto es incómodo -cerró sus ojos con sus mejillas más rojas que antes tratando de liberarse del fuerte agarre del menor pero no funcionó, San no lo soltaba.

Una brillante idea para liberarse pasó por su cabeza. Yeosang reunió todas sus fuerzas y en un ágil movimiento logró cambiar de posición quedando él encima de San.

Bueno, tal vez no fue tan buena idea después de todo. Las manos del menor aún estaban en sus caderas, pero eso fue lo de menos, en su opinión, el universitario se veía muy guapo en las mañanas, su cabello azabache revuelto le daba un aspecto rebelde, sus párpados cerrados con una tranquilidad indescriptible, su respiración lenta y calmada y lo peor o mejor de todo, sus labios.

Sus labios se encontraban semiabiertos, de estos escapaban suaves suspiros. Justo en ese momento, San pasó inconscientemente su lengua por sus finitos belfos que ahora se encontraban brillosos por la saliva.

No pasaría nada si le daba un pequeño y rápido besito ¿verdad?

Puso sus palmas en el pecho del menor como soporte mientras iba acercando su rostro, al contrario. Estuvo a punto de besarlo de no ser por el ronquido que escapó de los labios del contrario logrando que el suelte una carcajada.

San fue abriendo sus ojos y lo primero que vio fueron esos dos orbes grises con un brillo especial. Sonrió enternecido.

- ¿Buenos días? -dijo aún con la sonrisa en su rostro.

-Buenos días -respondió Yeosang sentándose de vuelta en su regazo.

-¿Dormí contigo? -preguntó sentándose de igual forma que el rubio.

Desde que Yeosang había llegado a su departamento, San dormía en el sofá no queriendo incomodar al mayor a pesar de que ya hayan dormido juntos una vez.

-S-sí… ¿No -jugueteó con sus dedos- recuerdas lo que pasó anoche?

Esas palabras parecieron ser las correctas para que en su cabeza empezaran a aparecer imágenes de la noche anterior de una manera lentamente dramática.

-Sí, si recuerdo -apenas ahora cayó en cuenta de que sus manos se encontraban en las caderas del mayor pero no las quitó.

-Ammm -Yeosang bajó la mirada y atrapó su labio inferior con sus dientes.

- ¿Lo siento? -fue lo único que se le ocurrió decir al ver la reacción del mayor- disculpa si te incomodó eso, yo… no sé en qué estaba pensando -esperó por la respuesta del ojigris.

𝐌𝐄𝐑𝐌𝐀𝐍- SanSang (Adaptación)Where stories live. Discover now